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El Papa Francisco criticó la invasión a Ucrania: “La guerra nunca es el camino”

La guerra en Ucrania nuevamente es el eje temático de esta nueva edición semanal del L´Osservatore Romano en español.

La guerra en Ucrania nuevamente es el eje temático de la edición semanal del L´Osservatore Romano en español. El Papa Francisco ha realizado profundos y reiterados llamados a la paz. Desde la portada se destaca ese clamor de Bergoglio pronunciado en el Ángelus “¡En el nombre de Dios les pido, detengan esta masacre!”.
El nuevo sentido llamamiento del sumo pontífice por el fin de la guerra en Ucrania resonó el 13 de marzo, a mediodía, en la plaza de San Pedro al finalizar el Ángelus, recitado desde la ventana del estudio privado del Palacio apostólico vaticano. Antes de la oración mariana, había comentado el Evangelio del segundo domingo de Cuaresma, en el que Lucas narra la Transfiguración de Jesús.

El Papa Francisco expresó, coincidiendo con el noveno aniversario de su elección como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Romana “Hermanos y hermanas: Acabamos de rezar a la Virgen María. Esta semana, la ciudad que lleva su nombre, Mariúpol, se ha convertido en una ciudad mártir de la desgarradora guerra que está devastando Ucrania. Frente a la barbarie de la matanza de niños, de personas inocentes y de civiles indefensos, no hay razones estratégicas que valgan: ha de cesar la inaceptable agresión armada, antes de que reduzca las ciudades a cementerios. Con dolor en el corazón uno mi voz a la de la gente común, que implora el fin de la guerra. En nombre de Dios, escuchen el grito de los que sufren, pongan fin a los bombardeos y a los ataques. En nombre de Dios, les pido: ¡detengan esta matanza! ¡En nombre de Dios, escuchen el grito de los que sufren y pongan fin a los bombardeos y atentados! Se trabaje real y resueltamente en la negociación, y que los corredores humanitarios sean efectivos y seguros”.

De esta manera, el Papa continuó: “En nombre de Dios, les pido: ¡detengan esta matanza! Quisiera exhortar una vez más a la acogida de tantos refugiados en los que Cristo está presente y dar las gracias por la gran red de solidaridad que se ha formado. Les pido a todas las comunidades diocesanas religiosas que aumenten los momentos de oración por la paz. Dios es solo el Dios de la paz, no es el Dios de la guerra, y los que apoyan la violencia profanan su nombre. Ahora recemos en silencio por los que sufren y para que Dios convierta los corazones a una firme voluntad de paz”. En la segunda homilía semanal tradicional del Sumo Pontífice, la
Catequesis de los miércoles enmarcada en Audiencia General, prosiguiendo las reflexiones sobre el valor de la vejez, el Pontífice rezó “¡Señor, perdónanos la guerra!”.

Al finalizar la catequesis el Papa saludó a los varios grupos de fieles presentes en el Aula Pablo VI, lanzando un llamamiento por la paz en Ucrania y recitando una oración escrita por el arzobispo de Nápoles. La audiencia concluyó con el canto del “Pater Noster” y la bendición apostólica. “Queridos hermanos y hermanas, en el dolor de esta guerra hacemos una oración todos juntos, pidiendo al Señor el perdón y pidiendo la paz. Rezaremos una oración escrita por un obispo italiano. Perdónanos la guerra, Señor. Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de nosotros pecadores. Señor Jesús, nacido bajo las bombas de Kiev, ten piedad de nosotros. Señor Jesús, muerto en brazos de la madre en un bunker de Járkov, ten piedad de nosotros. Señor Jesús, enviado veinteañero al frente, ten piedad de nosotros. Señor Jesús, que ves todavía las manos armadas en la sombra de tu cruz, ¡ten piedad de nosotros!”.

En ese sentido, el Sumo Pontífice agregó: “Perdónanos Señor, perdónanos, si no contentos con los clavos con los que atravesamos tu mano, seguimos bebiendo la sangre de los muertos desgarrados por las armas. Perdónanos, si estas manos que habías creado para custodiar se han transformado en instrumentos de muerte. Perdónanos, Señor, si seguimos matando a nuestros hermanos, perdónanos si seguimos como Caín quitando las piedras de nuestro campo para matar a Abel. Perdónanos, si seguimos justificando con nuestro cansancio la crueldad, si con nuestro dolor legitimamos la brutalidad de nuestras acciones. Perdónanos la guerra, Señor. Perdónanos la guerra, Señor. Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ¡te imploramos! ¡Detén la mano de Caín! Ilumina nuestra conciencia, no se haga nuestra voluntad, ¡no nos abandones a nuestras acciones! ¡Detennos, Señor, detennos! Y cuando hayas parado la mano de Caín, cuida también de él. Es nuestro hermano.

Oh, Señor, ¡pon un freno a la violencia! ¡Detennos, Señor! ¡Amén!”.
L'Osservatore Romano de esta semana: "El Dios de la paz nos quiere hermanos y no enemigos"
La llamada de Bergoglio con el Patriarca de Moscú

En la primera página de esta edición del periódico vaticano se destaca la conversación que mantuvieron el Papa Bergoglio con el Patriarca de Moscú. El Papa Francisco y el Patriarca Kirill, han hablado directamente –en una video- llamada que se realizó en la tarde del miércoles 16 de marzo– sobre la guerra en Ucrania y del papel de los cristianos y de sus pastores en el hacer de todo para que prevalezca la paz.
En el encuentro participaron también el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos, y el metropolita Hilarion Alfeyev, metropolita de Volokolamsk, presidente del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú. El Papa Francisco dio las gracias al Patriarca Kirill por el encuentro –dijo el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni– motivado por la voluntad de indicar, como pastores de su pueblo, un camino para la paz, rezar por el don de la paz, para que cese el fuego. «La Iglesia - coincidieron el Papa con el Patriarca— no debe ser la lengua de la política, sino el lenguaje de Jesús». Y añadió: «Somos pastores del mismo Santo Pueblo de Dios, en la Santísima Trinidad, en la Santa Madre de Dios: por esto debemos unirnos en el esfuerzo de ayudar a la paz, de ayudar a quien sufre, de buscar caminos de paz, de detener el fuego».

El Papa y el Patriarca subrayaron la excepcional importancia del proceso de negociaciones que se está llevando a cabo porque, dijo Francisco, «quien paga la cuenta de la guerra es la gente, son los soldados rusos y es la gente que es bombardeada y muere». «Como pastores —continuó el Papa—tenemos el deber de estar cerca y ayudar a todas las personas que sufren la guerra. Hubo un tiempo en el que se hablaba también en nuestras Iglesias de guerra santa o de guerra justa. Hoy no se puede hablar así. Se ha desarrollado la conciencia cristiana de la importancia de la paz». Y, coincidiendo con el Patriarca en cuánto «las Iglesias

están llamadas a contribuir a reforzar la paz y la justicia», el Pontífice concluyó: «Las guerras siempre son injustas. Porque quien paga es el pueblo de Dios. Nuestros corazones no pueden no llorar frente a los niños, a las mujeres asesinadas, a todas las víctimas de la guerra. La guerra nunca es el camino. El Espíritu que nos une nos pide como pastores ayudar a los pueblos que sufren por la guerra».

VATICANO PAPA FRANCISCO GUERRA UCRANIA

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