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Dislalia infantil: ¿cómo actuar?

La dislalia infantil es un trastorno común en el habla del niño que omite, reemplaza o altera determinados fonemas. ¿Cómo actuar en estos casos?



¿Alguna vez oíste hablar de la dislalia infantil? Se trata de un trastorno del lenguaje fácilmente diagnosticable en niños que superan los 4 años pero aún pronuncian mal las palabras. Este es el caso de los chicos que no logran una correcta articulación de las sílabas.

Los pequeños que presentan esta dificultad en el habla -capaz de tornar su lenguaje ininteligible- suelen omitir ciertos sonidos o bien los sustituyen por otros incorrectos. Incluso, estas criaturas llegan a pronunciar bien las sílabas por separado pero, al unir los fonemas, incurren en errores.

Si bien todo su entorno unirá sus esfuerzos para ayudar al menor intentando corregir su manera de hablar, en muchas ocasiones será difícil solucionar el problema de forma casera y sin acudir a un tratamiento orientado y especializado. Entonces, ¿cómo actuar en casos de dislalia infantil?

¿Qué es la dislalia infantil?

Si bien, sufrimos y lamentamos todo revés que aqueje a nuestros hijos, en este caso no hay de qué preocuparse, sino más bien, hay que ocuparse. Pues la dislalia infantil no es más que una mala pronunciación de ciertos fonemas que implica un problema de articulación latente.

De hecho, estamos hablando del trastorno del lenguaje más frecuente en la infancia, el cual se hace presente entre los 3 y 5 años, en cuyo caso el niño altera, omite o sustituye determinados sonidos. Ahora bien, si el problema persiste superada esa edad, resultará necesario buscar asistencia especializada.

Tipos de dislalias

Fisiológicas. Los órganos del chico aún están inmaduros, por lo cual todos pasan por una fase de dislexia que solo se convierte en un problema preocupante si continúa después de los 4 años.

Audiógenas. Hay un defecto en la audición del niño que le impide adquirir la facultad de expresarse normalmente. Básicamente, si la percepción auditiva es defectuosa, también lo será su pronunciación.

Funcionales. En este caso tan común de dislalia infantil existe un funcionamiento anormal de los órganos periféricos del habla, por lo cual generalmente se omiten, sustituyen o deforman los fonemas r, s, z, l, k y ch. Las posibles causas de este trastorno no orgánico son una educación insuficiente o un entorno familiar o social poco favorable para el menor.

Orgánicas. Se las conoce también como Disglosias y se deben a ciertos defectos de los órganos que intervienen en el habla. Además, de acuerdo a la zona defectuosa, pueden clasificarse en:LabialesLingualesDentalesPalatinasNasalesMandibulares.

Tratamiento de la dislalia infantil

Por supuesto, el tratamiento de la dislalia infantil dependerá del origen del trastorno. De allí que puede abordarse desde una intervención directa (dirigida a la articulación del fonema y su automatización en el lenguaje) o indirecta (apuntada al desarrollo de los órganos fonatorios).

El habla puede, sin dudas, mejorar con una terapia adecuada, generalmente basada en la realización de ejercicios capaces de perfeccionar la musculatura utilizada en la producción de sonidos y de mejorar la articulación de las palabras, la calidad de la respiración, el ritmo en la dicción, etc.

Estas terapias y ejercicios se plantean a los pequeños en forma de juegos, con el propósito de que sea más sencillo y ameno adquirir estas habilidades. Sin embargo, para que este proceso sea eficaz, es importante que los padres se impliquen y comprometan a ayudar al pequeño a trabajar en el hogar.

Mas es menester realizar esta acotación más que pertinente: la dislalia infantil no desaparece sin la intervención de un especialista, quien evaluará el estado del niño para llevar a cabo un programa basado en los siguientes pasos:

  • Estimulación de la capacidad infantil para producir sonidos, reproduciendo movimientos y posturas, experimentando con las vocales y las consonantes, comparando y diferenciando sonidos.
  • Coordinación de los movimientos necesarios para la pronunciación de sonidos como ejercicios labiales y linguales. La idea es enseñar al niño las posiciones correctas para cada sonido.
  • Realización de ejercicios donde el niño debe producir el sonido dentro de sílabas hasta automatizar el patrón muscular necesario para articular sonidos.
  • Preparación del niño para comenzar con palabras completas mediante el juego.
  • Llevar lo aprendido fuera de las sesiones, es decir, aplicarlo al lenguaje espontáneo y no solo en las consultas terapéuticas.
Cuanto antes se inicie el tratamiento, mejores resultados obtendrá nuestro hijo. Pues si la dislalia infantil no se atiende adecuadamente, este defecto persistirá en el tiempo y los órganos encargados del habla perderán plasticidad y agilidad, lo que dificulta más su corrección.

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