Política

Encuesta: 75% de los usuarios considera malo el transporte Chaco Corrientes

Crédito: 39094

En consonancia con lo apuntado reiteradamente desde CorrientesHoy.com con relación al deficitario servicio que se brinda para el transporte interprovincial de pasajeros, la gente considera desde el plano negativo en más de un 75% que el Chaco Corrientes es deficitario. Se llega a ese estimativo desde un “muy malo” con el 53,15% y “malo” 22,52%.

 

A lo que podría sumarse en el aspecto negativo que es “regular” en un 17,57%; llamativamente “bueno” con el 4,95% y sorprendentemente “muy bueno” 1,8% ¿Habrá algo peor que este servicio?

 

ENCUESTA

¿Para Usted cómo es el servicio interprovincial del transporte de pasajeros Chaco Corrientes?

Muy malo 53.15%

Malo 22.52%

Regular 17.57%

Bueno 4.95%

Muy bueno 1.8%

 

CRÓNICA ANTERIOR

 

Viajar en el transporte Chaco-Corrientes casi un puente a la fatalidad

 

Decir que el servicio es pésimo, casi es un elogio o una galantería para el desastroso transporte interprovincial que une las capitales de Corrientes y del Chaco. Por esos colectivos prácticamente se juegan la vida, alrededor de veinte mil personas, durante las 24 horas.



Es como decir que el precio de una vida vale $8,50 para subirse a la odisea de transitar a bordo de un Chaco-Corrientes, en medio de un colapsado Puente Interprovincial Manuel Belgrano. Saturado con más de 22 mil vehículos desde el gran corredor Virgen de Itatí que nace en la rotonda con el nombre de la Patrona, transita la explanada de acceso al puente hasta las alturas del viaducto sobre el Río Paraná y luego del peaje en las afueras de Barranqueras, hasta su punto terminal en Resistencia, con ramificaciones en los campus universitarios o el puerto correntino. Es una red extendida de más de treinta kilómetros, por donde estos mamotretos repletos de pasajeros, desafían al más puro de los sentidos, el sentido común.



A los inconvenientes de horarios que le quitan previsibilidad y seriedad al transporte, falta de frecuencia que le dicen, se suman las escasas unidades y los coches, superados ampliamente en su vida útil, son cada vez menos. En todo sentido.



Menor rendimiento, mayor consumo de combustible, más contaminación y, lo que es esencial, transportan diariamente miles de personas que están en las manos de Dios. Los pasajeros que “viajan como chanchos”, son protagonistas del milagro diario de llegar a destino.



No es exagerado. Solo hay que prestar un par de minutos de atención a las unidades para comprobar el estado herrumbroso de los pisos en las escalinatas de ascenso y descenso. Las puertas estas derruidas, carcomidas, con roturas de vidrios. Los asientos son un tormento. Se viaja con pasajeros que superan el tope de la capacidad permitida de fábrica y de cinturones de seguridad ni hablar. Nunca existieron.



La unidad registrada por el portal CorrientesHoy.com perteneciente a la Empresa TICSA se quedó, vaya saberse por cuanta millonésima vez, ante la rotura de la barra de transmisión que va desde el motor hasta las ruedas traseras. Lo que sirvió para comprobar que los seis neumáticos que emplea el coche, están a punto de cualquier cosa. Los dibujos de las cubiertas fueron borrados hace mucho por tanto kilometraje andado. De higiene o limpieza del vehículo, mejor no hablar.

 

¿Y LAS AUTORIDADES DE CONTRALOR?



Arriba de estos colectivos exponen sus vidas a cada rato, estudiantes, trabajadores, niños, jóvenes, adultos, ancianos, de todos los lugares; quienes no encuentran respuesta a la vista gorda que se hace desde la poderosa CNRT dependiente del Ministerio del Interior y Transporte que encabeza Rogelio Frigerio, el ministro político de Mauricio Macri, tan celosa en otras cuestiones del transporte e inoperante para que se le escapen diariamente veinte tortugas sobre ruedas en el puente Chaco Corrientes.



Las responsabilidades son concurrentes desde la celosa Gendarmería, cuyos retenes no solo deberían buscar mercaderías de dudosa procedencia, sino también podrían amonestar a estos colectivos que son un verdadero peligro para el tránsito en esta ruta nacional. Pasando por las municipalidades de Barranqueras, Resistencia y Corrientes, por cuyas calles usufructúan estas unidades.



Recientemente los intendentes Jorge Capitanich de la capital chaqueña y Fabián Ríos de la capital correntina, acordaron un estudio para un predio de disposición final de residuos, podrían empezar por barrer estos viejos colectivos. Sólo por una cuestión de seguridad.



El bocinazo de este mal servicio, también suena por la calle Buenos Aires frente a la sede de la UTA Corrientes, cuyos dirigentes no denuncian nada y solo atinan a defender los salarios, junto con las “fuentes” de trabajo. Cuando bien podría hacer causa común con la gente que viaja, acaso los choferes de su sindicato también no arriesgan algo más que el trabajo cada vez que salen de una cabecera, sin poder asegurar que llegarán a destino.



Alguna vez el Ministerio del Interior se lució con las camionetitas celestes con sus coloridas sirenas y la leyenda “Seguridad Vial”. En qué habrá quedado todo eso.



Parece que nada funciona en esto. Especialmente fallan los organismos de control.

No es casualidad que hoy, nuevamente los pasajeros tuvieran que caminar más de diez kilómetros para llegar a la civilización y dejar atrás la selva de cemento. Puntualmente el Coche N° 21 Patente IAN286 de la empresa correntina TICSA, expone una falta de mantención de hace años. Ni agua le tiran y eso se nota.



Es difícil imaginar cómo se esquiva la tragedia en cada viaje. Los papeles de la unidad, documentaciones, patentes, seguro, etc., ¿estarán a la orden día?



Todo esto es poco y ni pensar en una persona con algún tipo de discapacidad o inconveniente físico. Sería imposible acceder a estos colectivos. De última para esa persona sería mejor.



Nadie le pone el cascabel al gato Chaco Corrientes. No se puede andar rogando Al Barba a cada rato, alguien podría ponerle un poco de cordura y que no sea un puente a la fatalidad.

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