Un informe realizado por el médico legista de Gendarmería y los análisis de ADN que se practicaron sobre el material biológico hallado en el lugar donde fue encontrado el cuerpo sin vida del cura Juan Viroche ratifican la hipótesis del suicidio y descartan la posibilidad que el sacerdorte haya sido víctima de un homicidio como sostienen sus familiares, amigos y vecinos, informaron voceros judiciales.
La reautopsia realizada por el médico legista de Gendarmería, comandante principal Carlos Dante Barrionuevo, ratificó lo informado de manera preliminar por el Cuerpo Médico Forense de Tucumán, que en la primera autopsia determinó que no se observaron signos de que el sacerdote haya sido asesinado.
Barrionuevo concluyó que la causa de la muerte de Viroche fue “compresión violenta del cuello con caída simultánea de altura” y según su informe “no se observan ataduras en los miembros superiores ni inferiores y tampoco existen lesiones externas, hematomas, contusiones ni excoriaciones que indiquen signos de lucha”. El médico legista de Gendarmería aclaró que si el sacerdote hubiese forcejeado con alguien tendrían que haber quedado marcas en su cuerpo, según informa en su sitio web el diario La Gaceta de Tucumán, que tuvo acceso al informe.
Respecto de la sangre que se observaba tanto en la remera del cura una vez que lo descolgaron y lo recostaron sobre el piso, Barrionuevo explicó que “debido a la compresión de vasos y órganos, se acumuló sangre en la cabeza y por eso ese líquido salió por su boca cuando se lo acostó”.
Por su parte, la evaluación realizada por Gustavo Penacino, director del Laboratorio de ADN del Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Ciudad de Buenos Aires, quien se encargó de la pericia de ADN, descartaron la presencia de otras personas en la escena del hecho.
Penacino se ocupó de analizar todo el material genético recogido en la parroquia Nuestra Señora del Valle, donde encontraron sin vida al cura.
Las muestras fueron recogidas de las manos y uñas de Viroche, de la linga y los ganchos de la linga con la que fue ahorcado, y de algunos pedazos de vidrios donde había gotas de sangre.
Ambos informes fueron recibidos esta semana por el fiscal de Instrucción Diego López Ávila, quien investiga el caso, caratulado como muerte dudosa, y si bien todo se encamina hacia la hipótesis inicial del suicidio, todavía faltan pruebas clave para definir el caso.
El cuerpo sin vida de Viroche fue encontrado el 5 de octubre dentro de su parroquia, en La Florida, donde el sacerdote desarrollaba sus actividades religiosas.
Desde el primer instante, la comunidad católica del pueblo, además de familiares y amigos, descartaron por completo la posibilidad de un suicidio defendieron lal hipótesis de un crimen mafioso, ya que el cura era conocido por haber realizado misas y marchas para denunciar públicamente la venta de drogas en pueblos como La Florida y Delfín Gallo.
Esa popularidad, sumada a que Viroche les había comentado a sus amigos más cercanos que recibía amenazas, llevó a sus allegados a realizar marchas en contra de la posición del fiscal López Avila, quien desde un primer momento se inclinó por el suicidio.