Pese a que se registraron lluvias en varios sectores, siguen siendo insuficientes. Ayer, bomberos continuaban trabajando en la zona de San Alonso, en los esteros, y hubo varios focos ígneos en Palmar Grande y paraje El Caimán.
Además de los focos activos cercanos a Santo Tomé, San Alonso y otras zonas del Iberá, varias dotaciones de bomberos lucharon cuerpo a cuerpo ante algunos focos ígneos en la zona del paraje El Caimán, cerca de San Miguel y en Palmar Grande, departamento de General Paz.
La escasa lluvia caída en las últimas horas casi no impactó en la extrema sequía de los pastizales y nuevamente por aire y tierra se combatió a destajo para evitar que el fuego se propague.
En el caso de Palmar Grande, las llamas fueron atacadas por un grupo de brigadistas voluntarios del Ministerio de Justicia que no dudaron en sumarse a las cuadrillas que están luchando en la primera línea del fuego.
San Miguel es uno de los lugares más castigados por los incendios en Corrientes y los lugareños aseveran que la última lluvia considerable fue el pasado 20 de diciembre 2021.
Esteros, lagunas, bañados y arroyos están sin agua, lo que afecta a la fauna y la flora local que pasa por uno de los peores momentos ante semejante seguía.
Bruno Lovinson, del Cuerpo de Bomberos de Paso de la Patria, confirmó que durante el día combatieron llamas en el paraje El Caimán que fue el epicentro de algunos focos y vale recordar que hace algunos días allí se perdieron dos viviendas consumidas absolutamente por las llamas.
El trabajo de brigadistas, bomberos locales y de localidades vecinas es arduo y sin descanso.
El Comando de Comunicaciones del Ejército Argentino que brinda su apoyo en forma permanente y aviones hidrantes de manejo del fuego pudieron hacer que el problema no pasara a mayores.
Según especialistas, el fuego durante la noche quedó alojado en alguno de los esteros y en algunos montes donde es difícil combatir los incendios.