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Indignación en Corea del Sur con el presidente Yoon por tratar de imponer la ley marcial

Tras una noche de tensión y drama, Corea del Sur se ha despertado este miércoles de una pesadilla: la de la vuelta a las oscuras décadas de la dictadura militar. El intento del presidente Yoon Suk-yeol de anular todas las libertades imponiendo la ley marcial , frustrado en pocas horas por la movilización popular y el voto en contra del Parlamento, ha desatado la indignación en el país, que pide su cabeza.Las fuerzas de la oposición, lideradas por el Partido Democrático , ya se han unido para reclamar su destitución, que debería votarse en un plazo de 72 horas en la Asamblea Nacional. «El Parlamento debería centrarse en suspender inmediatamente las tareas del presidente para aprobar una moción de destitución lo antes posible», anunció a los periodistas el diputado Hwang Un-ha , según informa la agencia Reuters.A pesar de la retirada de la ley marcial , para esta jornada se esperan más protestas y manifestaciones. La Confederación de Sindicatos de Corea , la mayor coalición de organizaciones obreras, planea llevar a cabo una marcha y aboga por ir a la huelga hasta que el presidente Yoon dimita.Noticia Relacionada Desató una ola de protestas estandar No 1980: la última ley marcial declarada tras la muerte del dictador Park Chung-hee Las manifestaciones de hace cuatro décadas dejaron alrededor de 2.000 muertosA la espera de lo que haga, su futuro político está sentenciado por su extrema y torpe decisión de declarar la ley marcial en un país tan desarrollado como Corea del Sur, que es una de las más vibrantes y prósperas democracias de Asia desde finales de la década de 1980. Asumiendo su responsabilidad en este fallido autogolpe, ya han dimitido el jefe de gabinete de Yoon y una decena de secretarios de su oficina presidencial.Su propia fuerza política, el Partido del Poder Popular , le dio la espalda desde el primer momento y ya ha pedido la renuncia de todo el Gobierno y, especialmente, del ministro de Defensa, Kim Yong-hyun , por permitirle al presidente enviar el Ejército para asaltar el Parlamento. De madrugada, tras el sorprendente anuncio en televisión del presidente Yoon declarando la ley marcial , allí se presentaron unos 190 de sus 300 diputados para oponerse a su decisión. Algunos de ellos, como el principal líder de la oposición, Lee Jae-myung , del Partido Democrático, hasta tuvieron que saltar una valla para colarse en el recinto, como muestra un vídeo que él mismo se grabó y ha difundido en internet.Atrincherándose en el Parlamento con barricadas levantadas a base de sillas y escritorios, 190 diputados votaron en contra de la ley marcial . Entre ellos figuraban 18 del propio partido de Yoon. Fuera, el Ejército trataba de entrar en el edificio mientras era reprendido por miles de manifestantes , lo que provocó peligrosos momentos de tensión. Finalmente, el presidente Yoon se veía obligado a retirar la ley marcial a las cuatro y media de la madrugada, solo seis horas después de decretarla.Proceso de destitución«Incluso si la ley marcial es levantada, no puede evitar los cargos por traición. Se ha revelado claramente a toda la nación que el presidente Yoon ya no puede dirigir el país con normalidad. Debería dimitir», le reprochó un diputado del Partido Democrático, Park Chan-dae , en un comunicado recogido por la BBC . Por su parte, el secretario general de la Asamblea Nacional, Kim Min-ki , señaló que «desde hoy (por este miércoles), el ministro de Defensa, la Policía y el Ejército tienen completamente prohibida la entrada», declarándolos «legalmente responsables» de los «daños materiales y actos ilegales» por intentar entrar por la fuerza en el Parlamento.Para destituir al presidente, hace falta una mayoría de dos tercios de sus 300 diputados, es decir, al menos 201. Mientras el Partido Democrático tiene 170 escaños, el Partido del Poder Popular cuenta con 108, pero todo apunta a que dejará caer al presidente Yoon para que no lo arrastre con él. Una vez que la destitución sea aprobada, es supervisada por el Tribunal Constitucional , que necesita para ratificarla los votos a favor de seis de sus nueve magistrados. Así ocurrió con la expresidenta Park Geun-hye , hija del dictador Park Chung-hee , quien fue destituida por el Parlamento en diciembre de 2016 por sus escándalos de corrupción y amiguismo , y luego por el Tribunal Constitucional en marzo de 2017. Pero en 2004 otro presidente, Roh Moo-hyung , fue cesado y suspendido durante dos meses y, más tarde, rehabilitado por los jueces.Impacto en la economíaEn caso de que el presidente Yoon dimita o sea destituido, el primer ministro, Han Duck-soo , ocuparía el poder hasta la celebración de elecciones anticipadas. Pero esta última crisis aún sin resolver, la más grave de la democracia en Corea del Sur, ya está teniendo un fuerte impacto en su potente economía, la cuarta mayor de Asia. Este miércoles, las Bolsas abrieron a la baja y índice surcoreano Kospi perdía en torno a un 2 por ciento, mientras que el won cotizaba a su cambio más bajo con respecto al dólar desde octubre de 2022 (1.418 wones). «Vemos la incertidumbre que rodea a la economía y la política todavía alta y es probable que lastre el crecimiento si la situación continúa», alertaba en una nota del banco ING el economista Min Joo-kang , a tenor de la BBC. Pero otros analistas, como Kim Jin-wook , de Citigroup , consideraban que «el impacto negativo en la economía y los mercados financieros podría ser corto porque las incertidumbres políticas se pueden mitigar si hay una respuesta rápida». Para ello, el ministro de Finanzas, Choi Sang-mok , celebró de madrugada una reunión de emergencia y prometió estabilidad e inyectar liquidez en los mercados si fuera necesario.En medio de manifestaciones callejeras y concentraciones a las puertas del Parlamento pidiendo la dimisión o la detención del presidente Yoon, Seúl trata de recuperar la normalidad . Aunque grandes compañías han pedido a sus empleados que trabajen desde casa, han abierto los colegios, los bancos, las oficinas gubernamentales y los tribunales, lo que demuestra que Corea del Sur intenta dejar atrás la pesadilla de una noche en la que pudo volver a la dictadura.

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