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El mensaje de Edmundo González ante las puertas del Congreso: «Compatriotas no desmayen, que no los defraudaré»

Ha terminado un \'round\', pero el combate todavía tiene cuatro meses por delante –cuando se inicie, el 10 de enero, el próximo período presidencial–. María Corina Machado ha dejado claro que la salida de Edmundo González no cambia en nada la naturaleza de su lucha, salvo el hecho de que el hostigamiento del régimen de Maduro vuelva a descargar todo su peso sobre ella. «En todo caso –aseguró Machado el martes en un encuentro virtual con distintos medios–, yo he decidido permanecer en Venezuela y acompañar la lucha desde aquí, mientras Edmundo González lo hace desde afuera. En funciones, además, que ahora podrá hacer de manera presencial y no de manera digital, como lo hemos venido haciendo hasta ahora».González ahora se encuentra en Madrid, donde este miércoles cientos de venezolanos se concentraron para apoyarlo, en la manifestación convocada por María Corina Machado , González, refugiado en Madrid desde el domingo, no hizo acto de presencia, pero su hija Carolina leyó unas palabras en su nombre.«Venezolanos, en esta hermosa manifestación quiero corroborar el compromiso inquebrantable que asumí el 28 de julio con ustedes», leyó Carolina. «Mi agradecimiento va a todos aquellos que votaron por mí y también a los que no pudieron hacerlo por las artimañas del Consejo Nacional Electoral que así lo impidió. Hago un llamamiento a la comunidad internacional a redoblar los esfuerzos por la restitución de la democracia y la libertad en Venezuela. La voluntad del pueblo expresada el 28 de julio tiene que ser respetada y la haremos respetar. María Corina Machado y yo les aseguramos que esta lucha que iniciamos continuará hasta alcanzar los objetivos que nos propusimos», dijo Edmundo a través de su hija. «Compatriotas, no desmayen que no los defraudaré».El abogado de González, José Vicente Haro, confirmó poco tiempo antes, en una entrevista televisiva, que el opositor «está en trámites para regularizar su estadía en territorio español», y aseguró que «hasta no tener todos los papeles y formalidades que se tienen que cumplir, [González]no puede hacer declaraciones o participar en concentraciones públicas. Limitaciones que durarán hasta que tenga el estatus correspondiente». Según información que maneja ABC, González permanecerá fuera de la luz pública hasta el jueves, día en el que tiene previsto reunirse con Sánchez en el Palacio de la Moncloa.Un comunicado confusoDesde que llegó a España, y antes de las palabras que leyó su hija, el líder opositor se ha pronunciado únicamente en un par de ocasiones a través de las redes sociales. En la primera oportunidad –el domingo después de aterrizar en Madrid–, dijo que su salida de Caracas había estado rodeada de «presiones, coacciones y amenazas». En la segunda, publicó una carta dirigida a los venezolanos que fue interpretada como un paso atrás, al hablar en pasado y no hacer mención a su condición de presidente electo. Sin embargo, Enrique Alvarado asegura a ABC que esa supuesta claudicación se debe a un «error de interpretación, o quizás de redacción», pues en la misiva González no dice que ha tirado la toalla.En estos momentos de desasosiego «Edmundo está aprovechando para estar con su familia y descansar –asegura Alvarado–, algo que en Caracas le era imposible por los temores de la persecución y el riesgo a ser detenido. Allá prácticamente no dormía. Y con su edad, esa angustia se ve reflejada en su salud». Según Alvarado, ahora González está tomándose un momento para respirar mientras sigue revisando su agenda y preparándose para conversar con Sánchez.Asimismo, Alvarado destacó la relevancia del acuerdo entre distintas fuerzas políticas que reconocieron a González como presidente electo, e hizo énfasis en el papel que representó el Partido Nacionalista Vasco para alcanzar ese logro. «Lo que ahora está en discusión es si Sánchez lo va a aceptar. A partir de ahora es su problema», indica.Una vez que tenga lugar la reunión con el presidente español, a González «se le permitirá utilizar sus derechos políticos como presidente electo de Venezuela» y se iniciará una gira internacional para recabar apoyos, asegura Alvarado.Dentro de la oposición venezolana hay varios equipos de trabajo que coordinan su agenda de los próximos días. Y ese programa incluye una posible visita al Parlamento Europeo, al Vaticano y a distintos Gobiernos, como el neerlandés o el alemán.Unión y separación familiarSegún Delcy Rodríguez, la vicepresidenta venezolana , Edmundo González pudo desplazarse hasta Madrid, junto a su esposa Mercedes López, gracias al salvoconducto mediado entre los Gobiernos de Sánchez y Maduro. Es en esta ciudad donde vive desde hace años Carolina, la menor de sus hijas. La mayor, Mariana, se quedó en Caracas, y por no haber escapado junto a sus padres, gran parte de la opinión pública especuló que el régimen chavista había impedido su salida del país. De esa forma, según las reacciones de algunos pesimistas, Maduro podía conservarla como una especie de rehén, como garantía para poder ejercer sus amenazas.Alvarado, sin embargo, desestima por completo esa interpretación. «Su hija es una mujer casada, hecha y derecha. Tiene su vida establecida en Venezuela y la va a seguir realizando allí porque es una profesional que tiene derecho a seguir con su profesión», argumenta, aunque también deja claro que en Venezuela nadie está exento de los peligros y riesgos del chavismo. «Si tú o yo estuviésemos allí, estaríamos corriendo los mismos riesgos que corre ella».Tras la salida de González, el fiscal general de Venezuela, el chavista Tarek William Saab , informó que las investigaciones abiertas en contra del presidente electo, por diversos delitos, serán cerradas judicialmente. Un hecho que, según opinión de expertos, deja en evidencia el modus operandi de la persecución política del chavismo, pues el hecho de la salida del país de un investigado no implica la extinción de la acción penal.Zapatero, policía bueno«Lo importante es entender este proceso como si le hubiesen puesto una pistola a Edmundo en la cabeza para que se fuera», indica a ABC Julio Borges, expresidente de la Asamblea Nacional y otro de los políticos venezolanos exiliados en España. «Maduro, amenazando, juega al policía malo; mientras que el bueno, el que supuestamente quiere ayudar, es Zapatero , que termina siendo más perverso que el malo».José Luis Rodríguez Zapatero estuvo en Venezuela el día de las elecciones y hasta ahora no ha hecho ninguna declaración al respecto. «Sería interesante que alguien le preguntara si ese día hubo fraude –señala Borges– , algo que avala con su silencio cómplice. En lugar de decirle a Maduro «entrega el poder», Zapatero se está prestando al juego que Maduro quiere, que es anular lo que sucedió el 28 de julio».Borges considera que Zapatero cumple una función de negociador y representante de los intereses económicos de España en Venezuela, «y para él eso está muy por encima de la dignidad de los venezolanos y su democracia. Es terrible, pero es lo que está prevaleciendo, en lugar de ponerse del lado del pueblo».Preguntado por el poder de alcance que podría representar el reconocimiento internacional de Edmundo González como presidente electo, ya habiendo pasado por la experiencia de Guaidó, Borges asegura que se trata de escenarios completamente distintos. «En el caso de Edmundo, él ganó una elección y Maduro es el que está desconociendo esa realidad. Nadie dentro ni fuera está planteado hacer una fotocopia del gobierno interino de Juan Guaidó ». Una experiencia que tuvo su momento y su lógica, según Borges. «Aquí se pide algo más sencillo, que es reconocer el resultado electoral. La mayoría de los países, que siempre manejan una enorme prudencia diplomática, están reconociendo poco a poco a González».Maduro está internacionalmente deslegitimado, sostiene Borges. «El único soporte que tiene es de la cúpula militar y de países no democráticos como Rusia, Irán y Cuba». Pero el resto del mundo tiene una idea muy formal de que Maduro se robó la elección y de que es un dictador, y eso lo pone en cuenta regresiva, en una situación insostenible. Más temprano que tarde, el bloque de poder se va a fracturar, política o militarmente», sentencia.

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