Policiales

Homicidio en una quinta: Por falta de pruebas liberaron a los tres peones detenidos en Mburucuyá

Crédito: 29535

Falta de pruebas y evidencia que los incriminara llevó a que la Justicia decidiera dejarlos en libertad. Habría un cuarto sospechoso en la mira. Los investigadores dejan casi por descartado un homicidio en ocasión de robo. Creen que fueron directamente a matarlo.



Las tres per­so­nas que es­ta­ban de­mo­ra­das ba­jo sos­pe­chas de al­gu­na par­ti­ci­pa­ción en el ase­si­na­to del en­car­ga­do de una quin­ta ci­trí­co­la del pa­ra­je Pa­go Arias, cer­ca­no a la lo­ca­li­dad de Mbu­ru­cu­yá, re­cu­pe­ra­ron la li­ber­tad por dis­po­si­ción de la Jus­ti­cia que no ha­lló ele­men­tos con­tun­den­tes en su con­tra.



Se tra­ta de un ado­les­cen­te de 17 años y dos hom­bres ma­yo­res, de 19 y 37 años, to­dos ha­bi­tan­tes de la zo­na y co­no­ci­dos de la víc­ti­ma, Ri­car­do Ruiz Dí­az, de 51.



Los in­ves­ti­ga­do­res del ca­so ayer es­ta­ban abo­ca­dos a dis­tin­tos tra­ba­jos de re­co­lec­ción de nue­vas evi­den­cias y tes­ti­mo­nios. En­tre los pro­ce­di­mien­tos se des­ta­can ras­tre­os de lla­ma­das des­de y ha­cia el te­lé­fo­no de Ruiz Dí­az en las úl­ti­mas se­ma­nas.



“Lo ma­ta­ron des­de cor­ta dis­tan­cia cuan­do pre­sun­ta­men­te iba a apa­gar el mo­tor de una bom­ba de agua. Al pa­re­cer le dis­pa­ra­ron des­de el otro la­do de un te­ji­do pe­ri­me­tral, cuan­do le da­ba la es­pal­da al ti­ra­dor. No tu­vo op­ción de de­fen­sa o in­ten­to de es­ca­pe. Lo ma­ta­ron a trai­ción con dos ti­ros de es­co­pe­ta”, re­cal­có una fuen­te cer­ca­na a la pes­qui­sa.



El cri­men se pro­du­jo el vier­nes a la no­che en un es­ta­ble­ci­mien­to ci­trí­co­la si­tua­do a un la­do de la Ru­ta Pro­vin­cial 13, a unos 120 ki­ló­me­tros de la ca­pi­tal co­rren­ti­na.



La ca­sa ha­bi­ta­da por Ruiz Dí­az, quien es­ta­ba a car­go del lu­gar, se ha­lla a la ve­ra de un ca­mi­no ve­ci­nal, a unos 600 me­tros de la ca­rre­te­ra que une Mbu­ru­cu­yá con Sa­la­das.

 

To­da­vía no hay cer­te­zas en cuan­to al mó­vil del ata­que.



Sin em­bar­go, de a po­co pa­re­ce des­va­ne­cer­se la hi­pó­te­sis de que fue un ac­to en oca­sión de ro­bo.

Di­ne­ro que el hom­bre de­bía uti­li­zar pa­ra abo­nar a tra­ba­ja­do­res de la quin­ta, ac­to que re­a­li­za­ba to­dos los dí­as sá­ba­do, fue ha­lla­do aden­tro de su au­to­mó­vil.

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