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Dejad que los sirios vengan a Europa

Las grandes migraciones tienen siempre razones económicas, aunque sea difícil verlas tras el discurso político.
La decisión de varios gobiernos europeos, sobre todo el alemán, de acoger refugiados sirios, no tiene, como podría suponerse una base humanitaria, sino económica, puesto que la natalidad alemana decrece, y como mueren más personas que las que nacen, cada vez hay menos gente, y lo que es peor todavía, son casi todos viejos, que no pueden trabajar y a los que hay que mantener.

Por esas razones hay que importar gente joven, consejo que los expertos de la Unión Europea vienen dando desde hace mucho tiempo a todos los países, pero que los gobiernos no aplican, por la resistencia de sus poblaciones originarias, puesto que los que quieren ir a Europa son sobre todo árabes y negros, que no solo tienen otro color de piel, sino también otra religión contra la que Europa debió luchar por siglos, incluyendo el rescate de Jerusalén, y el de Sevilla por el rey Fernando, convertido en santo por esa hazaña, y santo patrono de esa ciudad, al igual que santo patrono de Resistencia, quizás porque ayudó a los italianos fundadores a rescatarla de manos de los pueblos originarios.

Como no quedó ninguno de esos originarios no hay peligro la reclamen, como pasa en el Impenetrable donde quedaron muchos,  pese a los esfuerzos de muchos generales, cuyos nombres ahora engalanan  varios pueblos de la provincia, creando problemas a la expansión del cultivo de soja.

Lo del rechazo a la piel negra también es muy viejo, y por eso la teoría de Darwin demoró en ser aceptada en Europa, en la medida que implicaba aceptar que el blanco viene del negro, por adaptación a zonas con menos sol. Por eso el europeo es más blanco, cuanto más nórdico.  Ahora la genética es implacable, todos los humanos provenimos de una sola mujer negra, la Eva mitocondrial dicen los científicos, en recuerdo de la otra Eva que Dios creó a partir de costilla de hombre, para solaz y compañía, aunque el mismo Dios es representado como hombre en las pinturas, y tuvo hijo con María, y no hija, como para dejar claro quién era quién, y porque las mujeres no pueden dar misa.

El hombre es la semilla y la mujer la maceta explicaba un profesor de medicina en Buenos Aires en 1823, para explicar la fecundación, teoría que ya estaba desactualizada para la época, pero en esas épocas el profesor no podía, como ahora,  leer revistas médicas por Internet para estar al día, y si uno no lo hace no faltará el alumno que lo haga, y lo haga notar en clase.

El europeo también es muy antisemita, por el uso histórico desde muchos siglos atrás, que los gobiernos hicieron de los judíos para explicar epidemias y pobreza, lo que encontró su pico histórico con el nazismo, no hace tanto tiempo, y la idea de crear una raza superior, eliminando razas inferiores, y también a los mismos alemanes afectados de enfermedades hereditarias, contando para ello con 70.000 médicos alemanes que aplicaron las leyes al pie de la letra.

Lo que hacen nuestros ganaderos, seleccionando los mejores machos y hembras para cría, y enviando rápido al matadero a todos los animales defectuosos, aunque nuestro jefe de gabinete nacional dice nunca haber matado ninguno, ni mandado matar, al aludir al desafío de nuestro crédito legislativo nacional, ex profesora de la  UNNE, de que la mate. Efectivamente todos comemos carne de animales que no matamos, ni mandamos matar, lo que alivia nuestra conciencia, pues otra cosa es meter el cuchillo o retorcer el cogote de una gallina, y ver como la vida se escapa, la misma razón por la que hacer un aborto implica siempre elegir entre dos males, y nadie quiere ser verdugo, y cuando se fusila siempre hay un arma cargada con cartucho de salva.

El gobernante, mediante sus asesores, conoce siempre la verdad de la situación, más allá de lo que cree el pueblo llano, pero como la democracia es el gobierno del pueblo, el gobernante debe pensar en los electores, por lo que debe ingeniarse para hacerle tragar la píldora. Es lo que hizo el presidente Roosevelt para que el pueblo de los Estados Unidos aceptara entrar en la segunda guerra mundial. Sabía que los japoneses atacarían Pearl Harbor, y dejó hacer, sabiendo que la indignación que eso provocaría sería suficiente para que el mismo pueblo lo reclamara, y lo mismo hicieron los militares aquí con lo de Malvinas. El mismo pueblo que los denigraba los aclamó, y en el 78 la Argentina estaba llena de grafitis exhortando a los generales a masacrar a los odiados chilenos que nos querían robar unas islas que nadie sabía muy bien donde estaban, pero que eran argentinas sin lugar a dudas.

Mucha investigación en psicología de masas sirve ahora al político para direccionar su campaña mediante encuestas que averiguan que quiere la gente escuchar del político, y se ha creado un índice de chequeabilidad, y de balance diagnósticos/promesas para que la gente no se deje engrupir tan fácil, ver http://chequeado.com/el-explicador/el-indice-de-chequeabilidad/ que no se si servirá, porque la gente prefiere los informes de su periodista de preferencia, más sencillos de entender que gráficos estadísticos. Si uno es oficialista hay varios para elegir, y si es opositor también. A veces cuando se entrevista a un político tengo la sensación de estar frente a un visitador médico, siempre el mismo versito que diseño la empresa, bien memorizado. Menos mal que el visitador médico es simpático, y trae regalos, y en muchos países minifalda, así que no cae tan pesado como el político.

Si las mujeres no aceptan la pesada tarea de procrear y criar hijos, al menos tres cada una, la economía de un país colapsa, porque comienzan a morir más de los que nacen, y por milenios a las mujeres no les quedaba otra, pero el invento de la píldora cambio el mundo, y el feminismo liberó a la mujer del destino obligado de madre y ama de casa, para llevarla a las tareas muchos más interesantes que siempre estuvieron reservadas a los hombres, como la política y la guerra.

La medicina se ocupó de legitimar científicamente la inferioridad de la mujer, con el argumento de que teniendo la mujer un cerebro más chico, era por tanto no totalmente humana, y por ello no podía votar, ni ser militar por ser más débil, pero eso también era solo un mito, aunque aún hay muchos que subsisten, tales como los juguetes para nenas, que las preparan para ser amas de casa y madres, y los juguetes para nenes, que los preparan para la lucha y el trabajo. El rosado es para nenas y el azul para varones, con toda la psicología profunda que ello implica.

Argentina no procrea en estos momentos tres hijos por mujer en promedio sino 2,1, lo que los demógrafos llaman el punto de equilibrio, pues nacen tanto como los que mueren, pero ello no es mérito de las porteñas, ni las chicas que pueblan nuestras universidades en busca de un futuro mejor, sino de las  mujeres de las villas, con 8 o 9 hijos, tal como mostro el programa PPT del domingo pasado, en forma caricatural, pero basta mirar las estadísticas. La mujer tiene tantos más hijos cuanto menor es su nivel educacional, y por tanto mayor es su pobreza.

¿Hijos?, quizás más adelante me decían un grupo de jóvenes profesionales españolas, cuanto ya tengamos la carrera consolidada, pero solo uno, y con marido cama afuera. La salida más cómoda para ellas,  pero peor para España, que quiere preservar el legado histórico de los Reyes Católicos, que echaron a los moros de España, aunque ahora ellos entran de nuevo para cosechar frutillas, naranjas y aceitunas, y ordeñar las vacas, y tienen hijos en tal cantidad, que son españoles por haber nacido allí, que en poco tiempo más solo habrá descendientes de moros en ese país, que decimos aún nuestra madre patria, aunque ya otros prefieran a la Pachamama.

También hacen su contribución a mantener nuestra demografía las mujeres de los países limítrofes, cuyos maridos vienen a hacer los trabajos que los argentinos consideramos poco interesantes, por rudos y poco remunerados, tales como cultivar verduras. Si por los porteños fuera estaríamos como Alemania, porque la población de Buenos Aires decrece continuamente, y de no ser por las mujeres que viven en las villas, que procrean chicos, al tiempo que trabajan de empleadas domésticas para las argentinas nativas, esa ciudad quedaría pronto sin habitantes.

Buenos Aires es junto con Berlín y Miami, una de las tres ciudades con más porcentaje de viejos en el mundo.

En los países ricos que afrontan este problema se han intentado medidas para engatusar a las mujeres, un año de licencia por maternidad, guarderías desde los 15 días de vida, etc., el hombre que cambia pañales, pero que han dado poco resultado, así que importar gente era de más en más necesario para que la economía no se cayera.

La foto del chico sirio muerto en la playa impactó, porque no era un negrito o un chinito, sino que podría haber sido cualquier chico europeo, de piel blanca, y con ropa común de europeo. La gente se indignó, y también el Papa, y el gobierno comprendió que esta era la oportunidad, por eso abrieron las fronteras.

Muchos de nosotros somos descendientes de europeos, y allí también la economía fue decisiva. El gaucho era bueno para criar ganado, pero para desarrollar el país eran necesarios artesanos y agricultores, y se los trajo de Europa prometiéndoles el oro y el moro, pero se suponía que los que vendrían serian sobre todo ingleses y alemanes, y no fue así. La mayoría de los interesados venían el sur de Europa, analfabetos, por lo que hubo que conformarse con lo que venía e ir arreglando sobre la marcha, de allí la gran política alfabetizadora que dio fama al país, y la creación del servicio militar obligatorio para que los jóvenes aprendieran que esa era la bandera correcta, y no la del país de sus padres. El ejército ya no era necesario para pelear guerras, pero sí lo era para argentinizar, y por eso se creó además a todos los héroes necesarios, maquillando sus eventuales defectos para que fueran ángeles,  al servicio del Santo de la Espada, cuyo ADN se reclama desde hace tiempo para saber quiénes fueron sus padres.

Desde hace años los alemanes están tratando de atraer jóvenes ingenieros blancos y cristianos, lo que necesita su industria, pero con poco éxito, y ahora les llegan sirios musulmanes, con los que habrá que arreglarse, como lo hicieron hace más de un siglo nuestros gobernantes, porque el político, como el médico, tiene que saber arreglarse con lo que hay, y buscar alguna solución, aunque no sea la ideal.

También aquí tuvimos un musulmán hijo de sirios de presidente, aunque debió cristianarse para serlo, pero después del escaso éxito de un hijo de gallegos no quedaba opción, aunque volvimos al hijo de gallegos en el siguiente turno, con un fracaso mayor, y así seguiremos probando, con  alternativas futuras que parecen venir del lado italiano, quizás la más adecuada para entendernos, porque salvo el español todo lo heredamos de ese país, y hasta un Papa argentino, pero de ese origen no está haciendo tan mal papel en Europa, sobre todo porque promete trámite rápido para el divorcio por Iglesia, algo que ya se usa poco, y aún el civil, pero como dije al comienzo, Argentina es como Alemania un país envejecido, donde aún queda mucha libreta de matrimonio y traje de novia guardado, que las nietas miran divertidas cuando la abuela cuenta como era la vida de las jovencitas en el pasado.

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