Monseñor Adolfo Ramón Canecin, obispo de la diócesis de Goya, invita a conocer, reflexionar y difundir el manifiesto que los Jóvenes del NEA, que hicieron público el domingo en la Misa central en Itatí, en el marco de la XLIV° Peregrinación Juvenil. El obispo anunció que recibió y trajo a esta diócesis la imagen peregrina de la Virgen que durante un año recorrerá los siete departamentos de esta jurisdicción eclesial, acompañado a la Pastoral de Juventud.
El texto completo del manifiesto de los jóvenes es el siguiente:
"CON MARÍA, VAYAMOS SIN DEMORA AL ENCUENTRO DE JESÚS"
Como jóvenes, Iglesia y familia regional, en esta cuadragésima cuarta peregrinación juvenil, nos volvemos a encontrar en la casa de nuestra Madre habiendo peregrinando bajo el lema "CON MARÍA, VAYAMOS SIN DEMORA AL ENCUENTRO DE JESÚS".
Tal como podemos contemplar en el Evangelio, María es una madre sinodal, cuyo ejemplo de escucha, a Dios y a los demás, nos motiva a imitarla.
Nuestra presencia hoy aquí, es testimonio de Fe, Esperanza y Amor, signo de que los jóvenes estamos dispuestos a dejar las comodidades y seguridades que nos ofrece el mundo.
Vinimos con nuestras mochilas cargadas de alegrías, de sueños, pero también de cansancios y aflicciones. Por eso, querida Madre de Itatí, queremos presentarte nuestras vidas.
Te rogamos que intercedas por cada uno de nosotros, por todos los jóvenes del NEA, especialmente por los que sufren a causa de las heridas producidas por el abandono, la soledad, la violencia, las ausencias, injusticias, incomprensiones, humillaciones, las rupturas de relaciones afectivas, los pecados, y las frustraciones que agrandan los vacíos interiores, que en ocasiones llevan a la ansiedad y depresión buscando el falso refugio tormentoso de las adicciones.
Te pedimos que todos podamos conocer mejor a Jesús, ayúdanos a permanecer unidos a Él: Camino, Verdad y Vida.
Hoy queremos dar gracias a Dios por la vida, la cual valoramos, defendemos, respetamos y cuidamos, desde la concepción hasta la muerte natural.
Reconociéndonos pecadores, agradecemos a nuestro Señor Jesucristo, quien con Su Pasión pagó por todos nuestros pecados y nos invita a confesarnos cuantas veces caigamos, dejándonos sorprender por el amor incondicional del Padre.
Sintiéndonos agradecidos y recordando al Profeta Isaías, nos animamos a ensanchar el espacio de nuestra tienda, a abrir nuestros corazones a todos, sin excepciones, y a ser centinelas de la mañana.
En cada uno de nosotros se encuentra la fuerza del Resucitado que nos impulsa a ser testigos de la esperanza, anunciando con entusiasmo la alegría del Evangelio.
Como expresaron nuestros obispos en la Asamblea Plenaria de este año, “a cuarenta años de la recuperación de la democracia vemos con dolor cuánto desaprovechamos las posibilidades que teníamos de construir una Argentina pujante y feliz”. Pero “siempre es posible renacer si lo hacemos entre todos. Siempre hay camino si somos capaces de conversar y de ponernos la patria al hombro. Este es un deseo que no sabe de grietas o partidos, es de un pueblo.”
Ellos nos invitan a “cultivar los grandes valores de la honestidad, la laboriosidad, el respeto, el cuidado de la vida, la bondad, el servicio, la justicia. Sin ellos no habrá políticas ni proyectos que nos saquen del pozo.” Y nos recuerdan que “también la actividad política debería estar cimentada en una vida austera y coherente.”
Hoy estamos llamados a una escucha profunda y respetuosa de lo que Dios nos pide, bajo la guía del Espíritu Santo, a salir en búsqueda y al encuentro de cada hermano que nos necesita, a erradicar la violencia y sembrar la paz.
Nuestra respuesta a este llamado es comprometiéndonos a atender las necesidades urgentes mediante acciones que resuelvan el “ahora” de nuestros hermanos, las necesidades de medio plazo mediante el apoyo a entidades de beneficencia, las de largo plazo mediante la capacitación y ayuda para el acceso a un trabajo digno, y las que son para la eternidad, a través de la evangelización.
El momento de levantarnos es ahora, de caminar juntos como miembros de una Iglesia Sinodal, de abrazarnos, escucharnos, consolarnos, animarnos y atender las necesidades de nuestros hermanos sin demora y con amor, sosteniéndose los unos a los otros y viviendo como verdaderos hijos de Dios, fortaleciéndonos en la Fe. Por ello, es importante que nos formemos y preparemos con la mirada puesta en Cristo, y que asumamos las responsabilidades de nuestras acciones, promoviendo el compromiso social.
Madre, presenta al Señor cada una de nuestras intenciones, y que el Espíritu Santo nos anime a vivir en comunión, caminando hacia la santidad, amando la Eucaristía, perseverando en el amor y abriéndonos a recibir todas las gracias que Dios quiera darnos, convirtiéndonos en jóvenes valientes, íntegros, que valoremos y defendamos la familia, apostando al amor y la unidad.
Los jóvenes del NEA nos comprometemos a seguir manifestando esta fe viva, que nos une y nos mueve a realizar las obras de misericordia. Por eso expresamos este deseo de que, con María, vayamos sin demora al encuentro de Jesús y de nuestros hermanos.