Dos policías de la provincia de Corrientes, fueron denunciados por violencia de género. La víctima de acuerdo a los informes presentaba golpes en todo el cuerpo y expectoraba sangre. Increíblemente, paso varias horas en la comisaría para exigir que le tomen la denuncia. Ninguno de los acusados fue detenido, ni apartado de la fuerza.
Una mujer denunció el fin de semana a dos efectivos de la policía de Corrientes, que el jueves 27 la habrían agredido a golpes cuando la víctima fue a buscar a su hijo menor de la casa de su expareja. Él la acusó de haber ido borracha a recoger al niño y la corrió a golpes de la casa, junto con su hermano -también efectivo de la fuerza- y la actual pareja del primero.
En la comisaría también habría sido maltratada y según explicó se negaron a tomarle la denuncia para "evitar dañar la reputación del policía", quien ya había sido denunciado en reiteradas oportunidades por violencia.
El caso
El hecho sucedió el jueves 27 de octubre, cerca las 23:00, cuando una mujer de nombre Gabriela de unos 28 años de edad se presentó en el domicilio de su expareja y padre de su hijo, el sargento de Policía S. E. Correa.
La mujer, pese a ser el día de su cumpleaños, había pactado con el hombre, recoger al niño de ocho años en ese horario. "Ya lo habíamos arreglado, porque mi hijo no quiere quedar a dormir en lo de su padre, porque le tiene miedo. Tiene antecedentes de violencia, yo misma lo denuncié varias veces y fue la razón de nuestra separación hace ya varios años", relató Gabriela.
"Ni bien abrió la puerta comenzó a agredirme y a decirme que no me iba a entregar a mi hijo, porque según él yo estaba alcoholizada. Comencé a golpear la puerta llamando a mi niño, a lo que Correa salió, me tomó de los brazos y comenzó a insultarme y golpearme. También se sumó su actual pareja, M. Hermosilla de 23 años, y siguieron lastimándome por todo el cuerpo", contó la víctima.
Según indica la denuncia formulada por Gabriela, otro hombre identificado como J. Correa, hermano del dueño de casa y también efectivo policial, tomó de los brazos a la mujer y también la golpeó.
Por un momento la mujer logró zafarse de los golpes, corrió y encontró un grupo de chicos, quienes le prestaron un teléfono para llamar a la comisaría. Al llegar la Policía y luego de más insultos, Gabriela fue trasladada al hospital en una patrulla. En el nosocomio no habría sido bien atendida y hasta incluso, el médico de guardia de apellido Romero, luego de hablar con los policías, habría extendido un certificado asegurando que la joven estaba alcoholizada, sin siquiera realizarle un test de alcoholemia.
Posteriormente, la mujer fue trasladada hasta la comisaría y allí, según el relato de la víctima, el oficial de turno de apellido Torres la llevó hacia una sala de espera aparte y le pidió a la mujer que se levante la remera y le muestre los golpes, algo que la víctima se negó rotundamente a hacerlo, recibiendo como respuesta insultos y agresiones verbales de parte del efectivo, quien luego la esposó y la encerró en un calabozo.
A la mañana siguiente y luego de pasar toda la madrugada detenida, la mujer debió pagar una "fianza" de $2.300 pesos por la "contravención y los disturbios", aunque tampoco le extendieron un recibo de la misma.
Por tercera vez fue trasladada al hospital local, en el que la atendió un doctor de apellido Blanco, quien notó los golpes que Gabriela presentaba en todo su cuerpo, le realizó un chequeo completo y ordenó otros estudios dado que la mujer expectoraba sangre al toser y también en su orina. Les dijo a los efectivos policiales que la joven había sido golpeada.
La joven violentada recién pudo radicar la denuncia penal contra su expareja el viernes 28 en horas del mediodía, cuando se presentaron en la comisaría de Itatí la coordinadora del Centro de víctimas de violencia de género, María Claudia Romero Valdez, acompañada de una funcionaria policía, dado que Gabriela había pasado las últimas 10 horas detenida por orden del oficial de guardia, quien se había negado a levantar una denuncia en contra de sus camaradas, según dijo: "Para no perjudicarlos".
Hasta el momento ninguno de los agresores fue detenido y continúan en actividad de sus funciones. Semanas atrás ocurrió un hecho similar con otro funcionario, dentro de la misma comisaría. Sólo lo trasladaron.