Opinión del Lector

Edalismo, cuando se discrimina a los mayores por su edad

Un tercio de los adultos mayores padece algún tipo de abuso, violencia o maltrato que le impide vivir plenamente sus capacidades. Una realidad invisible en nuestro mundo moderno y ensordecido por el exceso de información.



Es importante, para nuestra tarea o misión profesional y más en el ámbito de la salud, recalcar, que estamos en una época de grandes cambios. La pandemia nos empujó de lleno a una nueva era, y esto es personal, será la “era digitozoica”.

Pues bien, la quinta revolución industrial, está entre nosotros. La digitalización en el mundo se ha acelerado, como secuela de la pandemia, pero junto con esta realidad, he leído que un tercio de nuestras personas mayores padece algún tipo de abuso, violencia, maltrato que le impide vivir plenamente sus capacidades. Una realidad invisible en nuestro mundo moderno y ensordecido por el exceso de información.

También es sabidoque pocos acceden a la habilidad digital, ya sea porque no tienen a nadie que les enseñe o porque no la comprenden y por ende no la pueden abarcar, lo cierto es que por esta razón muchos quedan aislados y excluidos del mundo.

Según la OMS, a escala mundial, una de cada dos personas discrimina a los mayores, por su edad.

En todo el proceso de digitalización, hemos olvidado a quienes no estudian, ni trabajan. Lamentablemente, esto significa que la gente mayor, no es el objetivo de la revolución digital, ya que no forma parte del sector productivo.

El edadismo es un término que expresa la forma de pensar (estereotipos), sentir (prejuicios) y actuar (discriminación) con respecto a los demás o a nosotros mismos por su edad. Esto afecta a todo tipo de personas, pero, en especial, a las mayores que sufren una forma de discriminación social por cuestión de edad.

El edadismo, mal de época, aumenta el aislamiento social y la soledad de los mayores, restringe su capacidad de expresar su sexualidad y puede aumentar el riesgo de violencia y abuso.

Estudios médicos actuales, indican que los cerebros de los mayores son mucho menos rígidos y cristalizados de lo que nos intentan hacer creer.

Es más, si algo caracteriza al cerebro de los mayores es que el equilibrio entre los hemisferios derecho e izquierdo es mucho mayor y la interacción es más armoniosa que en un cerebro más joven.

Es real que nuestros jóvenes piensan con mayor velocidad y que esto es más marquetinero y vendedor, pero nuestros adultos y adultas mayores, lo hacen con mayor flexibilidad, con menos exposición a los riesgos y efectos de un pensamiento cargado de emociones y al borde constante de explotar, dada su poca paciencia.

El efecto inmediato es que, entre las personas mayores, podemos encontrar muchas vocaciones tardías para afrontar nuevas actividades creativas que, aunque estuvieron latentes en etapas anteriores de la vida, deciden expandirse y desarrollarse a partir de los 60 años.

Lo seguro es que la mielina aumenta, la velocidad de transmisión de los impulsos nerviosos entre las neuronas y esta sustancia aumenta en el cerebro de las personas mayores.

Lo que perdemos en velocidad, con la edad, lo ganamos en mayores habilidades. Aprendemos a coordinar mejor el funcionamiento de los hemisferios izquierdo y derecho.

Cuando se discrimina a las mayores por su edad

Como sabemos cada hemisferio se encarga de tareas y funciones distintas, aunque a veces se superponen y eso lo hacen mejor los mayores. Un hemisferio, el izquierdo, se encarga más del lenguaje y del razonamiento lógico, de los cálculos matemáticos y la articulación del discurso verbal. El hemisferio derecho se ocupa de la creatividad, la intuición de las nuevas respuestas, la ubicación espacial, la música, el arte.

Pero cuando se trata de prestar atención a alguna tarea, la utilización de la memoria y de los recuerdos, los sentimientos, la gestión de las emociones, ambos hemisferios del cerebro interactúan y ocurre que los mayores se encuentran en mejores condiciones de que este intercambio, esta cooperación, se produzca en las mejores condiciones. Eso significa que se encuentran mejor preparados para resolver problemas más complejos.

Los mayores ahorran energía. Su cerebro consume menos energía, porque suprimen lo innecesario y seleccionan mejor las opciones posibles entre las que hay que elegir. En consecuencia, se equivocan menos.

Es real que la edad debilita las conexiones cerebrales, pero el trabajo intelectual (y de acá la importancia de mantener activo nuestros cerebros), contribuye a mantener el cerebro en las mejores condiciones. Las personas mayores saben utilizar los dos hemisferios para seleccionar la información necesaria para tomar decisiones.

Por ende lo que queda claro, que el edadismo es una construcción de esta nueva era, que la digitalización, seguro es empujada desde los jóvenes técnicos , grandes expertos en esta época, pero que hablar de inclusión o de equidad, no debe quedar en los grandes discursos, sino que debe ser una verdad , el potenciar cada edad, con su aspectos más destacables, sumar jóvenes en pleno desarrollo de la tecnología, con la creatividad y tiempo de nuestros adultos mayores es una sabiduría, la paciencia todo lo alcanza, al decir de Santa Teresa y es debilidad de nuestra juventud el esperar o tomar tiempo para discernir.

Por ende, coincidimos en que para reducir el edadismo, el informe de la OMS señala que es necesario invertir en estrategias basadas en ciencia, mejorar los datos y las investigaciones para comprender mejor el mismo y fomentar un cambio en el discurso sobre la edad y el envejecimiento. En lo digital, debemos pensar en términos de diseño universal y escuchar la voz de estos colectivos, incluir a las personas mayores en todas las etapas.

*Lic. en Psicología, Lic. en Psicopedagogía USAL, Doctora en Psicología University of Weston, Doctora en Educación USAL, Ex investigadora CONICET, analista, docente universitaria, investigadora, Decana de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador

Autor: Gabriela Renault|

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