Cuáles son las evidencias que se encontraron en la casa del médico. Qué investiga ahora la justicia. Los peritajes que empezaron y los documentos que se suponían firmados por el ídolo que pueden quedar en entredicho.
El doctor Leopoldo Luque, médico de Diego Maradona, afronta una gravísima imputación por falsificación. En el allanamiento a su vivienda, se encontró una hoja dirigida a la Clínica Olivos que dice “yo, Diego Armando Maradona solicito a ustedes le entreguen a mi médico personal, doctor Leopoldo Luque, mi historia clínica personal”. Al final de la nota hay una firma, supuestamente de Maradona. Sin embargo, se encontró una segunda hoja con numerosas firmas similares, lo que indica que estuvieron ensayando la falsificación de la firma del ídolo. Pero, además, apareció una tercera hoja que es una firma real de Maradona escaneada: se ve que ésta última servía de base para ensayar la falsificación. Las evidencias de lo que podría ser un fraude fueron enviadas este mismo miércoles para que se realice un peritaje, porque puede tener consecuencias de máxima importancia.
El equipo de fiscales que investiga la muerte del Diez en la justicia de San Isidro, integrado por Laura Capra, Cosme Irribarren y Patricio Ferrari, coordinados por el fiscal general John Broyard, ordenó este miércoles un peritaje sobre todo lo encontrado, pero el hallazgo plantea un enorme interrogante: cuáles de los documentos que hoy existen, relacionados o no con la salud de Maradona, están realmente firmados por el astro y cuáles tienen la firma falsificada.
La nota sobre la historia clínica tiene dos aspectos adicionales:
*Por un lado acredita que Luque era el médico personal de Maradona, ya sea porque lo firmó el Diez o porque lo escribió Luque falsificando la firma. En éste último caso, él mismo se autoadjudica el carácter de médico personal, lo que agrava su situación porque no dispuso ningún control cardiológico. El médico adujo en su defensa que él sólo era un neurocirujano, no el médico clínico personal de Maradona. Esto lo desmiente por los dos lados.
*El segundo aspecto es grave desde el punto de vista profesional: las historias clínicas son personales de los pacientes, al punto que para solicitarlas se debe certificar la firma de quien la solicita. Es una gravísima violación de las normas médicas hacerse de una historia clínica sin autorización.
Hay otro aspecto que viene siendo estudiado desde el principio por los fiscales. En la vivienda de Luque se encontró algo parecido a una historia clínica: desordenada, sin fecha, son apenas anotaciones. Eso exhibe la improvisación. Pero, además, existe la sospecha de que hay más estudios y datos de la historia clínica que Luque escondió. Un panorama distinto fue el encontrado en el consultorio de la psiquiatra, Agustina Cosachov, que sí tenía una historia clínica ordenada. En ella, sin embargo, pesa el suministro de una enorme cantidad de medicación que era contraindicada para las dolencias coronarias de Maradona: producían arritmias y retenciones de líquido que, finalmente, produjeron la muerte del astro.
Los nuevos elementos encontrados siguen jugando en contra de Luque en la causa penal, porque ya no sólo se exhibe improvisación, poca capacidad para responder a la situación que tenía Maradona, sino que aparecen evidencias de fraude. En ese sentido surgió otro dato de importancia: el kinesiólogo que trató al ídolo no era kinesiólogo, según le hizo saber a la justicia el Colegio de Kinesiólogos, Fisioterapeutas y Terapistas de la Argentina. Los fiscales igualmente ordenaron una investigación sobre ese aspecto.
En principio, el equipo que investiga la muerte de Maradona seguirá acumulando pruebas durante el mes de enero y tiene decidido convocar a una junta médica para febrero. Se pedirá la intervención de los titulares de las carreras de Cardiología, Toxicología, Psiquiatría, Auditoría Médica, Hepatología y Medicina Clínica de diversas universidades. El objetivo es que dictaminen si hubo negligencia o mala praxis y si la muerte de Maradona fue evitable.
En el camino, aparecen irregularidades, ineficiencias e improvisaciones que asombran a la mayoría de los que tienen acceso a la causa judicial.