Una investigación del Centro de Malezas de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y del Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE) estudia las características y posibles respuestas al cambio ambiental de “Cyperus esculentus var. Lepstostachyus”, una de las malezas más problemáticas del mundo y que afecta la producción de varios cultivos en el nordeste argentino.

Cyperus esculentus L. es una maleza de considerable variación genética y adaptativa, que además posee una gran plasticidad fenotípica, adaptada a diferentes hábitats, que van desde cultivos inundados como el arroz, hasta cultivos de secano extensivos y hortícolas, característica que dificulta no solo su identificación sino también su control.

Se trata de una maleza reconocida a nivel mundial que representa una amenaza como invasora, porque daña el ambiente desplazando a las especies nativas de sus hábitats.

En ese sentido, desde el Centro de Malezas de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y el Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE) se inició una investigación sobre Cyperus esculentus var. lepstostachyus, en el marco del plan de tesis doctoral del Ing. Agr. Rafael Lovato Echeverría, bajo la dirección de las doctoras María Gabriela López y Laura Vidoz.

Con el estudio se busca conocer la fenología, es decir de dinámica de brotación y crecimiento de C. esculentus, bajo las condiciones climáticas locales, y en condiciones de hábitats de los cultivos que afecta, como son el algodón, el arroz, la batata y la mandioca, entre otros,

Por otro lado, se estudiará el crecimiento y la reproducción de la maleza frente a cambios ambientales, respecto a la disponibilidad de agua y luz.

Los experimentos se realizarán a campo, en la arrocera experimental de la FCA, a cargo del Ing. Agr. Jorge Fedre, y en el laboratorio del Centro de Malezas y el IBONE.

Según el autor del estudio, el desarrollo de estrategias de manejo sustentables, basadas en principios ecológicos, requiere de un conocimiento preciso de las dinámicas poblaciones de la especie.

En tanto, conocer cómo los factores ambientales afectan a la especie, “representa un conocimiento muy importante frente los actuales escenarios de cambio climático, porque nos permitirá predecir el comportamiento de la maleza a mediano y largo plazo, y diseñar las estrategias de manejo adecuadas, basadas en principios ecológicos y sustentables”.

El Ing. Agr. Lovato Echeverría, investigador del IBONE y del Centro de Malezas, y además docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE, remarcó que con la información generada a partir de estos estudios se dispondrá de indicadores necesarios para el manejo ecológico de C. esculentus en los sistemas productivos de la región del NEA.

Es que gran parte de los conocimientos sobre esta maleza se centran en estudios realizados en Estados Unidos y Europa, con otros climas y suelos.

Por ello, la necesidad de identificar el comportamiento a nivel local o regional, y frente a distintas condiciones del ambiente y de manejo, y en distintas poblaciones de la maleza.

En la región del NEA, los cultivos extensivos y hortícolas se mantienen libres de malezas por medio de controles químicos, mecánicos y manuales, por lo que estos hábitats son favorables a la invasión de C. esculentus que prospera en ausencia de competidores por luz y agua.

Además los cultivos hortícolas son además los más complicados porque demandan mucha remoción del suelo para sembrar y cultivar, como el caso de cultivos de mandioca o batata, aunque la maleza también afecta otros cultivos que no requieren tanta labranza del suelo.

C. esculentus está presente todo el año aunque principalmente se la encuentra en verano.

“Esta maleza está catalogada como invasora que pone en peligro la biodiversidad local” explicó el autor del estudio, en referencia a que C. esculentus se encuentra en la lista de Amenazas a la Biodiversidad de la Organización Europea y Mediterránea de Protección de Plantas.

Para finalizar, el Ing. Agr. Lovato Echeverría resaltó que la posibilidad de estudiar esta maleza de relevancia mundial por su impacto en la biodiversidad, se sustenta en los conocimientos previos desarrollados desde el Centro del Malezas y del IBONE en el estudio de otras malezas de importancia para la región y el país.