Cerca de las 5:40 del jueves 24 de diciembre, el servicio de emergencias 911 recibió el alerta de un incendio en una vivienda ubicada por calle Potosí del barrio capitalino Juan XXIII. Al llegar el autobomba a realizar las inspecciones del caso, hallaron tres cuerpos. Eran dos niños y una mujer. La tragedia enlutó la previa de la Navidad para la familia Farías.
En un domicilio ubicado por calle Potosí entre avenida 17 de Octubre y Magallanes ocurrió un incendio. Fue en la planta alta del lugar en el cual convivía una pareja y dos pequeños de 4 y 6 años.
El pedido de ayuda a Bomberos llegó cerca de las 5:40, confirmó a la prensa el subjefe de la Policía Eduardo Acevedo. “Cuando arribaron al lugar se encontraron con un incendio de tipo declarado que afectó la planta alta de la vivienda. Pudieron sofocarlo y cuando ingresaron se encontraron con tres personas sin vida, una de ellas mayor de edad y dos menores que yacían en la cama y en el piso”, dijo.
La mujer fue identificada como Sandra Mónica Farías, de 47 años, y dos pequeños, Mara y Thiago.
En el lugar se supo que los uniformados hallaron un bidón de combustible, por lo que se analizó la posibilidad de estar ante un femicidio.
Tareas investigativas tomaron curso hacia esa hipótesis, cuando familiares de Sandra indicaron a la Policía y autoridades judiciales que la mujer estaba con su pareja a quien lo consideraban como un hombre violento y por ello había denuncias hechas en la comisaría.
De inmediato se ordenó la detención de quien fuera el cónyuge de Sandra y padre de los chicos, Francisco José Quintana de 45 años. Horas después se conoció la imputación en el hecho.
“De oficio actuó la comisaría Décimo Segunda y se imputó a Francisco J. Quintana por el delito de supuesto homicidio agravado por el vínculo y violencia de género en concurso real criminis causa e incendio”, confirmó una fuente oficial a época.
Las llamadas de Sandra
Rubén, hermano de la mujer fallecida, dijo que la madre lo despertó porque la casa de “Sandra se estaba quemando” y había recibido varias llamadas pidiendo ayuda.
“Cuando llegamos, ya estaban los bomberos trabajando y no me permitieron ingresar.
Mi cuñado no me brindaba información. Fuimos descubriendo la verdad a medida que pasaban los minutos. Nos dimos cuenta de que era algo más que un simple incendio. Esto fue el desenlace de un caso de violencia de género que también sufrieron mis sobrinos”, se lamentó.
“Era una relación enfermiza, con muchas idas y vueltas, con mucha agresividad de parte de él. Estamos shockeados”, dijo Rubén quien contó que hace pocos días ella decidió regresar con sus hijos a la casa. “Esto es muy trágico, se veía venir, es una persona psicópata”, dijo por su cuñado.