Se realizó un operativo a solo cuadras de la Penitenciaría del Litoral, donde el martes pasado fallecieron 118 presos y 80 resultaron heridos. Este sábado se decomisaron armas, municiones y artículos varios.
A menos de una semana de la peor tragedia penitenciaria de Ecuador, a solo 500 metros de allí nuevos disturbios estallaron en una cárcel vecina de Guayaquil, el corazón económico del país, cuando un grupo de presos dispararon contra policías, de los cuales al menos uno salió herido en una camilla después de un importante operativo militar y policial para recuperar el control del lugar.
"Durante la intervención de la Policía en el Centro de Privación de Libertad Guayas N.1, fueron recibidos con disparos por las PPL (personas privadas de la libertad)", informó el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI) en su Twitter y agregó: "De inmediato NEUTRALIZAMOS esta acción" y "AL MOMENTO se mantiene el control y el orden en el centro carcelario".
El Centro de Privación de Libertad queda a solo unos metros de otra cárcel del complejo, conocida como la Penitenciaría del Litoral, donde el martes pasado fallecieron 118 presos y 80 resultaron heridos, muchos de ellos fueron desmembrados, quemados y quedaron irreconocibles, por lo que decenas de familias aún esperan información oficial sobre sus seres queridos.
Policías de élite y militares entraron con una tanqueta militar a la prisión para recuperar el control de la cárcel, según un video difundido por la fuerza de seguridad.
En la grabación se informa, además que se decomisaron dos fusiles, tres pistolas, municiones y teléfonos celulares en la cárcel, que tiene espacio para 5.300 presos pero alberga a 8.500, lo que representa un hacinamiento del 60%.
Personas que transitaban por la zona a la mañana contaron al diario local El Universo que escucharon disparos y se vieron columnas de humo saliendo de la cárcel, mientras otros afirmaron que había presos transitando por el techo del edificio.
Una imagen publicada en el diario ese diario mostró que los presos que se rebelaron pedían no ser transferidos.
Un grupo de presos en el techo mostraban una tela blanca escrita en rojo: “Solo queremos paz” y “No queremos traslado, en la Regional (como se conoce al Centro de Privación de Libertad) no hay muertes, no hay problemas”.
También mencionaban a Tanya Varela, comandante general de la Policía Nacional.
Ni bien comenzó a correrse la noticia de un nuevo disturbio penitenciario en la cárcel Regional, familiares de los presos que cumplen su condena allí se instalaron en los alrededores, hasta donde las vallas les permitieron, a la espera de alguna información oficial.
Este viernes, el Gobierno había anunciado una suerte de hoja de ruta con medidas a corto plazo para encauzar la situación más compleja que le tocó enfrentar a la breve gestión de Guillermo Lasso, que lleva poco más de cuatro meses en el Palacio de Carondelet.
Sumar controles para evitar las armas en los penales, promover nuevas construcciones para evitar el hacinamiento, indultar a personas de la tercera edad, mujeres, personas con discapacidad y enfermos terminales, y repatriar a los extranjeros presos forman parte de los anuncios que hizo el Gobierno.
Aunque la prioridad está puesta en Guayaquil, se adelantó que se construirá otro complejo carcelario en Cotopaxi, al sur de Quito, la capital del país.
El martes, un enfrentamiento entre tres bandas terminó con 118 muertos y más de 80 heridos. Hasta el momento, se identificaron 101 cuerpos, 44 de los cuales ya fueron entregados a sus familias, según Criminalística.
Los responsables técnicos de las autopsias y las identificaciones ya adelantaron que la tarea podía llevar varias semanas porque, además, hay cadáveres, quemados, mutilados y decapitados.
Crisis carcelaria en el país
Ecuador, con 65 prisiones para 30.000 personas, afronta desde hace varios años una crisis carcelaria a causa de una superpoblación de 30%, falta de guardias, reducción de presupuesto, corrupción y una guerra entre bandas criminales con miles de miembros y vínculos con el narcotráfico mexicano y colombiano.
En lo que va de 2021, las revueltas dejaron 237 muertos y 166 heridos.
Solo en febrero murieron 79 presos en amotinamientos simultáneos en cuatro prisiones de tres ciudades. También entonces circularon imágenes de cuerpos desmembrados e incinerados.