El Gobernador de Corrientes dijo estar de acuerdo con ampliar Juntos por el Cambio con el peronismo federal. Cómo analiza la renuncia de Máximo Kirchner.
-Durante el gobierno de Macri hubo tironeos internos que llevaron a poner en duda la existencia de Cambiemos. Después de la elección, ¿se convencieron que deben estar juntos?
Creo que ahora está más solida. Se pensó y se dudó en aquél tiempo, primero si llegábamos a concluir el mandato. Mauricio Macri es el primer presidente no peronista que culmina su mandato más allá del sacrificio de Alfonsín en esos últimos seis meses para entregar el poder. Y eso termina siendo importante. Creo que hoy Juntos está más juntos que nunca, más allá de ver quién pueda ser candidato.
-¿Qué dejó de enseñanza la gestión de Macri?
Macri trabajo bien las relaciones internacionales, la macroeconómía pero le faltó la micropolítica, en un partido que tenía mucho peso. Nosotros no participamos prácticamente en ese Gobierno y le faltó política. La política que se hace en Capital Federal no es igual a la que se hace en el interior. Y le faltó conocimiento de las provincias argentinas para que le den la diferencia necesaria para seguir en el Gobierno. Hoy tener una coalición más sólida le va a permitir al futuro presidente, si llegamos en el 23, gobernar diferente.
-¿Esa relación debe cambiar si regresan al poder en 2023?
Sin duda, tenemos que ser parte del gobierno. Si ganamos en el 23 el radicalismo tiene que ser gobierno con parte del PRO. Tenemos que gobernar juntos en base a un proyecto, ideas que no tengan discusión sobre qué vamos a hacer en educación, seguridad, economía, desarrollo, producción. Hoy la agenda de la política está mas en lo que le interesa a la política y no a la gente, al empresario, al productor.
-Macri, Carrió y Sanz fueron son los fundadores de Cambiemos. ¿Qué rol deberían ocupar en el 2023?
Creo que han fundado un movimiento político y hoy están integrados y contenidos en ese movimiento pero no son los que deciden, creo que hay una toma de decisión democrática. Sí inciden pero no deciden. Son escuchados pero hoy tenemos otra dinámica, donde tienen mucha incidencia los gobernadores, Larreta, los líderes parlamentarios, los presidentes de los partidos que lo componemos. Y eso es sano porque sino el fundador de un partido termina creyendo que es dueño de la gente, "yo fundé el partido entonces me tienen que obedecer a mí". Los ismos en la Argentina creo que nos hacen mucho mal. Tenemos que evolucionar, tener una democracia moderna, distinta, participativa.
- ¿Daña al radicalismo la posición prokirchnerista del embajador Ricardo Alfonsín, un apellido ilustre para la UCR?
Ricardito Alfonsín tiene una representación de la Argentina en el exterior. Por supuesto que cuando habla el radicalismo para la oreja, pero hoy no tiene el mismo peso que tenía antes. El peso que tiene dentro de la política del radicalismo ha menguado.
-Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa. No terminaron sus mandatos. ¿Es una deuda pendiente que tiene la UCR con la sociedad?
La última vez fue hace más de 20 años, lo de De la Rúa. El radicalismo tiene que dejar de golpearse por eso, porque si no el peronismo no se hubiera recuperado con Isabelita Perón, y de otros golpes y fracasos que tuvo en la historia. Tenemos que empezar a mostrar lo que tiene el radicalismo, renovado con cuadros dirigenciales importantes. Pero no tener más culpa.
-¿Piensa ser candidato a Presidente o vicepresidente en 2023?
Hoy soy gobernador de Corrientes, para adelante se verá.
-En la UCR se observan algunas afinidades respecto del PRO. ¿Usted tiene más afinidad con Larreta o Bullrich?
Yo soy más afín a Gerardo Morales, soy del mismo partido. Pero no veo tan claro un acercamiento con Patricia Bullrich. Afinidad se tiene con todos. El problema es si creemos que las afinidades personales tienen más importancia que los proyectos politicos. Muchas veces podés tener afinidad, pero el proyecto de Bullrich con los liderazgos o alianzas que plantea, no tienen que ver con lo que plantea la Unión Cívica Radical.
-Hoy la discusión es entre de duros contra moderados....
Eso lo resolvió Baglini en su teorema. La promesa está relacionada con la cercanía al poder. El que más promete, el que más dice que va a hacer es porque no está en una función de gobierno. Cuando uno tiene una función de gobierno tiene otra responsabilidad porque tiene una comunidad por delante, y tiene medidas sus declaraciones porque tiene inmediata repercusión. Cuando uno está lejos dice cualquier cosa. Y lo vemos con esta política berreta en la que se sortea sueldos de diputados.
- ¿Coincide con que en un eventual gobierno en 2023 de Juntos por el Cambio es necesario ampliar la coalición, incorporando a dirigentes del peronismo?
Me parece bien que se incorporen sectores del peronismo federal al espacio que tenemos. Pichetto está haciendo un muy buen trabajo de construcción de ese peronismo federal porque le está aportando mayor volumen al espacio. Si ganamos la elección que viene como lo hicimos en las legislativas, tendremos mayoría en el Senado. Nunca pasó, Alfonsín no la tuvo, y Macri ganó pero fue el presidente en la historia argentina con más debilidad en el Congreso. Entonces si gana por buen margen y en las ocho provincias que eligen senadores, vamos a tener un presidente con consenso popular, mayoría en las dos cámaras y que no va a ser peronista. Esto no ocurrió nunca desde 1983 hasta hoy.
- El año que viene se cumplen 20 años del kirchnerismo. ¿Qué balance hace?
Nosotros vivimos el menemismo; y el peronismo se fue de la derecha a la izquierda, con barquinazos. Creo que el kirchnerismo logró tener una marca y se comió una parte del peronismo. Pero el peronismo no tiene que ver mucho con el kirchnerismo. Por eso convocamos al peronismo republicano a que se sumen a este espacio. El kirchnerismo en estos 20 años ha cambiado la forma de hacer política, ha dado fanatismo a la sociedad, ha generado una gran grieta y de eso nos tenemos que recuperar.
- ¿Cómo cree que va a pasar el presidente Alberto Fernández a la historia?
Ya tiene la mitad de la historia juzgada. Le falta la otra mitad y hay que ver cómo lo juzga la sociedad.
- ¿Y usted cómo lo juzga?
Pensé que podría haber hecho un mejor gobierno en sus primeros dos años. Por supuesto que nosotros (la oposición) nos recuperamos rápido porque nos mantuvimos juntos, y fue un gran mérito, la gente depositó nuevamente la confianza en Juntos por el Cambio. Pero creo fundamentalmente que el Gobierno hizo mal las cosas.
-¿Adhiere a la hipótesis de que Cristina busca manejar la Justicia para favorecerse?
Sí, sin dudas. La idea de la impunidad de la política, de la impunidad de los poderosos, está hace mucho. José Hernández en el Martín Fierro decía "hay que tener palenque donde ir a rascarse". Nosotros tenemos que garantizar una justicia independiente porque así la tienen las democracias fuertes.
-¿El entendimiento con el FMI es un avance?
Es un avance que aporta a la certidumbre de la deuda pública. Tenemos que conocer los términos del acuerdo en su total dimensión.
-¿Tiene alguna respuesta de por qué la Argentina siempre está en crisis, con inflación, negociando con el FMI?
Lo del Fondo lo estamos poniendo como excusa pero es parte del problema. El problema es el déficit, hay que salir de una Argentina que debe todos los años. Quedan dos caminos, o reducimos lo que gastamos con un Estado más racional o comenzamos a producir más. Creo que tenemos que hacer las dos cosas. El Estado necesita tener un sector privado que sea fuerte. No podemos tener un Estado que se quede con toda la salud, con toda la producción, con toda la ganancia, con todos los empleos, ese es un Estado que no queremos. Tenemos que tener empresarios exitosos, que generen puestos de trabajo. Por supuesto con la mirada del Estado porque como decía Alfonsín, "en el gallinero de la libertad, el zorro libre se termina comiendo a la gallina libre".
-Todos los presidentes hablan de un país federal pero pocos hicieron algo. ¿Por qué?
A la mayoría de los presidentes los escuché hablar de economías regionales, no de federalismo profundo. Creo que el federalismo profundo ganó la batalla política pero perdió la económica. Hay una concentración tributaria y fiscal en la nación pero tiene que haber mejor distribución, más equitativa. Tenemos que trabajar en saber qué necesita cada provincia, cada región y en un plan desarrollador. Los 10 gobernadores del Norte Grande, de todos los signos políticos, estamos trabajando en un programa pero permanentemente nos chocamos con el unitarismo económico y fiscal de la Argentina.
- ¿El recorte de la coparticipación a la Ciudad tiene que ver con alguna redistribución de los recursos a otras provincias?
Ese punto fue absolutamente político, porque sino hubiese vuelto para que se redistribuya en el resto del país, al fondo del distribución. Uno no es federal porque hace pasar un punto de coparticipación la General Paz (a la Provincia de Bunos Aires). Eso no es federalismo, eso es amiguismo.
-¿Le preocupa que la economía pueda deteriorarse aun más?
La inflación está dejando a la gente de la pobreza y hay ciudades donde la pobreza es más del 50% porque se mide en ciudades con más de cien mil habitantes. Estamos muy mal y sobre eso son zonas castigadas. Si el gobierno no resuelve el problema de la pobreza y la inflación, creo que el 2022 va a ser durísimo.
-¿Tras la renuncia de Máximo, hasta dónde cree que puede llegar la interna oficialista?
La renuncia de Maximo Kirchner es un aporte más a la confusión general de la Argentina. Expone una ruptura en el frente interno del gobierno. Y es la consecuencia de haber perdido las últimas elecciones. El oficialismo tendrá que conseguir el número para aprobar la ley. Para ello debe ser razonable, maduro, y asumir las responsabilidades del pasado. Y sin dudas tienen que tener una postura como oficialismo. Deben proponer, deben gobernar.
Un alfonsinista con ojos sólo para Corrientes
Cuesta que pase mucho tiempo de la entrevista sin referirse a su provincia, Corrientes, y le brota el alfonsinismo. Tal vez porque ya desde los 14 años estaba afiliado a la UCR y a esa edad, fue la primera vez que fue hipnotizado por los discursos de Raúl Alfonsín en los actos de la campaña electoral de 1983, que derivó en su Presidencia y en el retorno de la democracia.
Gustavo Valdés se presenta como un dirigente del interior, republicano y federal, "como dice nuestra Constitución nacional". Y con un "profundo arraigo en la historia argentina". Recuerda, orgulloso, que Corrientes es una de las provincias que fundó la Argentina. Pero no desaprovecha la oportunidad para reclamar le pérdida de un punto de coparticipación en 1987 que nunca recuperó; hace la cuenta, "unos $30 mil millones anuales desde hace 20 años y nunca fuimos compensados".
No resulta sencillo sacarle le traje de gobernador, pero duda cuando se le plantea un escenario, tal vez impensado.
- ¿Qué haría si sus hijos quieren irse a vivir del país porque allá le ofrecen una mejor calidad de vida?
- Tengo...espero que no, espero que me pase, que puedan tener una especialización al exterior, pero siempre espero que vuelvan, que traigan lo que aprendan a la Argentina.- ensaya. Interiormente piensa en una situación que en unos años podría tener con cualquiera de sus tres hijos, Manuel, Milagros y Gustavo.
De inmediato retoma su retórica de gestor. Tienen mandato hasta 2025 y en ese entonces deberá dejar la gobernación porque no hay re-reelección. Dice que se iría con la tranquilidad de la misión cumplida si Corrientes "pasa esta crisis económica y no volcamos". Confía en que así será porque la provincia "anteriormente cuando Buenos Aires estornudaba nosotros nos resfriábamos" pero hoy pese a la delicada situación económica y a la pandemia, la provincia no tomó créditos y se mantuvo equilibrada. "Apostamos fuerte a la obra pública, al desarrollo, seguimos trabajando en parques industriales, estamos pensando cómo agregamos valor a nuestra materia prima, nuestra industria yerbatera, como seguimos plantando arroz"… y la lista puede seguir mucho más.
Itinerario
Gustavo Valdes nació el 15 de octubre de 1968. Es un abogado que desde hace casi cuatro décadas, pese a sólo tener 53 años, está ligado a la Unión Cívica Radical. Inició su militancia en 1983, año que marcó el retorno a la democracia, de la mano de Raúl Alfonsín. Hijo de padres políticos, de allí puede explicarse su apasionamiento por la política: Manuel Valdés fue dos veces intendente de Ituzaingó, Corrientes, por el radicalismo. Y su madre, Juana Mosqueda, concejal por el Partido Justicialista. En 1994 egresó de la Universidad Nacional del Nordeste. Casado con Cristina Garro, tiene tres hijos. Fue diputado nacional y miembro del Consejo de la Magistratura.
Al Toque
Un proyecto: La industrialización de Corrientes
Un líder: Raúl Alfonsín
Un prócer: San Martin
Una comida: Milanesa con papas fritas
Una bebida: Mate
Una sociedad que admire: La sociedad industrializadas y tecnológicas
Un recuerdo: 1983 cuando lo escuché a Alfonsín por primera vez
Un placer: Pescar
Un sueño: Ver una Argentina transformada y de Primer Mundo
Una serie: Vikingos, me gusta la historia novelada
Un libro: Valerio Máximo Manfredi, la trilogía de La Historia de Alejandro Magno
Un desafío: Que dejemos de pelear y pensemos más en la Argentina
Fuente: Clarín