Durante meses se ha hablado en Berlín del \'clan Gaza \' , en referencia a la evidente red que organiza las protestas violentas antiisraelíes en la capital alemana, el núcleo duro de las manifestaciones contra el apoyo de Alemania a Israel , las celebraciones públicas de los bombardeos iraníes o las muestras públicas de duelo por la muerte de líderes de Hamás. Lo que la Policía ha tardado en identificar es que casi todos sus miembros pertenecen a una misma familia, los Barbakh . Proceden de la ciudad de Jan Yunis , en la región suroccidental, a sólo veinte kilómetros de la frontera con Egipto. Las autoridades alemanas creen que el ahora denominado \'clan Barbakh\' ha introducido ilegalmente en el país a unos 300 miembros de esta extensa familia, que viven en Berlín en albergues de refugiados o con parientes ya legalmente establecidos. El apellido Barbahk se ha convertido en una especie de institución entre la comunidad musulmana berlinesa, una autoridad que desafía a las locales.En la plaza Hermannplatz , en el barrio de Kreuzberg , tradicionalmente de población mayoritaria turca, docenas de jóvenes pasan el rato en los puestos de té. Es la tarde de Halloween y regañan airados a niños disfrazados en busca de caramelos. Eso no es \'halal\', les gritan, y los niños desaparecen al instante. La primera respuesta coral, cuando se les pregunta si conocen al algún Barbakh, es negativa. Improvisan una búsqueda sobre la periodista en internet, a través de sus teléfonos móviles, para comprobar que es quien dice ser, y reprochan: «No deberías venir tú aquí, sino tu marido». Noticia Relacionada \'Caza al judío\' en Alemania reportaje No «No me atrevo a ir a clase y hay llamamientos diarios a la intifada» Rosalía Sánchez Las agresiones y las manifestaciones antisemitas se propagan por los campus, donde el ambiente se ha envenenado desde el inicio de la guerra en Oriente PróximoEl camarero regala baclava y dátiles sobre la mesa y poco después llega Yasser, que se identifica como un Barbakh, pero no muestra ninguna documentación. Defiende que su familia no es especial porque «toda Gaza odia a Israel» . Y asegura, en un torpe inglés, que él ya no asiste a manifestaciones ni protestas porque ya es mayor de edad. «Si voy a una más, mi madre me echa de casa. Y mi madre es mucho peor que la Policía», arranca las risas de del resto.Efectivamente, s on menores de edad los que protagonizan las protestas más violentas . Algunos de ellos, como Mohammed, de 16 años, ha sido detenido por la Policía de Berlín más de cincuenta veces y acumula acusaciones de resistencia a los agentes del orden, ataques físicos a los policías, lesiones corporales, uso de símbolos de carácter inconstitucional y de organizaciones terroristas, insultos vejatorios y alteración del orden público. Su deportación sería posible si la autoridad de inmigración responsable presentase la solicitud correspondiente y el fiscal estuviese de acuerdo, algo que todavía no ha sucedido. Objetivos judíosOtros hermanos Barbakh, como Mohammed, Hashim y Fares, posan habitualmente y muy orgullosos en Instagram con gestos y símbolos de islamistas y terroristas, como el dedo del Estado Islámico o el triángulo rojo de Hamás , con el que los manifestantes identifican en las calles de la capital alemana objetivos judíos, como viviendas o comercios, que después son atacados. Se refieren a sí mismos como Juventud Al-Qassam, en referencia a las Brigadas Qassam , el ala militar de Hamás, y alardean de que las multas que les son impuestas por la violación de la ley en la capital alemana las pagan sus parientes.«Es una familia que apareció en Berlín de manera relativamente repentina, que está muy bien conectada, que no requiere del sistema social para su supervivencia y que no oculta su odio a Israel» , describen fuentes del Ministerio de Interior. «Se apoyan muy abiertamente unos a otros en las redes sociales, pero también en la calle y uno de sus objetivos es reclutar a más y más seguidores». En las protestas, se caracterizan por su disposición a la violencia y sus consignas para atacar a los agentes de Policía, pero en redes se muestran como víctimas de la violencia policial y criminalizados por la prensa. Legalmente, cualquier ilegal o refugiado que incurra en un delito de odio puede ser expulsado de Alemania y repatriado, pero la falta de documentación impide fijar legalmente un país de destino. La mayoría ni siquiera tiene un domicilio fijo en Berlín, al menos de cara a las autoridades. Ottilie Klein , secretaria general de la CDU de Berlín, considera que «el rápido establecimiento del clan de Gaza demuestra que ahora se trafica con radicales violentos específicamente hacia Alemania para difundir su odio hacia los judíos y su desprecio por nuestros valores y nuestro Estado».