Internacionales

Kamala acude a Atlanta para salvar sus opciones en Georgia: «No lo dudéis, ganaremos»

Solo hay una cosa que puede salvar a Kamala Harris y a los demócratas en el estado decisivo de Georgia: Atlanta. La ciudad de la Coca-Cola y de la CNN, la ciudad del aeropuerto con más tráfico del mundo, la ciudad que se esparce por suburbios infinitos por una maraña de autopistas es el gran caladero demócrata del estado sureño . Sobre todo, porque es la gran ciudad de la minoría negra en EE.UU. -quizá la única donde ha prosperado una verdadera clase media alta negra-, el votante demócrata más fiel .Después de varios actos en el Medio Oeste, Harris voló hasta aquí este fin de semana para arengar a estas bases. «No somos los favoritos», dijo el sábado por la tarde (madrugada del domingo en España) a una multitud en un anfiteatro al aire libre gigantesco de Atlanta. «Pero no lo dudéis, ganaremos».Harris necesita la arenga y el optimismo para repetir el éxito que lograron los demócratas en 2020. Joe Biden le robó aquel año Georgia a Donald Trump y a los republicanos, una hazaña fenomenal (acompañada de victorias de los dos candidatos al Senado, lo que devolvió la mayoría de la Cámara Alta a su partido ). Desde 1960 hasta entonces, los únicos demócratas que habían ganado aquí habían sido Jimmy Carter -que es de Georgia- y Bill Clinton con su saxo y su cortejo excelente a la minoría negra en 1992 (aunque no lo retuvo en 1996). Ni siquiera Barack Obama, el primer presidente negro de EE.UU., consiguió Georgia en sus dos victorias.Noticia Relacionada MONNET & CO. opinion Si Una despedida agridulce José M. de Areilza El presidente Biden no ha logrado alcanzar la paz en ninguna de las dos guerras que ha afrontadoBiden lograba esa vieja aspiración demócrata: cuando el voto negro se movilice de verdad, Georgia y otros estados sureños -Carolina del Norte es el siguiente en la lista- serán demócratas. Es la única manera de contrarrestar el poderío republicano en cuanto se sale de los suburbios de Atlanta, con las únicas excepciones de otras ciudades pequeñas, como la preciosa Savannah o Augusta, la meca del golf.Mayor movilizaciónAhora Harris busca emular a Biden y solo lo puedo lograr con una movilización incluso mayor de Atlanta y sus alrededores , el condado de Fulton. Necesita conseguirlo para doblegar lo que indican las encuestas, que dan una ventaja ligera a Trump en el estado.«La energía está ahí», explicaba a este periódico Jerrald Thomas, tocado con elegancia con un sombrero de fieltro, antes de que la vicepresidenta se subiera al estrado. «Este año todo el mundo habla de la elección, de cuándo va a ir a votar, de cómo lo va a hacer, nadie dice que se va a quedar en casa».Él quería haberlo hecho hoy -«hay tres partidos de fútbol americano que no me quería perder », dice solo medio en broma-, pero se ha venido hasta aquí con varios miles de personas, que han hecho cola durante horas y han bailado hip hop y R&B mientras esperaban a su candidata.El entusiasmo, la excitación, la movilización son difíciles de medir, es complicado saber a dónde apuntan cuando las cosas están tan apretadas. «Se han roto récords de voto anticipado y todo el mundo habla de ello», decía Zak Leedy, un joven que asegura que sus padres, que viven lejos de Atlanta y que votaron republicano en las dos últimas elecciones, se han inclinado ahora por Harris.Leedy se refiere a los 1,3 millones de ciudadanos de Georgia que habían votado hasta el sábado por la tarde, cuando una exultante Harris tomó el micrófono en Atlanta. La votación anticipada en persona empezó el pasado martes (además de la opción por correo, que llevaba una semana más) y en esos cinco días se duplicó el número de sufragios respecto a 2020.«Es imposible saber quién sacará más partido de esta movilización», reconocía otra votante de Harris, Marcy Myers, agarrada a una lata enorme de té helado. «Históricamente, eso beneficia a los demócratas, pero quién sabe». No va desencaminada. El récord de voto anticipado en Georgia -uno de los siete estados decisivos para conseguir la Casa Blanca - no está haciendo descorchar champán en las oficinas demócratas: aunque la mayoría de esos sufragios son en Atlanta, de largo la mayor ciudad del estado, el ritmo -comparado con 2020- es mayor en zonas fuera de las urbes, donde dominan los republicanos.El entusiasmo, la excitación, la movilización son difíciles de medir, es complicado saber a dónde apuntan cuando las cosas están tan apretadasEl propio mitin de Kamala tiene más de una lectura. La candidata atrajo una muchedumbre. Y la energía era eléctrica cuando ella salió al escenario, después de que Usher, una estrella pop estadounidense, calentara el micrófono y pidiera más movilización: «Cada llamada importa, cada golpe en la puerta importa, cada voto importa ». Pero Harris tampoco llenó las lomas de césped del anfiteatro, donde había huecos para echar un partido de fútbol. Y eso, en Atlanta, da que pensar.En su discurso, la candidata repasó los temas habituales de su campaña: la economía, el acceso a la salud, la protección del derecho al voto, la violencia con armas, la igualdad, la defensa de la democracia frente a la amenaza que supuso Trump en 2020, con su intento de dar la vuelta a los resultados, culminado con el asalto al Capitolio.Pero puso un énfasis especial en dos asuntos: Trump y el aborto . Mostró mordiente con el expresidente, en el mismo día que se conocía que se había cancelado un mitin en Savannah, después de renunciar a varias entrevistas con medios. «Está evitando debates y cancelando entrevistas porque está exhausto», acusó. «Y cuando responde a una pregunta o habla en un mitin, ¿os habéis dado cuenta de que tiende a salirse del guión, a divagar y que no puede acabar un pensamiento? Él lo llama \'el hilo\', nosotros lo llamamos el sinsentido. Ya es hora de pasar página», insistió en una de las líneas centrales de su mensaje.Aparición de ObamaLa regulación del aborto fue una manera de atacar a Trump. Es uno de los asuntos que benefician a Harris, después de que la sentencia del Tribunal Supremo -con una mayoría de jueces conservadores cimentada por Trump- haya provocado prohibiciones y restricciones impopulares en todo el país. La demócrata está utilizando el caso de Amber Thurman una joven de Georiga que murió por no tener acceso a cuidados médicos tras un aborto. Harris, con gesto serio y los brazos cruzados, mostró a los miles de seguidores un vídeo sobre Thurman y otro de esta semana con Trump bromeando sobre una aparición televisiva de la familia de la víctima.«Lock him up!» («¡A la cárcel!»), se escuchó desde el público, en un grito que los seguidores de Trump hacían sobre Hillary Clinton , su rival en 2016. «Los tribunales se ocuparán de eso», replicó Harris. «Nosotros nos tenemos que ocupar de tener los votos en noviembre».La regulación del aborto fue una manera de atacar a Trump«Es el momento de actuar», pidió al final. «Si Jimmy Carter ha votado de forma anticipada, ¿cómo no lo vas a hacer tú?», dijo en referencia al expresidente demócrata, que acaba de cumplir cien años, está en cuidados paliativos desde el año pasado y votó por correo esta misma semana.La movilización del voto de Atlanta seguirá este domingo en la New Birth Missionary Baptist Church, una congregación negra en el centro de la ciudad, una de las muchas iglesias que tienen un papel clave en llevar a la parroquia a votar . Los dos domingos de votación anticipada organizan eventos de \'souls to the polls\' (\'almas a las urnas\'), una forma efectiva de mover el voto.Pero la traca final será este jueves, también en Atlanta, con el mejor cartucho que tiene la campaña de Harris: Barack Obama, que acompañará a la candidata, también en Atlanta, en un mitin pensado para dar un último empujón al voto negro masculino. Es un electorado en el que Trump -entre la incomodidad de algunos de votar a una mujer y el recuerdo de la bonanza económica con el expresidente- ha logrado avances.

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web