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Efecto Dow: la planta química cordobesa que deja de producir para importar materia prima

 

Hasta el 9 de octubre Petroquímica Río Tercero (PR3) era la única fábrica química de Latinoamérica que producía diisocianato de tolueno (TDI). Hasta el 4 de ese mismo mes, la planta que Dow tiene en Puerto General San Martín era la única productora de polietileno del país. Ya nada es tan así.

El noveno día del mes pasado, 125 empleados de la planta que PR3 posee en Río Tercero se enteraron que serían despedidos porque el grupo Bitali, que fabrica colchones (entre otras marcas, Piero) resolvió cerrar la línea de producción de TDI por una cuestión de costos: le resulta más barato importarlo desde países asiáticos.

Si bien no está todo dicho, por la intervención del Área de Trabajo cordobesa, de no revertirse la situación el país perderá la única fábrica de TDI, uno de los químicos que se utilizan en el espumado de colchones y almohadas.

“Tiene similitud con Dow, estuvimos hablando con los compañeros de allá”, dijo a Conclusión Lucas Felici, secretario gremial del Sindicato de Químicos de Río Tercero.

La coincidencia es la pérdida de capacidad industrial local, para reemplazarla por productos importados.

“Ellos hacen un polímero, si no me equivoco, entonces entre los dos productos se hace el espumado. Por ende, entre las dos fábricas que cierran lo que se ha perdido en la matriz, es la producción nacional de la base para hacer el espumado”, explicó Felici.

De productor a importador


El dirigente sindical mira hacia adelante. Lo que hoy puede ser un “negocio” -importar la materia prima en vez de producirla localmente-, puede transformarse en el encarecimiento de una mercadería sobre cuyo mercado el país no tendrá chances de intervenir.

“Cuando lo piensen a futuro, también puede pasar que cambien las condiciones de los precios de estos productos y ya directamente, en vez de traer la materia prima, las colchoneras solamente importen los colchones”, dijo el dirigente químico.

Para Felici, lo ocurrido con Dow y PR3 “va a ser una cadena, una destrucción total de la industria nacional, porque se está planteando eso, importar y no producir”.

El secretario general del Soepu santafesino, Mauricio Brizuela, coincidió con su colega en el diagnóstico sobre los efectos de las medidas empresarias que no encuentran dique en el Gobierno nacional, propenso a la apertura total.

“Por supuesto que tienen relación, son los únicos productores del país (Dow y PR3). Al cerrar esa fábrica se convierten en importadores de las dos materias primas. Directamente van a dejar de producir y van a traer todo de afuera”, dijo Brizuela a Conclusión.

A través de un comunicado, la petroquímica cordobesa explicó que la decisión obedece a una cuestión de costos. “Frente al contexto mundial del mercado, la decisión de dejar de producir TDI es la mejor manera de resguardar la operación de la compañía”, expresó Juan Pablo Ceballos, CEO de Petroquímica Río Tercero.

El ejecutivo agregó que la decisión “le permitirá a PR3 mantener la producción química y el resto de los 250 puestos de trabajo”. A diferencia de Dow, que cesó la operatoria de su planta en Puerto San Martín, PR3 levantó la línea de producción de TDI, pero mantiene el resto de su operatoria, que emplea a otras 250 personas.

Felici, del sindicato de químicos, explicó que la línea de producción que cierra representa el 80% de los ingresos de la planta. Lo que quedó, hipoclorito, soda cáustica y otros químicos, constituyen el resto. “La fortaleza venía del TDI”, dijo, que el grupo Bitali producía como su propia materia prima para colchones y almohadas.

El dirigente sindical recordó que la fábrica está asentada hace 40 años en Río Tercero y que, “por lo menos en los últimos diez, ya no eran competitivos” en precios a nivel mundial. De todos modos, explicó, “habían pedido ciertas regulaciones en el ingreso del TDI importado, que a ellos les garantizaban el mercado interno”.

Como otra explosión


Conclusión le preguntó a Felici cómo impacta la decisión empresarial en Río Tercero, con la consiguiente pérdida de 125 puestos laborales. “Se estima 600 millones de pesos menos circulando en las calles de Río Tercero. Los trabajadores nuestros tenés que hablar de una base salarial de 2,5 o 3 millones de pesos de bolsillo. Y después tenés los trabajadores indirectos, que son los que prestaban servicios, que eran trabajadores de la UOCRA”, detalló.

Además, el dirigente señaló que otro efecto del cierre de la línea de producción de TDI se produce sobre Fabricaciones Militares.



“Nosotros estamos pegados a Fabricaciones Militares y el 90% de la producción que tiene la fábrica era consumida por petroquímica para hacer TDI. Así que con esto que pasó, lo que se ha puesto en discusión ahora son los retiros voluntarios de aproximadamente entre 80 y 100 trabajadores más” de la compañía estatal.

Como consecuencia de la decisión empresaria de PR3, “la sociedad está como consternada, ha habido dos marchas muy importantes”, contó el dirigente químico.

En esa línea agregó que “acá se compara con el post 1995, cuando fue la explosión, esa tragedia”. Se trata de la voladura de la Fábrica Militar con varias explosiones que causaron 7 muertes, destrozos totales en la planta y en buena parte de la ciudad, y más de 300 heridos.

Sin prisa, la Justicia federal determinó en 2014 que se trató de un hecho intencional -estrago doloso- y condenó a cuatro funcionarios de la fábrica, mientras que determinó que la explosión tubo por objetivo encubrir el contrabando de armas a Ecuador y Croacia durante el primer gobierno de Carlos Menem. Que el actual mandatario, Javier Milei, considera el mejor del período democrático.

“En 1996 hubo cualquier cantidad de desempleo por lo que ocasionaron las explosiones. Bueno, sin reventar la fábrica como la reventaron aquella vez, lo que han hecho ahora es apagarla, y la verdad que van a quedar secuelas importantes, un desastre laboralmente”, sostuvo Felici.

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