Nacionales

El grito del final

 

Rosario Central volvió a sonreír tras mucho tiempo en la Liga Profesional. Si bien la ecuación no cambia nada ni modifica lo que fue un 2024 olvidable, se regaló una alegría tras varios sinsabores consecutivos en un año que se hace eterno. La importancia del triunfo radica en que lo consiguió ya bajo la impronta de su nuevo entrenador, lo que lo llevará a tener una semana un poco más tranquila desde el ánimo. Ariel Holan necesitaba de los tres puntos para empezar a apuntalar su incipiente ciclo.

La visita a Santiago del Estero, tierra sagrada que le trajo buenos recuerdos, representaba una empresa difícil para el conjunto auriazul dadas las circunstancias, a saber: un equipo emparchado, con varios titulares afuera por lesión, un calor agobiante e insoportable en la provincia vecina, un rival que venía con el autoestima alta por el triunfo reciente y con una mejoría considerable desde que Omar De Felippe tomó el mando, sumado a una formación con hombres que venían sumando pocos minutos en el último tiempo y cuya continuidad en el club de Arroyito en 2025 estará más que en duda por sus bajos rendimientos.

Todo lo expuesto quedó en evidencia desde el primer minuto en el estadio Madre de Ciudades, lugar donde el Canalla conoció la gloria al coronarse en la Copa de la Liga 2023, ya que más allá de las buenas intenciones de Central, las limitaciones futbolísticas de algunos componentes de la estructura estaban a la vista, con imprecisiones y errores de concepto de juego. Fueron los casos de Damián Martínez, Kevin Ortíz y Lautaro Giaccone, cuyo peso en el andamiaje futbolístico auriazul fue escaso. Incluso lo contrario, el aporte de los mismos complicó seriamente las posibilidades de la visita, con una banda derecha liberada que el Ferroviario supo usufructuar.

El conjunto de Holan manejó el balón y se movió bien arriba, sobre todo por la labor de Ignacio Malcorra, que conectó bien con Maxi Lovera y Jonathan Gómez, e incluso lo hizo participar más a Enzo Copetti. Pero todo lo bueno que elaboró adelante lo echó a perder en el fondo con las distracciones, quedando mal parado en varias ocasiones que, de no ser por la gran actuación de ‘Fatu’ Broun, lo hubieran puesto de rodillas en la primera mitad. Es que el uno se quedó con al menos tres mano a mano del local. Y cuando no hizo falta que intervenga fue el local quien dilapidó ocasiones muy claras. La sacó barata.

Central tuvo una oportunidad inmejorable para abrir el marcador, pero Giaccone, en sintonía con su producción intrascendente, se lo devoró solo en el área chica tras un centro preciso de Malcorra, que le puso el balón en los pies para que lo empujara solamente. El ex Ferro viene con varias actuaciones por debajo del nivel que supo mostrar en algún momento el año pasado. No es el único que entró en ese bache: Lovera, más allá de una leve mejoría hoy, también está muy lejos del nivel que tuvo en el cierre del torneo que le dio el campeonato al club de Arroyito.

En el complemento, el trámite fue con otras revoluciones. Se acható producto del cansancio acusado por ambos. Las altas temperaturas y el esfuerzo de la etapa inicial empezaron a pesar en las piernas y ello provocó la caída ostensible del ritmo. Los dos se repartieron errores con y sin pelota. Para colmo, la serie de lesiones afectó aún más al Canalla: salieron Malcorra, que venía siendo de lo mejor, y Copetti, afectados por molestias musculares. Esta consecuencia da cuenta de que la preparación física a lo largo de la temporada dejó mucho que desear. En el encuentro anterior ya había sido afectado Jaminton Campaz, y también Gaspar Duarte en un entrenamiento. Todas señales de una puesta a punto deficiente.

Volvió a jugar Tomás O’Connor después de un tiempo, y su tarea pasó desapercibida, ya que no se asoció con Lovera ni fue nexo con el resto de los volantes. Lo más ‘peligroso’ en la ofensiva auriazul pasó por las incursiones de Agustín Sández en ataque. Si hay que destacar la actitud del ex Boca, que se desdobló permanentemente por la banda izquierda, con buenas y malas, pero nunca resignó las ganas, a diferencia de algunos de sus compañeros. Vista la anemia en esa zona, Holan buscó sumar más peso con Marco Ruben y Luca Martínez Dupuy.

Quien también tuvo voluntad para mostrarse e ir a buscar algo más que el empate fue Emmanuel Coronel, que ingresó y, en pocos minutos, ofreció mucha más claridad por su zona que Martínez. Por las trepadas del lateral derecho también se explica que pudiera pasar algo más en el partido, cuando todo parecía sentenciado a un aburrido empate, con los dos queriendo bajar la persiana. Las situaciones brillaron por su ausencia y ganó terreno el apuro por sobre la precisión.

Cuando nada lo hacía pensar, Central sacó provecho de una pelota detenida casi en el final. Ruben de taco desvió un centro rasante desde un córner y Martínez Dupuy la empujó cayéndose en el área chica para destrabar de manera agónica una historia que iba camino a la paridad absoluta. Gol fundamental para la confianza del mexicano. El Canalla se aferró sin sobresaltos a la conquista obtenida en los minutos restantes y defendió inteligentemente la ventaja. Así, se abrazó a una victoria necesaria para lo emocional.

Ya sin chances de nada en lo que resta del certamen, el entrenador va sumando tiempo para seguir evaluando los recursos con los que cuenta actualmente, haciendo análisis  y sacando conclusiones respecto de que herramientas le servirán para encarar el 2025 y de cuales será mejor prescindir. De esta noche en Santiago del Estero puede llevarse ya más precisiones. Seguramente habrá tomado nota de que con determinados nombres es imposible seguir. La renovación del plantel deberá ser quirúrgica y también elegir correctamente los refuerzos. Solo así podrá desarrollar su proyecto y conseguir los objetivos propuestos.

 

 

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