En plena pandemia, ante la falta de sepultureros, ocho personas que infligieron la ley que obliga a usar barbijos en la ciudad de Gresik, en la provincia de Java Oriental, en Indonesia, fueron sancionadas y debieron cavar tumbas para víctimas de Covid-19.
“Solo hay tres enterradores disponibles en este momento, así que pensé que podría poner a estas personas a trabajar con ellos”, dijo el alcalde local, Nikei Suyono. El objetivo del castigo es disuadir a otros de hacer caso omiso de la obligación de cubrirse el rostro, informó el Jakarta Post.
"Con suerte, esto puede crear un efecto disuasorio contra las violaciones", añadió Suyono. De acuerdo con los medios locales, ninguno de los ocho sancionados tuvo que manipular cadáveres, tarea reservada a los trabajadores de la salud, quienes usan equipo protector correspondiente para limitar el riesgo de exposición.
El país asiático acumula 221 mil contagios y casi 9 mil muertes por coronavirus, de acuerdo a los datos de la Universidad Johns Hopkins. El sistema de salud está al borde del colapso y las autoridades debieron suspender las actividades en Yakarta, la capital del país, para frenar la expansión del virus.
Mientras tanto, los cadáveres no dejan de llegar a los cementerios, que en estos momentos son de uso exclusivo para las víctimas de la pandemia, y los sepultureros ya no dan abasto. Se calcula que ya han muerto más de 200 trabajadores de la salud en Indonesia.