Para entender y saber qué es lo que está pasando en la política tenemos que meternos en un laberinto de explicaciones procesales.
En los últimos años, ha venido sucediendo algo en la Argentina que ya nos parece normal, pero no lo es: se ha vuelto imposible entender la política, si uno no se convierte en experto en derecho procesal penal. En estas horas, después de la decisión de la Cámara de Casación Penal de mandar a juicio oral la causa que tiene que ver con los hoteles de la familia Kirchner y de revocar el sobreseimiento en la causa del memorándum de entendimiento con Irán, tenemos que meternos en un laberinto de explicaciones procesales para saber qué está pasando con la política.
Esto, muy probablemente, va a seguir sucediendo después del cambio de Gobierno, cualquiera sea el Gobierno que venga, sobre todo, si aparece un Gobierno de Javier Milei. Ya tuvimos hoy la primera señal en ese sentido y ya no tiene que ver con la Justicia penal, tiene que ver con la Justicia contencioso administrativa. Este es el fuero donde se dirimen las resoluciones administrativas del Estado, las que tienen que ver con el Gobierno en sentido estricto.
Este martes, el presidente de la Corte, en una entrevista que se le hizo en el diario El País, dijo: “La dolarización es inconstitucional”. Encendió una luz de alarma hacia el futuro con una declaración que pone en duda un eje central de la propuesta de Javier Milei, eliminar el peso y sustituirlo por el dólar.
Dos mensajes de Rosatti con esa declaración: el primero, acá hay un poder rector, un poder que puede dar certidumbre en el mar de incertidumbre donde se mueve la vida pública argentina; miren a la Corte. El segundo es técnico: todas las discusiones administrativas van a pasar por la Corte, van a pasar por el fuero contencioso administrativo. Hay que recordar que, cuando llegó Macri, la Corte les devolvió plata a las provincias, que desfinanció al Gobierno de Macri, y después, la Justicia contencioso administrativa, prácticamente, le volteó el aumento de tarifas.
Vamos hacia una Argentina que, necesariamente, va a encarar reformas económicas en las que no se puede disminuir la inflación. Lo que estamos viendo es que vamos a tener que mirar de nuevo a la Justicia, ahora, en otro fuero, para saber si esas reformas tienen viabilidad o no. De nuevo, a abrir los libros de Derecho. Un país raro.