Los puestos sanitarios del Senasa en las localidades correntinas de Yapeyú y Villa Olivari comenzaron a ser vaciados por el Gobierno de Mauricio Macri, con el reciente despido de trece trabajadores especializados que cumplían tareas de prevención para evitar el ataque de distintos males que afectan a la producción rural en la región.

 

Corrienteshoy.com accedió en forma exclusiva a más datos que muestran el avance diario del ajuste económico que en esta provincia, alineada políticamente a Macri, aplica el Gobierno nacional, que espera firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) próximamente.

 

En Yapeyú, los despedidos fueron 3 y quedaron por el momento solo 8 agentes sanitarios para todo el noreste y sureste correntino; en Villa Olivari fueron 10 los echados y el puesto quedó solo con un empleado.

 

Los afectados son trabajadores especializados en políticas fitosanitarias, tienen 5, 6 y 8 años de servicio en el Senasa y fueron despedidos sin previo aviso, ni causas, por lo que el temor a más cesantías crece en todas las oficinas del organismo nacional en Corrientes.

 

Además de la situación de los trece empleados que quedaron desocupados en junio, la gravedad del caso se centra en que este vaciamiento del organismo nacional reduce también las barreras sanitarias que protegen a la producción primaria de los productores correntinos y otras provincias de la región.  

 

Por ejemplo, en los puestos afectados se realizan tareas de prevención del Picudo algodonero para que este insecto no ingrese a la Argentina por Misiones, proveniente de Paraguay, y destruya a la producción más importante del Chaco, que es el algodón.

 

Además de evitar el ingreso del Picudo, también se revisan los camiones por el terror al famoso HLB (una enfermedad que ataca a los cítricos de Corrientes).

 

Las naranjas y mandarinas de Bella Vista, Santa Lucía, Goya, Saladas, Tatacuá y Mocoretá no sirven para ser exportadas, ni para las fábricas de jugos nacionales, en caso de ser afectadas por el HLB. El productor pierde la totalidad de su producción.



La campaña de vacunación antiaftosa, para asistir a los productores ganaderos, también es una tarea del organismo y del personal cesanteado. El ganado sin aftosa es un requisito indispensable para la venta de animales adentro del país y, sobre todo, para las exportaciones de carnes a la Unión Europea.  

 

Además, estos trabajadores despedidos llevaban adelante tareas del Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (RENSPA), por el cual a través de un código se asocia al productor agropecuario con el campo donde realiza su actividad. Cuenta con datos del establecimiento, del productor, de la actividad que allí realiza y de los animales que posee.

 

Los sectores ganadero y citrícola, entre otros, son atendidos por los agentes del Senasa, organismo que además de realizar controles y aconsejar políticas de ayuda, debe entregar los certificados que son obligatorios para los productores rurales.



Técnicamente, los despedidos del Senasa en Corrientes son agentes de policía para controlar con tareas de prevención y evitar la propagación de enfermedades.

 

El Senasa es el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria que durante la última década había sido ampliado en Corrientes, al igual que el INTA, para favorecer al desarrollo de la producción primaria de acuerdo a las exigencias internacionales en la producción de alimentos.

 

Uno de los objetivos de la ampliación del Senasa que realizó la gestión de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner era promover productos de calidad para el consumo interno de los argentinos y para aumentar los volúmenes de exportaciones en el contexto internacional.

 

El control de las carnes, los cítricos y las hortalizas, fundamentalmente, son parte de las tareas del Senasa.  

 

Los despidos en el Senada en Corrientes se suman a los de Vialidad Nacional y Vías Navegables, entre los organismos que sufren el ajuste de personal y fondos que aplica el Gobierno de Macri.