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El niño show: la exposición de niñas y niños en épocas de multiplicación de pantallas

 

Todas las semanas se emite por el canal de YouTube de Conclusión un ciclo que busca acercar la realidad, para poder interpelarla profundamente. Es por ello que Catalejo, a lo largo de treinta minutos, aborda diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.

En este capítulo Gisela Gentile y Alejandro Maidana dialogaron con la psicóloga y docente UNR Magali Besson sobre una problemática preocupantemente naturalizada. Un intercambio necesario sobre la sobreexposición de niñas y niños en los medios y en las redes sociales, sobre todo en situaciones en las cuales se los coloca en una posición propia de la adultez, debería interpelarnos profundamente.



 

A este fenómeno del consumo indiferenciado de mercancías audiovisuales entre adultos y niños se suma algo más: desde la aparición del teléfono inteligente hasta nuestros días es notable el incremento de la exposición de los mismos niños en las redes. Magali Besson cuestiona la sobreexposición, sobre todo en situaciones en las cuales se los coloca en una posición propia de la adultez. La psicoanalista plantea que la naturalización de la simetría podría conducirnos más que a una democratización que autorice la palabra del niño, a una situación de abuso generalizado de las infancias.

En un trabajo que interpela fuertemente el rol de los adultos y que explicita de manera notable en su publicación en la Revista Froi. En su visita a Catalejo, indicó que “las formas de esta exposición son variadas. Hay niños grabados o que se graban a sí mismos haciendo lo mismo que harían detrás de la cámara y despreocupados por “el público”. Sin embargo, cada vez son más los niños exhibidos en su capacidad de ser como adultos, preocupados por decir algo certero y con relativa o clara conciencia del alcance viralizador de la red y del código de los likes”.

La infancia siempre estuvo más o menos indefensa frente a la desmesura de los adultos en instituciones y dentro de las familias, pero ¿qué nos plantea este fenómeno de una promoción intensa y extensa desde las redes de los niños show, de los “niños mostrables»? y ¿Qué impactos registramos en los lazos de estas divulgaciones virtuales por fuera de las pantallas? “Pocas cosas parecen ser más tentadoras para el mercado que la fascinación que genera la conjunción entre el discurso adulto y la frescura infantil que en los casos mencionados y en otros es instrumentalizada para su usufructo por parte de los adultos en busca de autodifusión o de algunos otros fines ¿Por qué estos adultos necesitarán que los niños digan por ellos?”, enfatizó Magali Besson.

 

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