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El austriaco Herbert Kickl aspira a ser el próximo hombre de Putin en el Consejo Europeo

Herbert Kickl comenzó a estudiar Periodismo y Ciencias Políticas en la Universidad de Viena, pero en 1989, tras la caída del Muro de Berlín, cambió a Filosofía e Historia. No logró terminar ningua de las carreras que comenzó y toda su vida profesional se ha desarrollado en el Partido por la Libertad de Austria (FPÖ por sus siglas en alemán), la extrema derecha austriaca, antieuropea, antiextranjeros y prorrusa . Hoy es el líder del partido y quiere convertirse en canciller de Austria. Los sondeos dicen que tiene muchas posibilidades de conseguirlo. «El FPÖ sigue liderando con un 27%, el Partido Popular (ÖVP) se ha puesto al día un poco desde las elecciones europeas y ha aumentado la brecha con el Partido socialdemócrata (SPÖ) con un 24%», explica el jefe del estudio demoscópico de OGM, Wolfgang Bachmayer , que dibuja un escenario en el que la ultraderecha ocupa el lugar del partido más votado y los hasta ahora grandes ÖVP y SPÖ no alcanzarían a formar una gran coalición en su contra. Y si Kickl logra de alguna manera formar gobierno, el terremoto no solamente hará temblar el sistema político de Austria. La onda sísmica llegará a Bruselas, donde un nuevo hombre de Putin se sentaría en las reuniones del Consejo Europeo.Cuando el conservador Sebastian Kurz asumió el mando del ÖVP en la primavera de 2017, lo redirigió a un rumbo más restrictivo en materia de política migratoria y frenó al FPÖ, que había liderado las encuestas desde la crisis de refugiados de 2015, a veces incluso por un amplio margen. Kurz los incluyó en su gobierno y placó en cierta medida su evolución.Noticia Relacionada estandar Si Un plan terrorista del Estado Islámico obliga a cancelar los tres conciertos de Taylor Swift en Viena Rosalía Sánchez | Corresponsal en Berlín Al entonces líder del FPÖ, Heinz-Christian Strache , sólo le quedó la acusación de que Kurz había «copiado» su programa y el ÖVP ganó claramente las elecciones. Pero la situación es ahora muy diferente: el liderazgo de Kurz ha salido de la ecuación, el «escándalo Ibiza» barrió con la anterior dirección del FPÖ y Herbert Kickl presenta un programa para las elecciones del Consejo Nacional de finales de septiembre con una nueva retórica. En 114 páginas, el FPÖ presenta desde la exigencia de « remigración de extraños no invitados » hasta posiciones sorprendentemente liberales en cuestiones de política económica.La «Fortaleza Austria», que Kickl promueve desde hace mucho tiempo, debe ser una «fortaleza de la libertad», afirma, y eso significa un rechazo a nuevos impuestos, una reducción del tipo impositivo y del impuesto de sociedades, menores costes laborales no salariales y menos burocracia para las empresas, explicó el líder del partido a los medios. Cuando repite en los actos del partido que «el rendimiento debe merecer la pena», está ahora plagiando las consignas del ÖVP, al tiempo que adopta un lenguaje deliberadamente agresivo.Con Kickl , el FPÖ está dando un nuevo paso evolutivo. Durante décadas fue un partido de académicos y autónomos hasta que Jörg Haider lo reinventó a principios de siglo como una fuerza populista de derecha y apeló así a las clases sociales más bajas con promesas de generosas ayudas estatales: pensiones más altas, límites a los precios de los alquileres y a los costes de la energía. Kickl, que proviene de una familia de clase trabajadora de Carintia, la tierra natal de Haider, ha elevado a la enésima esa estrategia, identificando el partido con la expresión «soziale Heimatpartei», algo así como «fiesta social en casa». No está claro de dónde saldrá el dinero para la prometida ampliación de las guarderías, más personal de enfermería o menos impuestos, pero sus promesas están calando en los votantes decepcionados del ÖVP que, según las encuestas, ya se han volcado en masa al FPÖ. Se trata de más de medio millón de votantes, según ha cifrado el consultor político Thomas Hofer en declaraciones publicadas por \'NZZ\', que nombran a los dos partidos como su primera o segunda preferencia indistintamente.El ÖVP tiene la desventaja de que lleva 37 años en el poder y que han incumplido promesas electorales como reducir la tasa impositiva hasta alrededor del 40%. El FPÖ presume, por su parte, de que en las últimas décadas sólo ha habido dos presupuestos generales equilibrados y que en ambas ocasiones el FPÖ formaba parte del gobierno de Austria.Si obtuviese el mayor número de votos en septiembre, Kickl intentaría formar coalición con los populares austríacos, pero sus relaciones con Rusia supondrían un serio obstáculo . El FPÖ desaprueba las sanciones europeas contra Rusia, las ayudas a Ucrania y en 2016 firmó un «tratado de amistad» con el partido del presidente ruso Vladimir Putin del que después ha debido distanciarse. \'Politico\' ha publicado acusaciones contra ex oficiales de inteligencia austriacos, que habrían contado con la complicidad o la indiferencia de Kickl desde la cartera de Interior, y que proporcionaron a Rusia información clasificada durante años, ayudando a Moscú a socavar el servicio de espionaje del país. El objetivo final, según los funcionarios de inteligencia occidentales citados por este medio, era paralizar la antigua agencia de inteligencia austriaca, la BVT, y luego reconstruirla con agentes leales a Moscú. Es el estilo de Kickl, que lleva toda una vida política trabajando en la cocina del partido. «Si hay una fiesta en mi barco, prefiero estar en la sala de máquinas que en la cena del capitán», dijo cuando Strache todavía era todavía jefe del partido, según «Kickl y la destrucción de Europa», su última biografía, publicada el pasado mes de abril.

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