En el último tiempo crece la conciencia de que son elementos económicos, los productos culturales y las capacidades educativas y científicas las que sostienen el marco fundamental de la defensa nacional. Entre los primeros se destaca el proceso de reconstitución industrial, el cual repasa para Télam Jorge Luis Bernetti.
Está siendo cada vez más claro para grandes sectores nacionales que el concepto de Defensa Nacional no está restringido a las instituciones militares de la Nación; que la Defensa es Soberanía y que esa Soberanía está asentada en muchos aspectos que están afuera de los cuarteles, las bases y los aeródromos en donde está dispuesta la última ratio de aquella.
Por ello, es conveniente destacar que crece la conciencia de que son elementos económicos, productos culturales y capacidades educativas y científicas las que sostienen el marco fundamental de la Defensa nacional.
En los elementos económicos se anota en primer lugar el proceso de reconstitución industrial que se registra desde hace varios años en el plano de la Defensa.
En ese registro se verificó la instalación del Programa de Desarrollo de Proveedores para la Defensa (PRODEF) que el ministro de Defensa Jorge Taiana puso en funcionamiento en esta semana. El Programa tiene por finalidad articular la oferta de productos y servicios existentes y las potenciales con las necesidades del sector.
Fueron 10 cámaras de diverso tipo, muy representativas de la industria argentina las que suscribieron el acuerdo propuesto por Taiana y el secretario de Industria José Luis Mendiguren, un “impulso estatal” dirigido a la base industrial nacional, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas.
En el lanzamiento del Programa se puso en marcha el sitio “Industrias Def”, en donde se registran la base informativa de todos los productores inscriptos en su lanzamiento como la apertura a todas aquellas que quieran posteriormente sumarse al mismo. Así quedó constituido el Registro de Proveedores para la Defensa (REPRODEF) que intenta estructurar un campo con un objetivo específico: sustentar de manera decisiva la proveeduría de insumos claves para el área.
El Gobierno nacional estableció una base material sólida para el sector al hacer aprobar por el Congreso de la Nación, en el inicio de su gestión la iniciativa del FONDEF (Fondo para la Defensa) que destina recursos específicos para la producción nacional de equipos para el sector o, en caso de no poder acudir a la producción en el país, lograr su importación.
Ahora, la convocatoria del PRODEF profundiza esta política – que ha permitido en los últimos cuatro años la incorporación de numerosos equipos y armas para las tres Fuerzas – lo que constituye una propuesta explícita no solamente a la producción, sino a la asociación de diversas empresas para lograr resolver demandas de alta complejidad de las Fuerzas Armadas.
Observar las cámaras y asociaciones que han adherido registra un cómputo sorprendente. En este proyecto se han unido: la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), la Cámara Argentina de Industrias Eléctricas (CADDIEL), la Cámara Argentina del Acero (CAA), la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), la Cámara Argentina de Pymes Proveedoras de la Industria de las Telecomunicaciones (CAPPITEL), la Cámara Argentina Aeronáutica y Espacial (CARAE), la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la Cámara Argentina de la Industria del Software (CEESI) y hasta la Unión Industrial Argentina. Estas empresas podrán acceder al Certificado de Empresa Estratégica de Defensa (CEDEF) que identificará a empresas privadas y públicas que dispongan de capacidades críticas para el sector.
¿Esta adhesión a la propuesta oficial, logrará finalmente convocar a la unidad organizativa para construir proyectos comunes de dimensiones superiores a la acción individual? Existen algunos datos complementarios que permiten sostener esperanzas en ello, como los convenios firmados por Defensa con la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, la Agencia I+D+I y la adhesión de instituciones bancarias como el Banco Provincia de Buenos Aires, el BICE y el Credicoop, el único banco cooperativo del país.
La intención de organizar a los sectores productivos industriales, basados en la pequeña y mediana empresa, pero no limitado a ellas, y sumar a ello de manera explícita a los significativos emprendimientos industriales de la Defensa que escaparon a la destrucción de los años ’90 y fueron rescatados por los gobiernos kirchneristas, se aproxima a una política de largo plazo, de posibles crecimientos significativos. Es un intento importante cuya suerte se juega, también, en los próximos comicios nacionales.