Política

El juego de la oca

Crédito: 104360

Corrientes parece no levantar cabeza bajo la administración de Cambiemos, claramente afectada por la alta inflación y medidas económicas que van en detrimento del tan anhelado crecimiento de la provincia. Las promesas incumplidas de la alineación Nación-Provincia-Municipio y del “mejor equipo de los últimos 50 años” denotan únicamente la incompetencia con que el gobierno de turno maneja el país. Por un lado, la situación de los docentes universitarios que ya llevan más de una semana de paro, siendo un síntoma más del feroz ajuste que estamos viviendo; y por otro, el avance del proyecto Plan Costero, que tiene en vilo a muchos capitalinos ya que pone en peligro el empleo de cientos de trabajadores. ¿Qué tan necesario es este proyecto que, a las claras, solo será beneficio para unos pocos cuando al pueblo de a pie cada vez le es más costoso llegar a fin de mes?

 

 

Es inconcebible que hayamos pasado de un gobierno que apostaba por la educación, con la construcción de universidades y escuelas, a uno que ahora tiene un plan sistemático de desfinanciamiento de la educación pública. No es un tema menor que las medidas de fuerza que llevan los docentes universitarios a lo largo y ancho de todo el país, siendo el caso de la UNNE un ejemplo, no sea primera plana de los principales medios de comunicación. El lunes volvieron a tener una reunión con el Ministerio de Educación, y le ofrecieron un aumento salarial de apenas más del 10%, cuando lo que reclaman es 30 puntos porcentuales. La oferta del gobierno nacional fue, sin dudas, una burla no solo a los docentes sino también a la educación pública en general. El ajuste que están padeciendo las universidades nacionales pone en peligro el futuro de miles de estudiantes y trabajadores, y el ocultamiento de este tema que pretende el equipo de Macri, con la complicidad de todo el aparato mediático del que dispone, no hace más que invisibilizar la lucha. Claramente, para Cambiemos la educación se trata de un privilegio para unos pocos, y no un derecho que debiera ser de todos.

 

 

Solo hace falta hacer un repaso por todos los medios para darse cuenta que, desde que asumió Cambiemos, el discurso pasó siempre por pedirle un esfuerzo a los argentinos, por “achicar los gastos del Estado” y por reducir el déficit fiscal. Por lo tanto, no hay que ser demasiado astutos para reparar en que este gobierno le tiene miedo a la palabra “ajuste”, porque no quiere asumir la responsabilidad de no tener la capacidad para gobernar ni para conducir este país. Y por lo visto, la realidad de los dirigentes correntinos no es muy distinta: cada vez que se toman medidas que afecta al pueblo de Corrientes, agachan la cabeza y terminan dándole palmadas en el hombro al presidente y la espalda a los correntinos.

 

 

Sin embargo, como nos tiene acostumbrados este gobierno, la situación no es tan mala y esto solo es una “tormenta” – no pasa nada, tranquilos, diría el presidente – lo que indica que además de incompetentes son negadores seriales de la realidad. Como si fuera que las cuentas de la Provincia no están atravesando una situación grave, hace tiempo que el municipio viene agitando con bombos y platillos un proyecto de desarrollo urbano y costero. Pretenden refuncionalizar y reutilizar más de 350 mil metros cuadrados de terrenos ribereños, comprendidos entre el Parque Mitre hasta la zona del ex Regimiento N° 9 y la Unidad Penitenciaria N° 1. Lo que muchos festejan pero muy pocos dicen, es que este ambicioso plan tendrá un impacto directo en la vida de cientos de correntinos, ya que varias familias podrían verse desplazadas de sus hogares. Y no solo eso, también pone en peligro a espacios patrimoniales de la Ciudad, como ser las zonas portuarias de Vías Navegables, la escuela técnica como también la Usina o el mismo Regimiento de Infantería. ¿Qué pasará con las personas que viven y trabajan en esos lugares? Porque nadie aclara dónde van a reubicar a esos ciudadanos.

 

 

Desde sectores privados, dicen que allí se construirán edificios magníficos de hasta 35 pisos con vistas al río. Pero, ¿cuántas personas realmente serán las que podrán adquirir un lugar allí? Nadie piensa que en parte de esos lugares donde pretenden llevar adelante este plan, funciona una escuela técnica, que hace muchos años viene realizando reclamos para mejoras edilicias y para un mayor presupuesto. Sin dudas, tenemos una dirigencia que piensa más en obtener un rédito económico en vez de invertir más en educación. Y lo más lamentable, quizás, es que este Plan Costero no solo tiene el visto bueno de los concejales oficialistas, sino también de los opositores. Entonces, ¿en manos de quiénes estamos? Al parecer, no existe nadie que vele por los derechos de los correntinos.

 

 

No contentos con desplazar a cientos de familias y una escuela, también quieren reutilizar el ex Regimiento N° 9 y convertirlo en una suerte de centro comercial. Estamos hablando de un lugar que funcionó como centro clandestino de detención durante la última dictadura cívico-militar, y que ahora quieren devenir en un “espectáculo” al que solo accederán unos pocos. ¿Existe alguna forma más nefasta de bastardear a la memoria? Será por eso, tal vez, que a los argentinos y correntinos nos cuesta tanto levantar cabeza y despegar, porque falta memoria. Y si no la tenemos, claramente, estamos destinados a repetir una y mil veces los mismos errores del pasado.

 

Argentina parece no poder arrancar ante una economía que, nos prometieron sería pujante, pero cada vez va más en retroceso. Muy parecido al juego de la oca: siempre que avancemos dos casilleros, volvemos cuatro atrás.

 

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web