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El voto musulmán no perdona a Biden por la guerra en Gaza y puede ser decisivo para la victoria de Trump

Falta menos de un mes para las elecciones y muchos estadounidenses ya tendrán su voto decidido. Hay muchos que lo habrán hecho pensando en la economía. Otros, en la regulación del aborto. Es probable que el apoyo a la causa palestina y el rechazo al apoyo del Gobierno de EE.UU. a Israel en su operación militar en Gaza -y ahora en el Líbano- mueva muy pocos votos. Pero dos circunstancias podrían hacerlos decisivos: la batalla entre Kamala Harris y Donald Trump va muy ajustada y se decidirá por pocos votos en los siete estados decisivos; y uno de esos estados -Míchigan- tiene suficientes votantes árabes y musulmanes como para ser determinante.En este contexto, Harris tiene un problema y Trump tiene una oportunidad. «Vamos a tumbar a Joe Biden», aseguraba a este periódico a finales del año pasado Osama Siblani, activista palestino y editor de \'Arab American News\', el mayor periódico árabe. Lo decía desde Dearborn, en Míchigan, la primera ciudad con mayoría árabe del país.Como en el resto de comunidades árabes del país, la rabia es generalizada por la incapacidad de la Administración Biden de forzar a Israel a un alto el fuego en Gaza y por el apoyo económico y militar sostenido a su principal socio en Oriente Próximo. Biden ya no es el candidato demócrata pero, tras un año de guerra en la franja de Gaza , los árabes de Míchigan no parecen dispuestos a perdonar a su sucesora.Noticia Relacionada estandar Si Trump escenifica en Butler la comunión total con sus seguidores: «Derramamos la sangre juntos» Javier Ansorena | Enviado especial a Butler (Pensilvania) El expresidente de EE.UU. busca un impulso para la recta final de su campaña desde el lugar en el que sobrevivió de milagro a un intento de asesinatoUna encuesta reciente elaborada por el Consejo de Relaciones Islámico-Americanas (CAIR, en sus siglas en inglés) supone una señal de alerta para las opciones de Harris: el 40% de los musulmanes de Míchigan aseguran que su candidata preferida es Jill Stein, la líder del Partido Verde, que no tendrá ninguna opción en noviembre, más allá de contribuir a una eventual derrota de Kamala Harris. No es la única mala noticia de la encuesta: la segunda opción más elegida es Trump (18%), por encima de la vicepresidenta (12%).Por un puñado de papeletasEs un escenario de pesadilla para los demócratas. La historia reciente dice que cuando hay un alto porcentaje de voto a candidatos de terceros partidos , el perjuicio es para ellos. Ocurrió en 2016 y Hillary Clinton perdió por poco más de 10.000 votos ante Trump.Pero, sobre todo, Harris y los demócratas casi solo pueden perder apoyo en el voto árabe y musulmán. El censo muestra que hay algo más de 150.000 votantes de esta comunidad en Míchigan. El 80% votó demócrata en 2020. La encuesta de CAIR es una alerta de que la pérdida el próximo noviembre puede ser de decenas de miles de votos.No ayuda a Harris la negativa del movimiento \'Uncommitted\' -\'No comprometido\'- a darle su apoyo en la elección general. Los \'Uncommitted\' pidieron en las primarias demócratas que se diera ese voto \'no comprometido\' como gesto de castigo a Biden y en Míchigan consiguieron 100.000 votos en ese sentido. Ahora han decidido no dar el apoyo a la vicepresidenta, pese a los esfuerzos de su campaña, por negarse a reunirse con familiares de las víctimas palestinas en Gaza.La paradoja es que el beneficiado del voto propalestino puede ser Donald Trump, quien como presidente impulsó un veto a la inmigración desde varios países musulmanes, trasladó la embajada de EE.UU. a Jerusalén y canceló la financiación a la agencia de refugiados palestinos de la ONU (Unrwa).No ayuda a Harris la negativa del movimiento \'Uncommitted\' -\'No comprometido\'- a darle su apoyo en la elección generalBuscando apoyoTrump, sin embargo, no se ha quedado de brazos cruzados y ha tratado de aprovechar los problemas de su rival. Ha encargado a Massad Boulos, un empresario libanés que es el suegro de su hija menor, Tiffany , buscar apoyos en las comunidades árabes y ya ha empezado a cosechar sus primeros éxitos. Por ejemplo, se lo ha dado Amer Ghalib, alcalde de Hamtramck, una localidad de Míchigan que es la única del país en la que todos los miembros de su consistorio son árabes. También le ha prometido su ayuda Imrán Salah, un imán de Detroit.El mensaje de Donald Trump a los votantes árabes es claro: con él al mando, no habría guerra en la franja de Gaza, que es lo mismo que dice sobre la de Ucrania. Es algo que gusta a muchos estadounidenses, ya sean árabes o no, después de que el expresidente cerrara su primer mandato sin ninguna guerra. Y que tiene un eco especial ahora que el conflicto en Oriente Próximo -la operación israelí en Líbano, los ataques de Irán- se extiende y profundiza.

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