Alejandro Montero es un profesor de fútbol que supo jugar con José "Pepe" Sand en su Bella Vista natal y es la mente maestra detrás de este proyecto. Es un plan que busca desarrollar escuelitas barriales para alejar a los jóvenes de los malos hábitos. La suya se llama "Club Atlético Deportivo Tornado" y entrena cerca de cien chicos con una sola pelota hace casi diez años. Una historia de vida en una provincia invadida por el fuego.
Hace varias semanas que Corrientes viene siendo el centro de atención de la Argentina. Desgraciadamente, es por una triste noticia que todavía no tiene fin. Los incendios con sus incontrolables llamas de fuego han azotado a la provincia y, en términos estadísticos, destruyeron más del 10% de su territorio.
Sin embargo, la pelota sigue rodando y es uno de los pocos alicientes para un pueblo lastimado que depende de donaciones y de lo que haga el Estado para salir adelante. Alejandro "Tito" Montero, un profesor de fútbol de 40 años, sigue a paso firme con "Club Atlético Deportivo Tornado", una escuelita de fútbol barrial que empezó hace casi diez años en la ciudad de Corrientes Capital.
Deportivo Tornado nace como el sueño de ser una institución que contenga a los chicos para que abandonen la calle y, en la práctica deportiva, encuentren un refugio. Tito, en diálogo con Doble Amarilla, manifiestó: "Todos tenemos un gran sueño en la vida y el mío se cumplió. Yo jugaba al fútbol con el gran Pepe Sand y mi tío era nuestro entrenador. Desde los 10 u 11 años que yo me propuse ser profesor de fútbol y tener mi escuela. Hoy somos un club sólido en el que todos los días se suman chicos".
Montero continúa contando su relación con el fútbol y da a conocer como surgió el nombre de su escuela: "A los 12 o 13 años jugábamos torneos en el campo por plata o por un novillo. Un compañero me pasaba a buscar en un autito que ni siquiera tenía vidrios e íbamos todos apretados a jugar al campo y ese equipo se llamaba Tornado y me prometí que cuando tenga mi escuela le iba a poner ese nombre".
"Deportivo Tornado es una gran familia. No le cobramos cuota mensual a los chicos que se suman a jugar con nosotros. Cobramos solo la inscripción a los torneos y con eso compramos los trofeos para los equipos del primer al cuarto puesto y medallas para todos los jugadores. Ellos se fueron con una sonrisa de oreja a oreja y con el pecho inflado" dice Montero, orgulloso de su obra.
Tito tiene en claro en que su trabajo es social. Así lo describe y también así lo siente: "Nuestro trabajo es sacar a los chicos de la calle y contenerlos con el fútbol. Es un trabajo humilde que lo hacemos por los niños de nuestra ciudad".
Sobre la posibilidad de ver a alguno de sus entrenados jugando en las grandes ligas, Montero asegura: "Me gustaría que se sumen a los clubes de Buenos Aires, tenemos muy buenos chicos. Tengo un chico categoría 2009, que se llama Uriel Colman que el año que viene empezará a jugar en Arsenal, yo estoy chocho, féliz y muy orgulloso por el gran sacrificio que hicieron él y su familia". Doble Amarilla