El Gobierno nacional reveló este viernes la imagen y la identidad de Hussein Ahmad Karaki, a quien catalogó como el jefe operativo de la agrupación terrorista Hezbollah en América Latina.

El mismo está acusado de llevar a cabo tareas de planificación y reclutamiento que derivaron en atentados en la región, incluyendo los ataques a la Embajada de Israel en 1992 y a la sede de la AMIA en 1994, ambos en la Ciudad de Buenos Aires.

El informe que elaboraron desde el ministerio de Seguridad y la SIDE asegura que Karaki estuvo en la Capital Federal el día que volaron la embajada de Israel y que fue el encargado de comprar la camioneta que se utilizó como coche bomba.

Asimismo, afirma que dejó el país en las horas previas a la explosión utilizando un pasaporte colombiano bajo el nombre de Alberto Leon Nain.

De esta manera, el juez Daniel Refecas, a cargo de la investigación contra la mutual judía y la embajada israelí, recibió el documento que también adjuntó una imagen del terrorista, que habría recibido una identificación falsa otorgada por el Gobierno venezolano en 2004, bajo el nombre de David Assi. Además de Alberto Nain, Karaki también usó el nombre de Elías Ribeiro Da Luz.

La noticia se dio a conocer mediante la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien aseguró en una conferencia que solicitarán a la Interpol que difundan la circular roja, una notificación dirigida a las fuerzas del orden de todo el mundo para localizar y detener provisionalmente a una persona en espera de su extradición o entrega. Estiman que Karaki estaría en el Líbano.

«Actuaba bajo órdenes directas de Hassan Nasralah», contó la funcionaria respecto al líder de Hezbollah, que fue abatido por las Fuerzas de Israel en las últimas semanas.

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Al tiempo, Sergio Neiffert, el titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado, agregó: «La SIDE está trabajando con los servicios de inteligencia internacionales y con el Ministerio de Seguridad para alcanzar el éxito de esta investigación».

El ataque contra la embajada de Israel ocurrido el 17 de marzo de 1992 fue desmantelado debido a una indagatoria iniciada por las autoridades argentinas y brasileñas en noviembre del año pasado, en una compleja trama de inteligencia que se conoce como Operación Trapiche. En este marco, algunos miembros de la organización terrorista fueron arrestados en Sudamérica.