Greenpeace manifestó su profunda preocupación por los incendios en el Parque Nacional Calilegua, que ya quemaron cerca de 5.000 hectáreas de Selva de Yungas y catalogó de insuficientes las medidas para controlar el fuego.
La organización demandó que se amplíen significativamente los fondos y la infraestructura destinados a la prevención y lucha contra los incendios forestales, y que la destrucción de bosques y humedales sean catalogados como delitos penales.
“Los incendios en el Parque Nacional Calilegua son una pérdida enorme, un verdadero ecocidio. Se trata de uno de los lugares con más biodiversidad del país, y hogar de los últimos yaguaretés. Necesitamos que se pongan todos los esfuerzos en apagarlos en forma urgente”, advirtió Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
El Parque Nacional Calilegua está ubicado al sureste de la provincia de Jujuy y abarca una superficie de 76.306 hectáreas de Selva de Yungas. Allí se han registrado 270 especies de aves -la mitad de las que habitan nuestro país- 123 especies de árboles, 103 especies y variedades de helechos y licofitas, 120 de mamíferos y 24 de anfibios. Existen innumerables enredaderas, orquídeas, arbustos, bromelias y variadas formas de insectos e invertebrados. Muchas de las especies presentes en Calilegua se encuentran en peligro de extinción, como el yaguareté y la taruca. Otras constituyen significativas rarezas como la rana marsupial y el surucuá aurora. También lo habitan tapires, pumas, ocelotes, ardillas rojas, monos, corzuelas, lobitos de río, pecaríes, zorros de monte y tucanes.
Greenpeace recordó que Argentina es el país de América del Sur en el que quedan menos yaguaretés: se estima que menos de 250 individuos.
“Es hora de que los incendios intencionales y los desmontes de bosques y humedales sean catalogados como lo que son: un crimen”, afirmó Giardini.