El año se despide con otra revolución en el mundo árabe , que confirma el carácter altamente explosivo de Oriente Próximo, una región donde se cruzan las ideologías y los intereses económicos de las grandes potencias. La caída del régimen de los Assad en Siria , después de 54 años ininterrumpidos en el poder, da un giro copernicano a la presencia en la región de los poderes que - desde el comienzo de la guerra civil, en 2011 - operaban en los diversos bandos.De entrada, los derrotados son Rusia e Irán, las dos naciones que apoyaron al presidente Bashar al Assad en el enfrentamiento contra una galaxia de grupos rebeldes. La guerra llevaba cuatro años en estado de hibernación, hasta que el mes pasado uno de los bandos, el grupo vinculado a Al Qaida , Organismo de Liberación del Levante (HTS), dirigido por Abu Muhamed al Jolani, lanzó una ofensiva relámpago desde el norte de Siria que en pocos días conquistó las principales ciudades. Damasco ha caído, aparentemente, sin resistencia, después de que trascendiera la huida de Bashar al Assad y su familia a un lugar desconocido.¿Qué factores coincidieron en el jaque mate de los rebeldes yihadistas suníes? El más importante parece ser la acción de Israel contra las bases de Hizbolá -el grupo armado chií libanés- en Siria, con ocasión de la ofensiva terrestre y aérea del Estado hebreo contra los yihadistas libaneses . Hizbolá estaba presente en Siria en apoyo de Al Assad , como una fuerza de choque altamente preparada y motivada, frente a la falta de moral de las propias fuerzas del régimen. Diezmadas por Israel en Siria, o de retorno al Líbano, Damasco se encontró sin su fuerza de elite extranjera más preciada.Noticia Relacionada Líder del grupo rebelde estandar Si Al Jolani, el yihadista que dobló el pulso a Assad Francisco de Andrés El líder del grupo rebelde anunció en una entrevista que busca un califato «solo nacional»Durante sus guerras en Gaza y luego en el Líbano, Israel también bombardeó en los últimos meses posiciones de grupos pro-iraníes en Siria, facilitando un nuevo equilibrio de fuerzas que quizá no buscaba directamente. Las relaciones entre Netanyahu y Bashar al Assad siempre fueron muy tensas, pero la llegada al poder en Damasco de un yihadista como Al Jolani, fundador de la rama siria de Al Qaida, son noticias aún peores para el Estado hebreo. Israel podría haber marcado un gol en propia meta.Potencias desplazadasRusia es otra de las potencias desplazadas de Oriente Próximo con el triunfo de los rebeldes islamistas. El régimen de Putin apoyó durante estos años a Bashar al Assad con armas, asesores militares e incluso su fuerza aérea, pero en los últimos tiempos se vio obligado a retirar gran parte de esa ayuda para concentrarla en el frente de Ucrania. Rusia quiere ganar todo el territorio posible en esa guerra, antes de que Donald Trump llegue a la Casa Blanca en enero y ponga presumiblemente en marcha el armisticio.Las incógnitas se centran, en cambio, en el papel que a partir de ahora representarán las otras dos potencias presentes en el conflicto de Siria.En primer lugar, Estados Unidos. Washington cuenta con un contingente militar pequeño en el norte y este de Siria, que instruye a los kurdo-sirios de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF en inglés). Los kurdos han establecido en esas regiones una autonomía política que, tarde o temprano, chocará con el Estado islámico que querrá poner en pie Al Jolani en Damasco. Trump, partidario de que su país se retire de conflictos que le son ajenos, deberá tomar alguna decisión respecto a sus fuerzas en Siria, en particular en el nuevo marco político.Luego viene Turquía, que tiene sus propios intereses en el conflicto armado sirio. Ankara cuenta también con un contingente en territorios fronterizos que apoyan a algunos grupos rebeldes pro-turcos. En teoría esos grupos eran enemigos de Bashar al Assad, pero su gran rival son los kurdos. Erdogan tendrá que tomar ahora alguna posición respecto al nuevo régimen que se establezca en Damasco. Aunque el \'sultán\' turco defiende una política empapada de islamismo para su país, tratar con un discípulo de Bin Laden son palabras mayores.