“Cepo mata productividad”. Esa fue la frase del economista jefe de Fiel, Fernando Navajas, el jueves en seminario al advertir que el boom de Vaca Muerta y el sector minero pueden no ser suficientes para incrementar la eficiencia de la economía en los próximos años. “Tenemos que hacer funcionar una apertura importante, por el grado de distorsiones que hay en la cuenta corriente y que va más allá de la cuestión arancelaria”.
Para Navajas, a la economía argentina pueden ingresar dólares, pero nunca ser suficientes aunque aumenten las exportaciones o no haya sequía. ¿El motivo? Los precios relativos y las reformas pendientes.
Uno de los argumentos más escuchados en los últimos años -y para explicar la crisis de balanza de pagos que enfrentó el gobierno de Mauricio Macri-, es que la Argentina enfrenta un problema estructural de faltantes de divisas. Pero el país ahora estaría delante de una oportunidad de la mano del gasoducto Néstor Kirchner y las perspectivas del litio que harían aumentar las exportaciones. No obstante ello, advierte Navajas, la Argentina debe corregir los precios relativos de su economía, solucionar el cepo y hacer reformas porque de lo contrario los incentivos a que las empresas inviertan y mejore la productividad de la economía, seguirán ausentes. El capital busca dilucidar cómo recuperará su inversión aún estando Vaca Muerta.
Este tema fue tratado el día jueves en la XVIII edición del Seminario Internacional del Boletín Techint.
Capital humano y pandemia
Hablar de productividad cuando el día anterior el dólar blue había llegado a $ 780 resultó todo un desafío.
“Este año elegimos este tema que no está en boca de ninguno de los candidatos a Presidente: la productividad”, comentó Gerardo della Paolera, moderador y director ejecutivo de la Fundación Bunge & Born. "Los economistas estamos tapados por la coyuntura", admitió. De hecho en los pasillos, los resultados de las PASO y la reacción de los mercados eran el tema de conversación entre economistas reconocidos (Daniel Marx, Ernesto Schargrodsky, Sebastián Katz, José María Fanelli, Guillermo Rozenwurcel, Bernardo Kosacoff, entre otros que asistieron al encuentro).
Primero expusieron los economistas Hugo Hopenhayn (UCLA) y John Fernald (INSEAD). Ambos introdujeron un marco teórico e internacional.
El primero, argentino, mostró las diferencias de las productividades en los países a nivel mundial señalando como factores distintivos los distintos grados de adopción de tecnología en países desarrollados y subdesarrollados; la cantidad de firmas (“En la Argentina el nacimiento de empresas cae hace casi 30 años”) y las barreras y restricciones al capital empresarial (“La incertidumbre en la Argentina es un factor importante porque genera dificultades para pronosticar y termina afectando decisiones de inversión”). También se refirió al concepto capital humano, uno de los factores que los economistas teóricos del crecimiento contabilizan.
En la campaña presidencial, el candidato Javier Milei dijo que crearía un Ministerio de Capital Humano en caso que fuera Presidente electo en octubre, algo mencionado en la charla. El capital humano desde la teoría económica es la educación y habilidades de una persona para desempeñarse en el mercado laboral haciendo más eficiente la producción.
Por su parte, Fernald, mostró que el aumento de la productividad en Estados Unidos a la salida de la pandemia no fue producto de una tendencia de largo plazo sino de la recuperación del empleo -cayó con el Covid-,y la adaptación de los procesos de trabajo y la producción al homeoffice.
“No hubo ganancias de productividad de fondo en EE.UU. durante el Covid sino que de repente los trabajadores que siguieron en sus puestos tenían más capital por puesto debido al aumento del desempleo”.
El caso argentino
En la segunda parte hablaron para el caso argentino Navajas, Marina Dal Poggetto y Alejandro Katz.
La productividad de la economía argentina hoy está en los niveles de la década del 70, mostró la economista. “El crecimiento promedio anual desde 1970 a 2022 en Argentina fue 1,8% -contó-, en Brasil 3,4%; Chile 3,9%; Perú 3,2%; Estados Unidos 2,7%”.
Entre los motivos que Dal Poggetto da están el empleo y capital humano.
“Entre 2003 y 2012 el crecimiento del empleo fue formal, principalmente privado y en menor medida público, y destrucción del empleo informal. Y desde 2012 hasta 2022, hubo crecimiento del empleo público y un aumento del cuentapropismo. El 70% de los puestos de trabajo creados en ese período es puramente informal o por cuenta propia, aunque no necesariamente de baja calificación”, mostró la economista en un cuadro. “El empleo con personas con formación universitaria o más, pasó del 30% en la composición al 40% en 20 años y el de baja calificación pasó del 50% al 31%. Somos más improductivos con un empleo cada vez más informal y de mejor calificación”, concluyó Dal Poggetto para decir que la Argentina tiene cada vez más universitarios graduados pero su economia crea empleos informales y productividad.
Para Dal Poggetto, al igual que Navajas, la Argentina enfrenta un problema con los precios relativos que dificultará su inserción a nivel mundial porque “el mundo hoy tiene inflación de servicios y deflación de bienes”. En la Argentina en las últimas décadas se ha pisado los precios de los servicios y por el contrario aumentaron los de los bienes en un marco de protección interna. “La Argentina tiene problemas de productividad” de cara los desafíos que plantea Estados Unidos en la globalización: cambio climático, China, distribución de ingreso y reindustrialización. “Es una agenda cara para la Argentina”.
El economista Ivan Baumann Fonay calculó que la productividad de la economía argentina hoy es la más baja en treinta años, “consistente con la baja de 9% del PBI per capita entre 2011 y 2022”. Clarín.