Javier, querido, el pueblo está contigo” contaban algunos partidarios de La Libertad Avanza. Aplaudían frente a frases que en un pasado reciente hubiera imaginado escuchar silbidos: “No hay plata”, aplausos. “No hay alternativa al ajuste”, aplausos. ¿Escuchaban lo que oían?
Recibí mensajes de amigos que decían: “Día Magnifico para Argentina!!!” Los entiendo, integran el uno por ciento más rico del país, de la misma forma que aquellos que se fueron a vivir a Uruguay por la ampliación del impuesto al patrimonio y las grandes fortunas que aplicó el gobierno de Alberto Fernández. Pero quienes estaban en la Avenida de Mayo aplaudiendo el discurso de Javier Milei no eran parte de ese exclusivísimo colectivo. ¿Escuchaban lo que oían?
También comprendo a aquellos que sufrieron inseguridad que gritaran “policía, policía”. Allí no hubo malas interpretaciones.
El pueblo “que está contigo, Javier” es el treinta por ciento que lo votó consecuentemente en las PASO y la primera vuelta, el veinte seis por ciento que se sumó en el balotaje proveniente mayoritariamente de Juntos por el Cambio que le gritaba frente al Congreso “Sí, se puede”.
Cuarenta y cuatro por ciento, no. Por eso el pueblo solo gobierna a través de sus representantes, como dice nuestra Constitución “Nos, los representantes del pueblo de la Nación Argentina” o “Nosotros, los representantes del pueblo” en el caso de la de Estados Unidos. El pueblo es esencialmente multifacético y solo encuentra representación en organismo colegidos donde se puede representar su heterogeneidad.
Javier Mieli no le habló al pueblo argentino sino a sus propios partidarios, de espalda a los representantes del pueblo que estaban en la Asamblea Legislativa. Dio un discurso inaugural que dentro del Congreso no hubiera cosechado solo aplausos.
Prefirió dar un discurso de candidato, no de presidente de todos los argentinos. Ojalá haya sido solo un error o temor a silbidos y no un gesto premeditado de desprecio por Poder Legislativo. Al terminar su discurso recordó que en 2021 le dijeron “si ustedes son dos en 257, no van a poder hacer nada” refiriéndose a la cantidad de diputados de La Libertad Avanza. Y su respuesta fue: “una cita del libro de Macabeos 3.19 que dice que la victoria en la batalla no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del cielo”.
Las fuerzas del cielo no están representadas en las instituciones políticas que plasmó la Constitución de Juan Bautista Alberti tan citado por los libertarios como padre de la patria liberal. Y aunque ya no sean dos diputados sino treinta y ocho y siete senadores siguen siendo muy pocos.
Perdió la primera oportunidad de conquistar voluntades con un discurso integrador.