“Así no se puede hablar de una reforma. Sin consenso es imposible. Nadie puede sacar una reforma a los garrotazos o con el chicote… no existe eso”, dijo el intendente Fabián Ríos, en respuesta a lo propuesto por Breard, de limitar la discusión a la unificación de mandatos. “No descarto conversar, pero lo razonable y civilizado no es descontar plata… o amenazar a intendentes. Lo razonable es conversar”, sostuvo el jefe comunal.
Fabián Ríos insistió que “sin consenso es imposible hablar de reforma. Nadie puede sacar una reforma a los garrotazos o con el chicote… no existe eso. No descarto conversar, pero lo razonable y civilizado no es descontar plata… o amenazar a intendentes. Lo razonable es conversar”, sostuvo el jefe comunal.
Ríos reconoció haber hablado en las últimas horas con Carlos Vignolo, pero aclaró: “no hablamos de la posibilidad de apuntar una reforma con el tema de unificación de mandatos. Solo de que en lo personal estoy de acuerdo. Eso es razonable y cada vez tiene más fundamento, evitándonos este lio en el que estamos metidos”.
“No se habló de nada. Pero tengo mis dudas de que eso sea el camino del mayor consenso”, sostuvo.
E insistió: “no descarto conversar, lo razonable y civilizado no es descontar plata, amenazar a intendentes. Lo razonable es conversar”.
“A esta altura él y yo lo damos como algo que está fuera de todo parámetro”, dijo Ríos, en referencia a Vignolo.
“Volver a discutir algo está en manos de Colombi que es quien debe recuperar la razonabilidad”, recalcó.
“En todo caso desde el Gobierno deben dar el primer paso. Ya lo dijimos: somos oposición, y no podemos ni queremos impulsar un proyecto de reforma”, agregó en Radio Dos.
El Intendente hizo referencia nuevamente a la última conversación que mantuvo con Vignolo: “le hablé de la extrema gravedad y del delicado estado en que estamos. Pero está claro que él no está en condiciones de dar respuestas. Él sabe lo que quedó, los saldos que quedaron, él se siente coparticipe de esta situación porque en su momento recibió el mismo trato despectivo con Arturo Colombi, que fue igual que Ricardo Colombi en términos de relaciones institucionales”.
“Colombi sigue con su impronta de castigar a terceros que terminan pagando la consecuencia y son los más débiles. A él no le importa la gente con tal de sancionar políticamente porque se piensa distinto. No importa pisarle la cabeza al trabajador. Reclama deudas dejadas por sus correligionarios, pero él no paga nada. Usa el poder no en forma responsable sino como se le ocurre”, dijo.