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Falta de coordinación, subestimar a Hamás y no despertar a Netanyahu: los fallos que hundieron a Israel el 7-O

¿Dónde estaba el Ejército? ¿Por qué tardaron más de siete horas en hacerse una idea de lo que estaba ocurriendo? ¿Por qué no se atendieron los avisos de las agencias de seguridad? Todas estas preguntas y algunas más siguen rondando en las cabezas de los casi diez millones de israelíes desde el dramático 7 de octubre de 2023.Era sábado, día festivo en Israel. Muchas familias descansaban en sus casas y otros cientos de personas disfrutaban en el Festival Supernova cuando una turba de terroristas del grupo islámico de Hamás entraron por mar, tierra y aire desde Gaza. Sembraron el terror kibutz por kibutz, matando a 1.200 personas y llevándose a más de 300 como rehenes.Lo que pasó durante esas horas de terror quedó grabado en los móviles de las víctimas y en la memoria colectiva de la sociedad. Pero el cómo se llegó a ese momento aún sigue despertando dudas y, sobre todo, enfado.Noticia Relacionada estandar Si Los retos de Siria, un país roto Carlota PérezMientras el Gobierno de Benjamin Netanyahu no ha abierto una investigación oficial sobre lo causas, sí lo han hecho el Ejército israelí y el Shin Bet (la agencia de seguridad nacional), que la semana pasada publicaron sendos informes sobre por qué Israel no fue capaz de prever este ataque. Las dos investigaciones coinciden en que nadie fue capaz de responder adecuadamente a los primeros indicios de planes de ataque. Las conclusiones sobre el fracaso de los servicios militares y la Inteligencia están en sintonía con las investigaciones de los medios de comunicación locales e internacionales.Los funcionarios militares explicaron que habían dedicado decenas de miles de horas a indagar y recopilar información. «Esta investigación interna no tiene como objetivo encontrar responsabilidades individuales», aseguraron.Ente las conclusiones del informe, se apunta a que en la última época Hamás «engañó» a Israel haciéndole creer que estaba interesado en la calma. «Por eso, el Ejército concentró sus recursos en Irán e Hizbolá». Sin embargo, nada de lo que pasó el 7 de octubre fue improvisado. Al Ejército israelí ya le llegó en 2022 un informe que concebía el plan de ataque para 2026. Sin embargo, el Ejército no dio mucha validez a la información porque «se trataba de un plan poco realista e inviable». Israel había asumido que cualquier alteración iba a venir precedida de advertencias de la Inteligencia. Por eso, y sin una información previa de que se planeara este ataque, la noche del 6 al 7 de octubre solo se desplegaron fuerzas regulares para la defensa de la frontera. «Un despliegue habitual para un sábado festivo».Todo esto induce a una única conclusión: oficiales de alto rango subestimaron enormemente a Hamás y malinterpretaron las advertencias tempranas.Señales de advertenciaPor su parte, el servicio de seguridad (Shin Bet) asumió también sus responsabilidades por no prestar atención a las señales de advertencia. La agencia también criticó al Gobierno israelí por políticas que, según dijo, habían permitido que Hamás acumulara armas de manera silenciosa, recaudara fondos y ganara apoyo. Esta es la gran aportación de la agencia de Inteligencia sobre el informe militar, señalando directamente a Netanyahu. El documento fue contestado por el primer ministro israelí, quien eludió su responsabilidad personal en el fallo de seguridad. «La noche del ataque, el jefe del Shin Bet no consideró oportuno despertar al primer ministro : una decisión fundamental y obvia que debería haberse tomado sin cuestionamientos», señaló la oficina de Netanyahu en un comunicado.Sin embargo, el informe publicado esta semana solo es un resumen desclasificado, lo que deja gran cantidad de información aún sin revelar. Pero incluso este resumen deja en evidencia los errores de la agencia. El Shin Bet asegura haber tenido información de planes de incursión de Hamás en el sur de Israel desde 2018 y nuevamente en 2022. «La agencia no trató las advertencias como una amenaza significativa». También se afirma que la agencia no logró coordinarse lo suficiente con los militares ni establecer una clara cadena de responsabilidades, y que Israel pensó que su barrera fronteriza con Gaza, un sistema de vallas y muros, se hallaba más fortificada de lo que en realidad estaba. De ahí la facilidad que tuvieron los terroristas para entrar en Israel.Si bien el Shin Bet y los militares han realizado sus propias indagaciones sobre los errores del 7-O, Netanyahu se niega a permitir que una comisión de investigación estatal examine las fallas del liderazgo de Israel que contribuyeron al ataque.

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