Opinión del Lector

El daño es enorme

En la Argentina el tratamiento de enfermedades oncológicas es absolutamente gratuito, siempre y cuando tengas cobertura pública exclusiva. Seas nativo o extranjero. El Estado asume tu acceso a tratamiento y oportunidad de sobrevida. Ése es el orgullo de nuestra salud.



El retraso en cualquier tratamiento oncológico afecta la supervivencia de los pacientes. Está demostrado. Existe un cálculo de pérdidas de años de vida por el acceso tardío a un fármaco oncológico o a varios, porque los tratamientos en general son a base de mezcla de medicamentos. Por eso es alto el costo. Y son tratamientos que a veces duran años. Y hay otros cánceres, como el de próstata o el melanoma, en que la suspensión de la medicación genera la posibilidad de hacer metástasis. Si se retrasa la medicación, aparecen marcadores periféricos. Eso genera dolor, necesidad de oxígeno y otras calamidades, como la afectación del sistema inmunológico. O sea, la colonización de otros órganos por virus, hongos, bacterias o parásitos. Y las enfermedades crecen y eso disminuye la posibilidad de vivir.



No hay cómo precisar matemáticamente el dolor y el daño que genera la decisión del Gobierno nacional de retrasar la entrega de drogas oncológicas, pero es enorme.



Lo que sí se puede ver en los ojos de esos pacientes, son las ganas imperiosas de vivir y la hondísima pena cuando uno tiene que decirle a través de la ventanilla de farmacia “su medicamento no llegó”. Es el ingreso a una pesadilla que no se puede imaginar, porque ahí el paciente toma otra conciencia de su situación, y eso lo deprime.



Nosotros lo que hacemos es iniciar a través de los mecanismos formales una catarata de pedidos, informes de anatomías patológicas, formularios, recetas, certificados, confirmaciones burocráticas.



Antes era una auténtica alegría: llegaban los medicamentos, los pacientes iniciaban o sostenían su medicación, los veías recuperarse, engordar, sin palidez. Ahora ya no, gracias al Gobierno nacional que mira para otro lado.

(Javier Maroni es director ejecutivo del Hospital Evita de Lanús)

Autor: Javier Maroni|

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