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Focos de incendios en distintas regiones: ¿consecuencias del modelo productivo?

 

En medio de una crisis ambiental por los incendios forestales en distintas regiones de Argentina, como en Corrientes, Misiones, la zona de los humedales en Santa Fe y, últimamente, Córdoba, donde el fuego arrasa de manera indiscriminada, crecen las dudas y la incertidumbre acerca de los motivos por los cuales se producen y qué pasa con la población que lo pierde todo ante la feroz catástrofe.

El incremento del fuego en las sierras cordobesas tiene relación directa con la escalada de las urbanizaciones hacia esas locaciones. Todo posible incendio forestal se desarrolla entre las viviendas y el monte, y la prioridad de los bomberos y brigadistas en esos contextos es clara, primero se salva la vida humana, después las casas, por último, la biodiversid.



 

Al respecto dialogó con Conclusión Claudia Quintero, activista ambiental, de formación académica en el área del comercio internacional y políticas públicas, dedicada a la preservación del ambiente desde 2014 con diferentes colectivos afines. Ante la consulta en relación a las causas de estos incendios, respondió que “si bien hay un contexto de crisis climática global, acá suceden otras cuestiones que tienen que ver con nuestro modelo productivo”.



 

-¿El gobierno se hace cargo de la problemática?

– No, todo lo contrario. Yo separo la cuestión de la política económica macro que tiene el gobierno, porque incluso en algunas cosas acuerdo, pero esto tiene que ver con lo que está sucediendo con los incendios, que no fueron solamente los de Córdoba días atrás, sino que previamente ya habían vuelto acá en los humedales. Tiene que ver con que entramos en un período de sequía, en el cual los gobiernos locales, provinciales y nacionales tienen que estar mucho más atentos a esas cuestiones y no lo están, y la crisis es cada vez más evidente y más grave y no es solamente local, sino que es nacional y fundamentalmente regional. Córdoba perdió en estos últimos incendios 16.000 hectáreas, ya había perdido 40.000 en lo que va del año y durante la pandemia perdió medio millón de hectáreas de bosque nativo, con la importancia que tiene la vegetación en relación a la crisis y al colapso climático.

“Estamos haciendo todo lo contrario a lo que deberíamos hacer para minimizar la reacción de la propia naturaleza, una vez que comienza el fuego”

 


-¿Se está presentando algún proyecto para poder prevenir esta situación?

–Los colectivos ambientalistas son diversos ideológicamente, obviamente que posicionándonos desde un espectro de la política, desde un centro a la izquierda. Hay colectivos ambientalistas muy conformados con científicos, abogados, de hecho, hay una organización muy importante de abogados ambientalistas que son prácticamente los que vienen desde hace décadas tratando el tema. Hubo leyes importantes de las cuales algunos fueron partícipes y están constantemente en la presentación de los recursos de amparo, como fue por ejemplo el impedimento a la extracción, exploración, explotación de petróleo offshore en las costas de Mar del Plata.

“Todas las leyes que han salido a favor de la naturaleza tienen que ver, sobre todo, con las luchas de la gente que está en esos territorios, que es la que más sufre”

-¿Hacia dónde se dirige la población que lo pierde todo?

-Desde la década de los 90, cuando empezó la siembra de soja a mayor escala, es cuando empezaron a migrar los campesinos que antes trabajaban la tierra y se dedicaban a otros cultivos, o que había un cultivo más mixto. Al no necesitarlos más, esa gente fue prácticamente expulsada de esos campos en los que trabajaban; era lo único que sabían hacer. Lo que pasó con muchísimas de esas personas es que, lamentablemente, han terminado en los grandes centros urbanos en asentamientos, terminan viviendo en las villas, en las grandes ciudades. Hoy hay estudios a nivel internacional que demuestran que los migrantes, por cuestiones climáticas o por estas cuestiones, que es una mezcla entre la crisis climática y la expulsión para imponer otras actividades extractivas, son mayores en número a los migrantes por cuestiones de guerra.

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-¿Y el gobierno? ¿Qué tipo de apoyo ofrece para la población afectada?

-El gobierno debería estar presente y ayudar simplemente porque es el presidente y porque le corresponde, pero si se basa en su negacionismo hacia el cambio climático, ahí no hay mucho para hacer al respecto. Un gobierno que niega el cambio climático, por un lado, pero, por otro lado, reconoce y dice que él no va a firmar ese pacto 2045, (“Pacto del Futuro”, que incluye avances en los ámbitos digital y de la inteligencia artificial), que es la Agenda 2030 de la ONU, que precisamente se estaba dando en el momento que Córdoba estaba prendida a fuego. El Gobierno dice que no va a participar de eso porque los países desarrollados, que son los grandes responsables del daño global a la naturaleza, son los que nos quieren imponer cómo tenemos que desarrollarnos o los que nos quieren decir qué tenemos que hacer. Por un lado, es cierto eso, pero primero, marca la contradicción en cuanto a su negacionismo. Debería ser un poco más honesto intelectualmente y decir que niega el cambio climático por razones netamente económicas y de profundización del plan productivo, que es simplemente exportación de materia prima. Creo que ahí es donde está la contradicción, la falla, el no esperar demasiado del gobierno nacional, porque si bien no pudo lograr lo que quizá quería, que era derogar las leyes ambientales, con desfinanciarlas es prácticamente lo mismo.

La provincia de Córdoba sigue en llamas y se registran nuevos focos de incendios en distintos lugares. A partir de este sábado, a los incendios que ya estaban activos en Chancaní y Berrotarán (departamento Río Cuarto), se sumaron focos en San José de la Dormida, en el norte. Los bomberos luchaban por contenerlo, mientras que las autoridades afirmaron que la zona se encuentra, como gran parte de las afectadas en «alerta máxima».

 

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