Se celebra cada 28 de julio. Este año el lema de la campaña de la OMS es "saber es poder", ya que más de la mitad de los enfermos no saben que lo están. Qué síntomas produce cada cepa. Las diferencias con la Hepatitis aguda infantil.
En el marco del Día Mundial de la Hepatitis, que se celebra el 28 de julio, este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone el foco en la prevención con el lema “saber es poder”, ya que más de la mitad de los enfermos no saben que lo están.
Día Mundial de las Hepatitis Virales: vacunas, tratamientos y la importancia del testeo
Se trata de una inflamación del hígado que puede causar de problemas de salud y ser mortal, y que cuenta con cinco cepas: A, B, C, D y E, que se diferencian en los modos de transmisión y la gravedad de la enfermedad, siendo la B y C las más peligrosas. Algunos de estos tipos son prevenibles mediante vacunación.
De cara al 2030, la OMS busca prevenir unos 4,5 millones de defunciones prematuras en países de ingresos bajos y medianos que con vacunación, diagnóstico, medicamentos y campañas de educación.
En Argentina, en tanto, existe un 20% de la población que es vulnerable a la Hepatitis A y puede desarrollar formas graves de la enfermedad, y solo el 50% de las personas infectadas de Hepatitis C, la primera causa de trasplante hepático, están diagnosticadas, según datos del Hospital de Clínicas.
“Los tratamientos para la Hepatitis han mejorado significativamente con los años y ahora basta con completar los esquemas de vacunación para evitar las formas graves de esta enfermedad, al igual que sucede con el Covid en la actualidad”, sostiene Esteban González Ballerga, de la División de Gastroenterología del Hospital de Clínicas.
Los testeos rápidos permiten detectar en pocos minutos la presencia del virus y empezar el camino a la cura con medicamentos cubiertos al 100% por el sistema de salud y que eliminan la enfermedad en pocas semanas.
Hepatitis A
Es el tipo más infeccioso y es aguda, es decir, aparece de repente, dura relativamente poco tiempo -hasta 2 meses- y desaparece, sin dejar daño permanente en el hígado. Sus síntomas incluyen náuseas, dolor de estómago, fatiga y coloración amarillenta en la piel. La vacuna es el mejor método de prevención, así como lavarse las manos antes y después de ir al baño y al manipular alimentos.
“Si bien se suele asociar a la falta de cloacas y agua potable, sus causas de transmisión también pueden ser madre-hijo, fecal-oral (la cual se da con mucha frecuencia en nuestro país) y por el contacto con fluidos de una persona infectada. Se estima que el 80% de los adultos tuvimos Hepatitis A en la niñez de forma asintomática”, explica González Ballerga.
Hepatitis B
Es la octava causa de muerte en el mundo y después de los 50 años los riesgos de padecer la enfermedad aumentan 5 veces más. Se considera una infección grave del hígado que puede durar hasta seis meses y llegar a ser crónica. Y están presentes los riesgos de sufrir insuficiencia hepática, cirrosis o cáncer en el hígado.
Si llega a hacerse crónica, puede generar complicaciones que pueden llevar a la necesidad de un trasplante hepático, aunque no siempre es el caso. Al igual que en el caso de la hepatitis A, la vacunación es el mejor método de prevención.
"Es muy contagiosa y una vez que ingresa el virus es muy difícil de erradicar completamente y suele ser asintomático”, agrega el especialista del Clínicas, que aclara que este tipo en el país tiene baja circulación.
Hepatitis C
Al igual que el tipo B, puede conducir a complicaciones de salud graves, como cirrosis, insuficiencia hepática y cáncer de hígado. Puede ser aguda o crónica, sin embargo, la mayoría de las personas con hepatitis C aguda, terminan padeciendo la crónica.
Para prevenir su contagio, los médicos recomiendan evitar el consumo excesivo de alcohol, tener relaciones sexuales usando preservativos, no compartir agujas, no compartir artículos de uso personal, como cepillos de dientes o afeitadoras y no tatuarse en lugares de higiene dudosa.
Es la primera causa de trasplante hepático por cirrosis y cáncer de hígado en Argentina. “Al tratarse de una enfermedad asintomática, solemos ver a los pacientes cuando esta se encuentra avanzada, pero existen tratamientos simples y efectivos que llegan a una tasa de curación en el 95% de los casos”, indica González Ballerga.
Hepatitis D
Solo se desarrolla en personas infectadas previamente con hepatitis B y en este caso el desarrollo de su forma crónica es raro, aunque la infección doble con los tipos B y D puede desarrollar una forma más grave y llevar a una evolución más rápida de la cirrosis. El mejor método para evitar este tipo es vacunarse contra la hepatitis B.
Hepatitis E
Comienza con fiebre leve, disminución del apetito, náuseas y vómitos durante varios días. Algunas personas también pueden sufrir dolor abdominal, erupción en la piel o dolor articular. También pueden experimentar ictericia, orina oscura y heces pálidas, así como un hígado levemente agrandado y blando (hepatomegalia) y, en ocasiones, insuficiencia hepática aguda.
Generalmente, se cura sin necesidad de tratamiento al cabo de cuatro a seis semanas. El tratamiento consiste en cuidados de apoyo, hidratación y reposo. Mantener una buena higiene a la hora de preparar los alimentos, es fundamental. Al igual que el consumo de agua limpia.
Hepatitis aguda infantil, ¿qué síntomas tiene?
Cuando la inflamación del hígado ocurre de manera rápida y abrupta, se habla de hepatitis aguda. La hepatitis aguda infantil tiene diferentes síntomas: gastrointestinales, como diarrea o vómito, fiebre y dolor muscular, pero lo más característico es la ictericia — una coloración amarilla de la piel y los ojos.
El tratamiento busca aliviar los síntomas, y manejar y estabilizar al niño si el caso es grave. Estas recomendaciones se podrán ajustar cuando se determine el origen. El principal consejo de los profesionales para los padres es estar atentos a los síntomas, como diarrea o vómito, y principalmente prestar atención a las señales de ictericia, que es la coloración amarilla de los ojos y la piel.
Para la prevención, recomiendan tomar medidas básicas de higiene como lavarse las manos, cubrirse al toser o estornudar. La OMS desconoce aún el origen de esta infección que -segun determinaron- presenta casos más graves que una hepatitis viral común, y en este marco indicaron que es posible que haya un vínculo con algunos virus que causan síntomas similares al resfriado y la gripe llamados adenovirus.