Aunque parezca abusrdo, para la generación de millenials y centennials, son los movimientos de derecha los que vienen a cuestionar el orden establecido, proponiendo cambios y reformas políticas frente a las izquierdas conservadoras.
Existen una serie de variables que es interesante analizar y que ayudan a entender en parte el triunfo del líder de La Libertad Avanza en las elecciones primarias. Si bien aún no se han disputado las elecciones generales, y por lo tanto las preferencias electorales pueden cambiar, pareciera que Argentina está ingresando en un cambio de época.
Lo primero que debe analizarse, y para ello debemos situarnos en el nivel de análisis global, es que desde hace poco más de una década viene observándose en el mundo occidental un aumento de la insatisfacción con los resultados de la democracia, cuestión que se está propagando también a la región de América Latina.
Lógicamente, este sentimiento de insatisfacción, que se vuelve tangible en las urnas, presenta matices en sus orígenes según se trate de Europa, Norteamérica o América Latina. No son las mismas causas las que disparan la insatisfacción en cada una de las regiones mencionadas.
En Europa y Estados Unidos, por ejemplo, la cuestión de la inmigración y la deslocalización productiva son centrales para entender el aumento de la insatisfacción.
Fenómeno Milei: apuntes para entender
En América Latina, la falta de oportunidades de progreso (fundamentalmente para los marginados del sistema) y el déficit en la provisión de bienes públicos (seguridad, salud, educación, justicia), constituyen el detonante central de la merma en la satisfacción democrática.
El último informe de la Corporación Latinobarómetro “Recesión democrática” arroja que sólo un tercio de las personas en América Latina se encuentra satisfecha con los resultados del sistema. En Argentina el número asciende a 4 de cada 10. La fuerte insatisfacción es central para entender el crecimiento de Javier Mieli, un candidato outsider y que cuestiona fuertemente el status quo.
La segunda cuestión importante a analizar es la variable generacional. El 40% del electorado en Argentina tiene menos de 35 años: los más viejos (millennials) han transitado su adolescencia con el nacimiento de facebook, mientras que los más jóvenes (centennials) son nativos digitales (viven a través de las pantallas).
Las nuevas generaciones irrumpen en la vida política con demandas (salud, ecología, tecnología, emprendedurismo, etc.) que difieren de las de generaciones pasadas, y que muchas veces están lejos de ser interpretadas por la dirigencia política. La inserción de las nuevas generaciones en la participación política renueva los electorados y cambia las preferencias de la sociedad. Los espacios políticos y sus líderes son quiénes deben aggiornarse a los nuevos tiempos bajo riesgo de terminar diluyéndose.
La Libertad Avanza ha realizado una buena lectura de está situación, logrando gran apoyo en el electorado joven de Argentina y constituyéndose como un espacio revolucionario. Cómo bien lo expresa Pablo Stefanoni, pareciera que hoy los movimientos de derecha son los que vienen a cuestionar el orden establecido, proponiendo cambios y reformas políticas frente a izquierdas conservadoras.
Un tercer punto a destacar es el hecho de que el discurso populista sigue demostrando ser sumamente eficaz, tal como lo expresa María Esperanza Casullo. La idea de dividir la sociedad entre buenos y malos (mesías vs casta) sigue dando resultados positivos en términos empíricos, por sobre estrategias discursivas moderadas. No es una regla, pero funciona.
Basta con ver la pobre performance de Horacio Rodriguez Larreta, quién apeló a la estrategia comunicacional “dialoguista”. El discurso populista (utilizado por izquierdas y derechas) pareciera generar mayor impacto y haber encontrado en las redes sociales un buen vehículo para su propagación.
La cuarta variable que es importante analizar está vinculada a los triunfos de los oficialismos en la región de América Latina en los últimos años. Cuando se mira el período 2018-2023, sobre 19 elecciones presidenciales, en 17 triunfaron fuerzas opositoras.
Es decir que Argentina se mantiene dentro de la tendencia general de la región, con una sociedad que quita rápidamente el apoyo a los gobiernos electos y busca soluciones a sus problemas en fuerzas de la oposición.
Resta esperar lo que pasará en 60 días, cuando tengan lugar las elecciones generales en Argentina. Sin embargo, estos apuntes nos ayudan a entender en parte el fenómeno Milei y el porqué de su gran performance electoral.