Interior

El Obispo llamó a la "la compasión como ejercicio sinodal de sanación"

Con motivo de la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes y la Jornada Mundial del Enfermo que la Iglesia celebra este, sábado 11 de febrero, el obispo diocesano, monseñor Adolfo Ramon Canecin, presidió la celebración eucarística en el amanecer de este día en la gruta ubicada sobre la avenida Mazzanti en Goya. El lema que anima a esta jornada es “Cuida de el”. En esa sintonía, hizo un llamado a “la compasión como ejercicio sinodal de sanación”.

“Hablar de uno es vanidad pero hablar de la obra que Dios hizo, esta y quiere seguir haciendo en uno y atraves de uno, es ser testigo y es dar testimonio” fue el concepto inicial de la homilía del obispo.
Luego destacó: “Qué lindo es ser testigo, para que las nuevas generaciones, escuchen el testimonio. Antes que la palabra, es la propia vida el testimonio, contundente y elocuente de la presencia de Dios”.
En relación al lema que anima el novenario diocesano en este año: “Vamos juntos anunciando la alegría del Evangelio” el obispo preguntó: “¿Cómo anunciamos? –y continuó- con el testimonio, porque sin testimonio la palabra cae por tierra”.
Llamó a anunciar con alegría en “nuestra vida personal, conyugal, familiar, comunitaria, como fue la primitiva comunidad cristiana según relata los Hechos de los Apóstoles, que tenían un solo corazón y una sola alma, nadie pasaba necesidad porque ponían sus bienes en común con quienes no lo consideraban propios, el bien común era el mayor de los bienes. Ese testimonio era el mejor anuncio de lo que la obra del resucitado estaba haciendo ellos”.
“Miremos a la bienaventurada Virgen María de Lourdes y aprendamos de ella, a ser testigos de la obra de Dios en cada uno. Ella entonó y cantó el Magnificat, que es anuncio profético, porque Dios miró la humildad, la humillación y el abajamiento, el anonadamiento y la pequeñez de su esclava” y afirmó “esta es la condición para que Dios haga maravillas en nuestras vidas, que es presentarnos humildes, pobres, pequeños y disponibles”.
El obispo animó a “caminar juntos” y en esa línea explicó que es la sinodalidad “esta palabra que el Papa ha instalado y así toda la Iglesia en el mundo estamos haciendo este camino sinodal, vamos aprendiendo a caminar juntos”.
Destacó la celebración de la XXXI° Jornada Mundial de los Enfermos, señalando que es un “día para la reflexión, la oración y el compartir junto a quienes sufren las consecuencias de alguna enfermedad”.
“La compasión como ejercicio sinodal en la sanación” dijo que fue la exhortación anima esta jornada y, en ese sentido el obispo recordó lo que “nos dice el Santo Padre en el Mensaje de invitación para celebrar esta Jornada: “Cuida de él» (Lc 10,35) es la recomendación del samaritano al posadero. Jesús nos lo repite también a cada uno de nosotros, y al final nos exhorta a hacer lo mismo”.
Llamó a “cuidar a los enfermos, sea cual fuere, en esta circunstancia de la vida” y continuó “ejerzamos la compasión como ejercicio sinodal” e insistió “para cuidar al enfermo tenemos que ejercitar la compasión y hacerlo sinodalmente, caminando juntos”.
Dijo el obispo- “que importante es estar cerca de los que sufren, ofreciendo escucha, amor y compasión”.
“La enfermedad es parte de la condición humana, es parte de la vida, hoy puedo tener salud pero mañana ya me pasaron los años y la propia vejez ya es expresión de enfermedad. Hagan a otros lo que mañana van a querer que hagan por ustedes, ¿Por qué visitar al enfermo? –pregunto y respondió- porque quiero ver a Jesús”.
Concluyendo la homilía monseñor Adolfo Canecin dijo “Que el Señor aumente entre nosotros nuestra cercanía a los enfermos y nuestro compromiso de ser compasivos”.-

DIA DE LA VIRGEN DE LOURDES

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