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Israel ultima la invasión en Líbano ante la impotencia de Hizbolá y con la mira puesta en Irán

«Estamos listos si Israel Lanza una incursión terrestre, no conseguirán sus objetivos y venceremos», fueron las palabras de Naim Qassem en la primera intervención de un alto cargo de Hizbolá tras el asesinato el viernes de Hasán Nasralá en un bombardeo masivo de Israel al sur de Beirut. El subsecretario general del Partido de Dios no anunció el nombre del nuevo máximo del grupo, ni ofreció detalles sobre el funeral de Nasralá, intentó mantener un tono desafiante e insistió en que «seguiremos con la lucha», pero sus palabras sonaron débiles ante un enemigo decidido a llegar hasta el final. A las palabras de Qassem Israel respondió con hechos y con el anuncio por parte del ministro de Defensa, Yoav Gallant, de que «la siguiente fase en la guerra contra Hizbolá comenzará pronto». Esa nueva etapa es la invasión terrestre que, según medios como \'Washington Post\', será «limitada (…) de menor escala que la de la guerra de 2006 y se centrará en asegurar las comunidades fronterizas». El diario estadounidense, citando fuentes de seguridad, adelantó que este paso es «inminente» y aseguró que el ejército lleva varios días realizando incursiones puntuales para preparar la invasión. La cadena BBC recogió a última hora de la tarde que Israel habría notificado sus planes a Estados Unidos. Ataque en el centro de BeirutLos bombardeos siguieron una jornada más en el este y sur del país y, por primera vez desde la guerra de hace 18 años, los israelíes atacaron un objetivo en el centro de Beirut, lejos de los barrios que controla Hizbolá. La sorpresa era total en Cola, zona de la capital muy popular porque desde allí parten los minibuses a diferentes puntos del país. El ejército informó que fue una operación contra el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y que logró asesinar a su líder en Líbano, Nidal Abd al-Aal , y a otros dos comandantes del grupo. Israel también informó del asesinato del máximo responsable de Hamás en el país, Fateh Sharif, y toda su familia, en una operación cerca de la frontera.Noticia Relacionada estandar No Hizbolá confirma la muerte de su líder tras un bombardeo israelí Mikel Ayestaran | Enviado especial a Beirut «¿Está vivo?». Esta era la pregunta más repetida en Beirut después de una larga noche de ataques contra los barrios del sur de la capital, que se han alargado hasta primera hora de la mañanaLos vecinos miran al edificio de once plantas con incredulidad. El misil israelí ha borrado la cuarta planta, pero el resto del bloque parece intacto. El zumbido de los drones es permanente y la pregunta más repetida es «¿quién será el siguiente?» Nadie duda de que Israel seguirá con unos asesinatos selectivos que se han convertido en parte de la rutina macabra de una Beirut colapsada por miles y miles de desplazados. Antes había una gran confianza en la respuesta de Hizbolá, ahora la reputación de la milicia chií se ha minimizado debido a los golpes del Mossad y a la decisión de Irán de mantenerse al margen. Nadie se fía de nadie en las calles de Beirut y los barrios que han recibido a desplazados del sur del país y de la capital temen que tengan relación directa con Hizbolá y sean objetivo de ataques. El ejército se ha desplegado a las puertas de algunas zonas cristianas como Achrafie a las que apenas han llegado desplazados en comparación con otras. Los viejos fantasmas sectarios nunca abandonan a esta capital. Siguiente parada, IránCon Hamás destrozado y Hizbolá descabezado, Benjamín Netanyahu apunta a Irán y envió un video mensaje en inglés a la población de la república islámica para decirles que «cuando Irán sea finalmente libre -y ese momento llegará mucho antes de lo que la gente piensa- todo será diferente«. Según el primer ministro, «cada día el régimen sumerge a nuestra región en una oscuridad cada vez más profunda y en una guerra más profunda». Teniendo en cuenta la capacidad de penetración demostrada por la inteligencia israelí en Teherán, donde Ismael Haniye , líder de Hamás, fue asesinado este verano, más de una alarma se encendió en la capital iraní tras escuchar estas palabras. Oficialmente el Estado judío ni confirmó, ni desmintió su papel en el asesinato de Haniye, como es habitual en esas situaciones, pero los iraníes no tuvieron ninguna duda y clamaron venganza, aunque hasta el momento no han hecho nada. Desde la república islámica llegaron un día más duras palabras de condena al asesinato de Nasrala y amenazas contra Israel, una narrativa que se repite después de cada golpe recibido por Hizbolá. Los iraníes han perdido capacidad de disuasión frente a su gran enemigo y rehúyen un choque directo porque consideran que esta es «la trampa» que les quiere tender Netanyahu, en palabras del ex ministro de Exteriores, Javas Zarif. En respuesta a una pregunta sobre una posible reacción de Teherán con respecto al asesinato de Nasralla, Mohammad Bagheri, jefe del ejército iraní, utilizó solo una palabra: «Espera». Las operaciones del enemigo se suceden, no hay respuesta alguna y Netanyahu prefiere golpear primero.

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