Japón permanece en compás de espera mientras su sistema político arranca una etapa de fragmentación parlamentaria sin precedentes. Las elecciones generales celebradas el domingo dejan al Partido Liberal Democrático (PLD) sin mayoría y con sus peores resultados en quince años. La formación conservadora inicia ahora una carrera contra la oposición para recabar apoyos que permitan, a unos o a otros, formar gobierno.Partiendo de una renovación del acuerdo con el partido budista Komeito , su socio de coalición, el líder del PLD y primer ministro, Shigeru Ishiba , presentó ayer sus planes para reeditar el cargo. De momento, Ishiba no contempla ampliar la coalición, sino tratar de gobernar en minoría buscando apoyos concretos para cada iniciativa. «En este momento, no tengo una coalición en mente», señaló. «Debemos empezar incorporando con humildad y discutiendo en profundidad nuestras respectivas políticas».Según explicó en redes sociales Rintaro Nishumira , analista de The Asia Group , sus palabras reflejan «la complicada tarea de convencer» a otras fuerzas, como el Partido Democrático para el Pueblo (PDPP) y/o a Ishin , «desde una posición de debilidad para que se unan. Apresurarse para alcanzar acuerdos conlleva el riesgo de pagar un precio demasiado alto, por lo que probablemente es mejor hacerlo política a política, empezando con el presupuesto adicional, y discutir la expansión de la coalición después».Noticia Relacionada opinion Si Japón se desorienta Pablo M. Díez El archipiélago nipón, que está a la vanguardia de Occidente pese a hallarse en Oriente, suma la inestabilidad política a sus problemas sociales y económicosDurante su intervención, Ishiba achacó el desplome de 247 escaños a 191 a los escándalos de corrupción : los lazos de su partido con la Iglesia de la Unificación y, sobre todo, a una trama de ingresos electorales no declarados que hace un mes provocó la renuncia de su predecesor, Fumio Kishida .El PLD debe «renacer», aseguró. Sin embargo, los cálculos parlamentarios para seguir gobernando pasan por readmitir a los 18 parlamentarios expulsados temporalmente de la formación que han logrado conservar sus escaños presentándose como independientes –otros 27 no lo consiguieron–.El primer ministro Ishiba no dimiteIshiba descartó la dimisión: «Quiero seguir cumpliendo con mi responsabilidad (...). Afrontaré este serio reto» . El pobre bagaje supone un violento choque de realidad para un veterano elegido por sorpresa , con el único objetivo de revertir la senda descendente del PLD, en gran medida por contar desde hace años con un alto índice de aprobación. Pero los hechos no acompañan: Ishiba ha sido el candidato que más ha viajado por el país, cubriendo 14.000 kilómetros en doce días de campaña, pero el PLD solo ha ganado en 13 de los 76 distritos que ha visitado.Su popularidad se sustentaba sobre su oposición a la línea dominante del partido, representada por el difunto Shinzo Abe . Ishiba era considerado un político de principios, imagen que se ha visto dañada por su marcha atrás en puntos clave de su programa, como la creación de una OTAN asiática , la retirada de la obligación de que las parejas adopten un mismo apellido al casarse o la convocatoria inmediata de elecciones.Ahora bien: esta maniobra quizá haya salvado su condición de fuerza más votada, cortando la progresión del Partido Democrático Constitucional (PDC) antes de que su líder también recién elegido, Yoshihiko Noda , urdiera nuevas alianzas o presentara sus propuestas. Pese al escaso margen, el PDC ha conseguido saltar de 98 a 148 escaños, evidencia de una tendencia al alza que disipa la posibilidad de una gran coalición. Noda mantuvo ayer un encuentro con el sindicato Rengo , al que pidió su apoyo para conformar una mayoría alternativa.El calendario del ParlamentoLa sesión de investidura debería tener lugar en un plazo de 30 días, aunque algunas voces apuntan al 11 de noviembre como fecha señalada. El proceso consta de una votación inicial que debería saldarse con una mayoría absoluta, cifrada en 233 escaños. En caso de que nadie la obtenga, se produciría una segunda votación entre los dos candidatos más votados, quienes solo necesitarían una mayoría simple.Este escenario pone de manifiesto la importancia de la tercera y cuarta fuerza en las elecciones: los populistas de Nippon Ishin no Kai , menguados de 44 a 38 escaños, y los centristas del Partido Democrático para el Pueblo (PDPP), quienes han pasado de 7 a 28. Si la lucha inicial pasa por atraerles a uno de los bloques, a Ishiba le bastaría su abstención para ser primer ministro en la segunda vuelta.