Política

Escándalo en el debate de la reforma jubilatoria en Diputados

Crédito: 84310

La reunión de las comisiones de Presupuesto y de Previsión de la Cámara de Diputados, donde el macrismo esperaba avanzar con el dictamen de la reforma jubilatoria, derivó en un escándalo de gritos, insultos y empujones con un ruidoso grupo de jubilados y sindicalistas que coparon la sala.

 

La reunión, que contaba con la presencia de los ministros de Trabajo, Jorge Triaca, y de Hacienda, Nicolás Dujovne, estaba prevista para las 15.30, pero se demoraba por el caos en que se había convertido la Sala C del edificio anexo del Congreso.

 

El problema empezó cuando el grupo de jubilados quiso entrar a la sala de la reunión, pero la seguridad se lo impidió con el argumento -válido- de que no había lugar suficiente para todos. Ahí empezaron los gritos y los insultos contra la seguridad.

 

En el medio del tumulto algunos diputados ni siquiera podían ingresar al lugar de la reunión, mientras las autoridades de las comisiones deliberaban sobre cómo continuar frente al reclamo de los jubilados, que eran apoyados porsindicalistas cercanos al kirchnerismo como el bancario Sergio Palazzo y los maestros Roberto Baradel y Sonia Alesso.

 

Pero todo se desmadró media hora después cuando los ministros estaban esperando que haya orden para empezar su exposición, pero los manifestantes intentaron avanzar y se trenzaron en empujones con la seguridad y con algunos asesores.

 

El jefe de los diputados kirchneristas, Agustín Rossi, tuvo que saltar una mesa y meterse en el medio de los empujones para calmar los ánimos, aunque lo hizo a los gritos también.

 

En ese momento intervino el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, que llamó a los jefes de bloque y se trenzó bastante feo con Rossi, que fue llamado mientras estaba en el medio de los empujones.

 

Tras un breve cuarto intermedio, la calma volvió pero era tensa y el ministro Triaca empezó con su exposición, aunque el caos seguía en el fondo de la sala, donde había una multitud.

 

El acuerdo para que los manifestantes se calmen fue dejar hablar a seis representantes de los sindicatos y agrupaciones que rechazan la reforma jubilatoria.

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