Referentes religiosos, políticos, sociales y culturales recordaron a quien fue considerado “el obispo de los pobres”, al cumplirse 30 años de su fallecimiento. Organizó la Secretaría de Culto de la Nación y participaron la hermana Martha Pelloni, los sacerdotes Víctor Arroyo y Domingo Bresci y Hebe de Bonafini, entre otros.
Referentes religiosos, políticos, sociales y culturales rindieron homenaje el pasado viernes 8 de agosto en el Congreso de la Nación a monseñor Alberto Devoto, recordado como “El obispo de los pobres”, al cumplirse 30 años de su fallecimiento.
La presentación de la jornada estuvo a cargo del diputado nacional Fernando Marcópulos, y mediante exposiciones, paneles, charlas y presentaciones, se recordó la figura de quien fue obispo de Goya desde 1961 y hasta su muerte en 1984.
“Pudimos construir este homenaje en el que Alberto nos congrega nuevamente. No podemos quedarnos en el dolor y la pérdida, y monseñor Devoto me parece el elemento central para homenajear a quienes sobrevivieron a la dictadura, ya que generó un espacio en el que aquellos que querían construir una sociedad mejor se sientan contenidos como las comunidades eclesiales de base”, expresó Marcópulos.
La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, se hizo presente en el homenaje, y recordó al religioso: “Devoto era uno de los pocos obispos que nos contestaban las cartas cuando buscábamos a nuestros hijos. Me parece importantísimo que se sepa quién es, y cuál era su mensaje pastoral. Sobre todo cuando hay una provincia como Corrientes que es tan conservadora, este acto es muy importante”.
La actividad se inició con una reseña biográfica de monseñor Devoto, a cargo del escritor y periodista Ramón Orlando Mendoza, quien también relató sus vivencias con el obispo. “Estoy muy emocionado de que este recinto, caja de resonancia de nuestra democracia, sea el lugar en el que nos encontremos para recordar la tarea pastoral de Alberto Devoto”, destacó.
En un panel también lo recordaron la religiosa Martha Pelloni, el presbítero Víctor Arroyo, “Coca” Morello y Jorge Leiva.
Leiva, militante cercano a los sectores campesinos de Goya, dijo que “es un honor haber sido convocado a dar testimonio de quien fuera el primer obispo de Goya, de quien los goyanos tenemos un recuerdo imborrable, este homenaje y su reivindicación nos parecen sumamente justos”.
La hermana Pelloni, representante de la Red Infancia Robada y quien trabajó durante años con monseñor Devoto, aseguró que “él vivía la realidad de su pueblo muy profundamente. Su compromiso se basaba en el trabajo de sensibilización social, que pasa por la piel y el corazón para proyectarlo en los hechos. Su testimonio es muy fuerte. Si hoy milito en los derechos humanos, es porque durante la dictadura militar este hombre los defendía”.
El presbítero Arroyo señaló que Devoto “es una figura digna de destacarse, este homenaje es reivindicar a gente que sin darnos cuenta sentó las bases sobre las que hoy estamos, en una construcción que nos permite vivir con más libertad, alegría y esperanza” y recordó: “Fueron años en los cuales se nos contagió el entusiasmo por la fe. Eran épocas de mucho compromiso social, en los que la Iglesia nos proponía un compromiso con el pueblo, que lo vivíamos con un gran entusiasmo”.
El acto contó además con un homenaje musical a cargo del músico Jorge Suligoy, quien presentó una obra titulada “Qué triste y qué lindo”. La jornada siguió con otro panel integrado por el asesor de la secretaría de Culto de la Nación, el presbítero Domingo Bresci, junto a los diputados nacionales correntinos Carlos Rubín, Araceli Ferreyra y Ana Perroni, y se presentó el libro “Puebladas goyanas”, del autor José Erasmo Gauto.
“Fue Devoto el que hizo que se comenzara a conformar el movimiento de sacerdotes para el tercer mundo en la Argentina. Ir a Goya significó para él un proceso cultural muy fuerte. Y se hizo cargo de todas la problemáticas que sufría la gente, junto a otros 18 obispos, retomaron el impulso sano y fantástico del Concilio del Vaticano II y lo adaptaron a esta realidad que era el tercer mundo”, señaló el padre Bresci.
En tanto, el diputado Marcópulos cerró la jornada con un discurso. “Queremos reflotar el espíritu de lo que nos sigue uniendo como pueblo para seguir reivindicando los derechos de nuestros trabajadores campesinos. Esto lo hizo el pueblo de Goya, el sur de la provincia, la gente que tiene memoria colectiva logró que hoy estemos llenando este salón en un hecho histórico en la Capital Federal”, sintetizó.
Vida de pastor y compromiso
Monseñor Devoto fue nombrado obispo de Goya el 12 de junio de 1961 por el papa Juan XXIII. Recibió la ordenación episcopal el 17 de septiembre del mismo año, de manos de monseñor Aguirre, obispo de San Isidro, y enseguida tomó posesión de la sede. Su lema episcopal fue "Yo siempre estaré contigo".
Monseñor Devoto participó del Concilio Vaticano II, particularmente en el grupo de trabajo "Jesús, la Iglesia y los Pobres". En 1964 fundó el Instituto Vocacional San Carlos Borromeo, en 1976 el seminario menor San Pablo Apóstol, y en 1978 el seminario mayor Santo Cura de Ars.
En 1966, conmovido por la inundación que azotó a la ciudad de Goya, hizo votos de pobreza y asumió como propias las privaciones de las personas carenciadas, ya sea en la comida, en la ropa o en la manera de viajar.
En 1967 motivó la realización de los encuentros nacionales del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, impulsó la creación de Comunidades Eclesiales de Base; motivó el desarrollo del Movimiento Rural de la Acción Católica; promovió las vicarías obreras e incentivó los derechos laborales a través del Movimiento de las Ligas Agrarias y la Pastoral Rural.