En las últimas horas, además, volvieron las filas de autos que cubren todo el puente, desde la cabecera argentina hasta la cabecera paraguaya, producto ahora si de los trámites necesarios para el ingreso al país.

Poco a poco el puente San Roque González de Santa Cruz, que une Posadas con encarnación, empieza a devolvernos imágenes que eran habituales algún tiempo atrás. Desde hace poco más de una semana volvieron las largas filas de autos varados en Encarnación, esta vez no por la lentitud del trámite en el paso fronterizo, si no más bien por el cupo que solo permite el paso de 1.600 personas por día.

En las últimas horas, además, volvieron las filas de autos que cubren todo el puente, desde la cabecera argentina hasta la cabecera paraguaya, producto ahora si de los trámites necesarios para el ingreso al país. Filas de autos que presagian tiempos de largas filas de espera para quienes quieren atravesar el viaducto en sentido Encarnación-Posadas en tiempos de pandemia.

El cupo de 1.600 autos por día podría ser modificado la semana que viene, según adelantó el propio gobernador de Misiones Oscar Herrera Ahuad. Esto resolverá el problema de “los varados”, aquellos misioneros que cruzan el puente con fines turísticos, familiares o comerciales, y se encuentran que con el cupo cubierto no les queda otra alternativa que pasar varias horas en sus autos a la espera de la reapertura del cupo. Son cada vez más horas, puesto que el cupo se cumple cada vez más temprano.

Pero las largas esperas en el auto para pasar desde Encarnación a Posadas no se terminarán con el cupo, eso puede darse por sentado, y lo demuestran las largas filas que se están formando en estos días sobre el puente internacional.

Es que el acceso a la Argentina, desde esta semana algo más flexible ya que no se exige la presentación de un test PCR, incluye algunos pasos que hacen que el trámite no pueda ser del todo rápido, y lleve su tiempo. Tiempo que termina generando largas filas.

El pedido de documentación extra a la habitual, como el de los certificados de vacunación, y la obligación de realizarse un test antígeno en el ingreso, llevan a que el pase sea más lento que lo habitual, derivando esto en largas filas de gente, y autos, que esperan por su turno.

Esto hace pensar que la ampliación del cupo, y aún más una posible liberación total de este, terminará generando igualmente esperas tan largas como las actuales. Es que basta recordar aquellos tiempos cercanos a las fiestas en los años de la pre pandemia, cuando intentar volver de Encarnación a Posadas, con trámites mucho menos rigurosos que los de este tiempo, significaba una travesía de pocos kilómetros, pero de hasta 3, 4 o 5 horas. El Territorio