El arzobispo de Corrientes Monseñor Andres Stanovnik que se recupera de una cirugía oncológica en  Buenos Aires, saludó hoy a los párrocos en su día con una emotiva carta que además invita a la reflexión. El contenido de la carta se difundió a través de la cuenta oficial de Facebook de la Arquidiócesis, que acontinuación se transcribe. 

 

Queridos hermanos Sacerdotes:





El Día del Párroco y de los Sacerdotes me brinda la ocasión para compartir con todos ustedes la alegría de nuestro sacerdocio ministerial y así renovar la gratitud a Jesús, Buen Pastor, por este inmerecido don que nos ha tocado desempeñar en la Iglesia.





Esta conmemoración nos lleva espontáneamente al día en que nos ordenaron presbíteros. En atención a ello, me gustaría recordar con ustedes la última pregunta, que nos formularon cuando manifestamos nuestro propósito de recibir el Orden Sagrado: “¿Quieres unirte cada día más a Cristo, Sumo Sacerdote, que por nosotros se ofreció al Padre como víctima santa, y con él consagrarte para la salvación de los hombres? A diferencia de las preguntas anteriores en las que respondíamos “sí, quiero”, a esta habíamos contestado: “Si, quiero, con la ayuda de Dios”. Lo cual nos recuerda siempre que sin esa ayuda es imposible unirnos cada día más a Cristo y menos aún consagrarnos para la salvación de los hombres.





Por eso, también cuando nos ungieron las manos las palabras que acompañaron ese gesto nos centraban en Jesucristo, en el Padre y en el Espíritu Santo, para que nuestro ministerio sea fecundo para la santificación del pueblo cristiano y para “ofrecer a Dios el sacrificio”: “Jesucristo, el Señor, a quien el Padre ungió con la fuerza del Espíritu Santo, te proteja para santificar al pueblo cristiano y para ofrecer a Dios el sacrificio”. ¡Qué bien nos hace volver con frecuencia al día de nuestra ordenación sacerdotal! Y allí beber de la fuente que enamoró y dio sentido a nuestra vida y ministerio sacerdotal.





Felicidades a cada uno de ustedes y a la porción de Pueblo de Dios que les fue confiado. Que el Santo Cura Brochero, Patrono del clero argentino y el Santo Cura de Ars les concedan la alegría en el servicio sacerdotal, y nuestra Tierna Madre de Itatí los cuide de todos los peligros y los consuele en sus fatigas.





Profundamente agradecido por sus oraciones para que me recupere pronto, rezo por cada uno de ustedes.

Los abrazo y bendigo.





†Andrés Stanovnik OFMCap

Arzobispo de Corrientes