La Justicia porteña arranca este miércoles 9 de noviembre a juzgar a Carlos Manuel Andrés, el joven de 18 años que propinó un golpe en la cara del trabajador del estacionamiento. Pese a que estuvo prófugo, le aplican la ley de menores. El reclamo de la familia y cómo está su salud.
En diez días se cumplirá un año de la violenta situación que cambió la vida de Arturo López y su familia, que quedó grabada y generó una fuerte conmoción en todo el país. Aquel viernes 19 de noviembre, Carlos Manuel Andrés (18), sin mediar palabra, pegó un fuerte golpe en la cara de este playero de 66 años que quedó inconsciente y aún hoy permanece internado. En ese marco, hoy arranca el juicio.
La primera audiencia en el marco del proceso arrancó a las 9.30 en la sede de la Justicia porteña con el joven que estuvo prófugo, luego con preventiva y a pesar de todo eso fue beneficiado con prisión domiciliaria en el banquillo de los acusados. Se lo acusa de lesiones gravísimas mientras que la Fiscalía a cargo de Mauro Terezko había pedido el juicio por tentativa de homicidio y lesiones gravísimas de manera subsidiada.
El juicio se comenzará a desarrollar de una manera cuestionada por la querella que representa a la familia de López. Sus hijas Florencia y Agustina López vienen insistiendo en toda la primera instancia con que el proceso tenga carácter público como cualquier otro, frente a una decisión de la justicia de tratarlo con los parámetros que exige la ley para un menor de edad.
El criterio tomado para aplicar esa decisión tiene que ver con que al momento del hecho el acusado tenía 17 años, con lo cual hasta lo lleva a cabo el Juzgado Penal y Penal Juvenil 11 de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Alejandro Villanueva. "El Juzgado se ha manejado de manera muy hermética incluso con las partes, lo del juicio fue muy rápido y quieren que se sepa lo menos posible", confió a PERFIL una fuente ligada a la causa.
En esa línea, el juez dispuso que no se podrán difundir datos respecto de lo que ocurra en la audiencia y tampoco filmaciones o fotos del acusado, que ya tiene 18 años.
Cómo está el playero
La grabación que tomó la cámara de seguridad de la cochera en la que trabajaba en la calle Moreno del microcentro porteño es elocuente. El material está desde el principio en el expediente y es una de las pruebas principales contra el joven que casi mata a López.
Muestra el momento en el que el playero, que hoy tiene 67 años, cayó al piso y quedó en el estado que hoy lo mantiene internado. El cuadro que le generó el traumatismo de cráneo por el golpe del agresor le produjo, a su vez, un daño permanente en sus capacidades: más allá de que ha mejorado notablemente su salud y hasta puede mantener conversaciones, hay secuelas que tendrá para siempre.
Así lo expresaron en varias entrevistas Florencia y Agostina, sus hijas, que desde aquel día de fines de 2021 no pasan una jornada sin ir a visitarlo, a cuidarlo y a apoyarlo. Afortunadamente pueden mantener una conversación con él por algunos segundos, aunque suele olvidarse y perderse.
Para la familia de la víctima, sus dos hijas y su ex pareja y abogada representante de la querella, Miriam Luna, el escenario judicial se ha prestado a que el agresor de muestras de cierto nivel de impunidad.
"A pesar de que hay un video como prueba contundente, a pesar de que la pericia médica indica que las secuelas son gravísimas e irreversibles, a pesar de que Manuel Andrés estuvo prófugo más de cinco meses con pedido de captura nacional e internacional, de que hice hasta lo imposible para que el caso se haga público, nada parece necesario para reclamar justicia", lamentó Florencia a través de su Twitter.