Como hace más de dos décadas, el Presidente visitó antes de la fiesta de Navidad el comedor Los Piletones. Cuando le preguntaron por el diciembre caliente, la dirigente social hizo una alusión al gobierno anterior: "Es lamentable que la gente siga creyendo en esa mala política".



Junto a su esposa, Juliana Awada, y a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, el presidente Mauricio Macri visitó, como desde hace 21 años, el comedor comunitario Los Piletones, en el barrio porteño de Villa Soldati.



El jefe de Estado tenía previsto pasar unos 15 o 20 minutos allí, pero finalmente el encuentro con la dirigente Margarita Barrientos se extendió casi una hora, tras lo cual la anfitriona acompañó a los visitantes al lugar donde habían dejado los autos.

 

Tal como estaba previsto, Macri no habló con los periodistas salvo por una escueta referencia al encuentro: “Como siempre, ya son como 12 años que venimos acá el 24, así que nada cambia”.



Quien sí se explayó fue Barrientos, quien aclaró de entrada que había sido un diálogo “más familiero que otra cosa”, aunque luego tuvo tiempo para hablar de política.

 

“Siempre fue muy bien recibido por la gente aquí”, dijo la dirigente social, quien esperó al Presidente y su gente con empanadas, jugo y gaseosa. “Han pasado los años para los dos. Hoy lo vi muy distendido, nos reímos mucho de las anécdotas que contaba. Lo vi más tranquilo”.

 

Cuando le preguntaron por el diciembre convulsionado, y en particular por los hechos ocurridos los últimos diez días, Barrientos comentó: “Hemos tocado muy poco de ese tema. Pareció que todavía hay gente que no quiere lo mejor para el país. Esto no lleva a mejorar las cosas; al contrario, sigue dividiendo. Eso pasó por los malos gobiernos. Es lamentable que la gente siga creyendo en esa mala política”.

 

Luego de insistir con ponerles fin a las divisiones, la anfitriona dijo que tiene “esperanza” para 2018. “Que podamos trabajar más, y que la familia y la nación argentina estén bien”, pidió, y contó que la situación está estable, y que las mayores dificultades están en Santiago del Estero.

 

Antes de despedirse, Barrientos dejó otro mensaje: “Lo que falta es que la gente no viva de los planes, sino de su trabajo. No deberían existir los planes, para que la gente elija lo que quiere comer. Para el año que viene desearía que haya más trabajo, obras, que las gente pueda trabajar, y estar más unidos”.

 

La agenda del Presidente



Macri pasará Nochebuena y Navidad en su quinta familiar Los Abrojos, en el partido bonaerense de Malvinas Argentinas, y el lunes partirá rumbo a Villa La Angostura, en Neuquén, para descansar junto a su familia y pasar el Año Nuevo.



Como ya es una costumbre, el Presidente alternará la última semana del año entre sus dos lugares preferidos para descansar: la quinta familiar en Los Polvorines, donde pasará la Nochebuena, y esa localidad de la Patagonia, donde recibirá el 2018. Las vacaciones de Macri concluirán apenas comenzado el año, ya que su regreso a las actividades en la Casa Rosada está previsto para el 2 de enero. Popular